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Domingo, 30 de mayo de 2010

CULTURA / ESPECTáCULOS › PUNTOS COMUNES AL FEMINISMO

El deseo develado

 Por Sonia Tessa

Ana Francis Mor considera que ser lesbiana y ser feminista son "dos cosas distintas" aunque tengan un vínculo en común. "De pronto ese vínculo puede ser muy afortunado, porque el feminismo le pone letra a esa articulación que existe, que hace que los hombres tengan más acceso que las mujeres a todo, o a casi todo, de no ser a las emociones, porque me parece que las mujeres tenemos más acceso a las emociones y a los sentimientos, pero a todo lo demás, espacios de poder, dinero, etc, etc. Y el feminismo lo pone por escrito, lo teoriza, lo enmarca, lo explica y te lo trae en libros", apuntó la actriz y escritora. "Me parece que el movimiento lésbico tiene también esta parte. Como todas las mujeres vivimos también esta comparación junto con el movimiento gay de hombres, el movimiento gay es más presente, más visible porque las mujeres somos más invisibles, en todo. Me parece que el feminismo nos ayuda mucho. creo que el feminismo les ayuda a las sociedades, otra vez, a pararse, a preguntar, a ponerse a pensar".

En ese sentido, y a cuento de una corriente teórica del lesbianismo que apunta a deconstruir el término mujer al punto de no considerarse incluídas en él, Ana Francis aseguró: "De lo poco que he escuchado en ese tenor, una vez una académica que escuché, es una pena porque no la puedo citar como dios manda, decía que las lesbianas no somos mujeres, y a lo que se refería básicamente es a que si estamos desarticulando esta manera de ser mujer en la cual nos negamos a hacer esto, lo otro, aquello, entonces en ese sentido no somos mujeres y a mí eso me funciona bien, el decirme a mí misma yo no quiero responder como mujer, no quiero responder emocionalmente con el chantaje de mierda que se supone que dice mi guión que tengo que responder como mujer, porque los mismos papeles los reproducimos al interior de cualquier pareja, entonces yo no quiero responder así, no quiero cargar con toda esa bola de culpas y responsabilidades que me toca como mujer, y en ese sentido no quiero ser mujer".

Por eso, para ella el lesbianismo fue "la oportunidad" de preguntarse ciertas cosas. "Son cosas que de otra manera es muy probable que no me hubiera preguntado, y justamente tiene que ver con eso, con la construcción de mi personalidad, de mi ser como mujer. Y además me lo pregunté joven, en ese momento, no a los 63 años después de haber estado casada 43 con un fulano que ni siquiera quisiste, y dices qué pasó teniendo ocho hijos que es la historia de nuestras madres". De todos modos, Ana Francis Mor le escapa a la palabra elección. "Para mí por lo menos no lo ha sido. Yo no puedo elegir no ser lesbiana, de la misma manera que no puedo elegir que mi color de piel cambie, no puedo elegir. Es mucho más fácil vivir como lesbiana que no vivirlo, para mí. Porque sino lo viviera estaría sufriendo como perra y ya me hubiera aventado del puente. Con el deseo aplastado, estaría seguramente enferma".

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