EL PAíS › CONTROVERSIA POR EL ESTADO DEL HOSPITAL ARGERICH

La polémica hospitalaria

Kirchner quería operarse en un hospital público. Spaccavento desaconsejó que fuera en el Argerich por la falta de recursos. Desde el gobierno porteño aseguraron que estaba en condiciones.

Cuando supo que debía ser operado por una complicación en su arteria carótida derecha, Néstor Kirchner pidió que la intervención se realizara en un hospital público. En la Unidad Médica Presidencial pensaron en el Hospital Argerich, pero Donato Spa-ccavento, ex director del hospital y actual funcionario del Ministerio de Salud, lo desaconsejó por la falta de insumos y medicamentos. Los dichos de Spaccavento abrieron una polémica en torno de la situación de los hospitales porteños. El director médico del Argerich, Néstor Lorenzo, y el jefe de gabinete del Ministerio de Salud de la ciudad, Néstor Pérez Baliño, salieron al cruce de las declaraciones y negaron que faltaran recursos para realizar un procedimiento de esa complejidad. Ambos afirmaron que “estaba todo listo” para recibir al ex presidente.

En diálogo con Página/12, Spa-ccavento relató que el domingo, apenas se confirmó en un centro médico de Olivos que Kirchner tenía una obstrucción en la carótida derecha, fue llamado por Marcelo Ballesteros, uno de los encargados de la Unidad Médica Presidencial: “Querían saber si yo estaba en el Argerich y si podían ir”, afirmó, en línea con el deseo del ex mandatario. Spaccavento dirigió el Hospital Argerich hasta 2008, cuando fue removido por el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, con quien mantiene un enfrentamiento por sus críticas al sistema de salud local. La decisión fue apelada en la Justicia, que lo reintegró a sus funciones, y hoy Spaccavento está de licencia, sin goce de sueldo, por ocupar la gerencia de prestaciones especiales en la cartera de Salud nacional.

“Si bien no estoy yendo diariamente al Argerich, sé por mis colegas que tiene problemas como todos los hospitales de la ciudad. Yo aconsejé que no (fuera), no sólo por Kirchner, sino que ningún paciente con esa condición estaría en su mejor situación” en ese hospital. “Tampoco podía dar garantías de que estuviera operativo”, por lo que “el equipo de la Unidad Médica Presidencial decidió ir a la clínica Los Arcos”, en Palermo, donde Kirchner fue intervenido de manera exitosa.

Sobre la situación actual del Argerich, Spaccavento afirmó: “Nunca hubo una crisis como la de ahora. Cada día falta una cosa nueva. De once quirófanos funcionan sólo cuatro”. Además, aseguró que el sistema de compra de insumos médicos que lleva adelante el Ministerio de Salud porteño genera una demora en la entrega de los materiales, “fundamentalmente catéteres”, lo que produce un “retraso en las operaciones de urgencia”.

“Con las condiciones de insumos y medicación en la que están los hospitales de la ciudad, no le recomiendo al ex presidente ni a ninguna persona una operación de alta complejidad”, aseguró. En el mismo sentido afirmó que “no es cierto” que la “unidad presidencial” estuviera “libre” y “preparada”, y que si fue así debe haber sido “a costa de otros pacientes”, destacando la falta de camas que aqueja al Argerich.

Ante la consulta de este diario, el actual director médico del hospital, Néstor Lorenzo, rechazó que no estuvieran dadas las condiciones para asistir a un paciente con la patología de Kirchner y dijo que el hospital público atiende esos casos de manera “frecuente”. Aunque reconoció restricciones presupuestarias que impiden una mejor operatoria del centro de salud, Lorenzo afirmó que “estuvo todo preparado para recibirlo” y que el hospital “cumple con todas las urgencias de cirugía cardiovascular”. Además, dijo que es “peligroso y alarmante” que la población reciba este mensaje y sostuvo que “toda la comunidad médica del Argerich tomó muy mal” los dichos de Spaccavento.

En el mismo sentido, el jefe de Gabinete del Ministerio de Salud porteño, Néstor Pérez Baliño –que también fue director interino del hospital–, sostuvo que el Argerich estuvo “preparado y en condiciones” para recibir a Kirchner el domingo pasado. “De ninguna manera hay desabastecimiento. Las declaraciones de Spaccavento no parecieron un discurso médico, sino absolutamente político”, apuntó Baliño. Además remarcó: “Me provocó desagrado que se haya montado sobre una situación tan seria y delicada en momentos en que todo el país está preocupado por la salud del ex presidente”. El funcionario comentó que, ante “la primera información sobre la salud del marido de la Presidenta, se convocó a los médicos y se preparó el hospital en toda el área denominada presidencial”. Se trata de un sector que, al menos en teoría, cuenta con las medidas de seguridad necesarias y el equipamiento correspondiente a una unidad de terapia intensiva. Por último, Baliño subrayó que la decisión de cambiar de destino fue “íntima y personal” y le envió un mensaje a la ciudadanía para “que se quede absolutamente tranquila porque el Hospital Argerich está totalmente operativo”.

Informe: Gabriel Morini.

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El Hospital Argerich cuenta con un área destinada a la atención presidencial.
Imagen: Arnaldo Pampillon
 
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