EL MUNDO › EL CASO PLAME DESVELA A LA ADMINISTRACION BUSH

Una de soplones y traidores

El juicio que cautiva estos días a la clase política estadounidense, el caso por perjurio y obstrucción a la Justicia contra Lewis “Scooter” Libby, el ex ayudante del vicepresidente Dick Cheney, conoció esta semana importantes testimonios que contradicen la versión oficial del acusado y sacan a la luz algunas de la maniobras de la administración de George W. Bush para justificar la guerra de Irak.

El caso estalló el año pasado cuando varios medios identificaron a Valerie Plame, esposa de un diplomático que había criticado al gobierno de Bush, como agente encubierta de la CIA. Después de una larga investigación, Libby fue acusado de filtrar el nombre de Plame, aunque en el medio se supo que varios integrantes del gobierno de Bush, que no fueron acusados, hicieron lo mismo. Los abogados de Libby dicen que su cliente fue usado de chivo expiatorio para encubrir la responsabilidad de los otros filtradores, incluyendo a Karl Rove, un asesor clave de Bush.

La ex periodista de The New York Times, Judith Miller, declaró anteayer que Libby fue la persona que le reveló el nombre Plame. Miller, que nunca escribió sobre el tema, había pasado casi dos meses en prisión por negarse a nombrar a Libby como su fuente. Después fue echada del diario por errores cometidos en artículos que justificaban la guerra de Irak. Matthew Cooper, un periodista de la revista Time que sí había publicado el nombre de Plame, dijo ayer que su fuente fue Libby. El lunes, el ex secretario de Prensa de la Casa Blanca, Ari Fleischer, había testificado para afirmar que el ayudante de Cheney le había hablado de esa misma agente en un momento decisivo en la investigación. A la espera de la comparecencia del propio Cheney, el juicio acumula pruebas contra Libby.

Uno de los abogados de Libby, William Jeffress, trató ayer de mostrar a Miller como alguien que tiene una mala memoria de sus conversaciones con Libby sobre la agente de la CIA cuyo marido fue crítico de la administración Bush. La credibilidad de Miller es crucial, porque su testimonio se contradice con el relato que Libby hizo frente al Gran Jurado sobre cuándo y cómo supo de la identidad de la agente.

Ella testificó que Libby habló de la agente secreta de la CIA Valerie Plame y de su marido diplomático, Joseph Wilson, en dos reuniones, el 23 de junio y el 8 de julio de 2003. Libby testificó ante el gran jurado que la primera vez que supo sobre la identidad de Wilson fue después del 10 de julio, y que lo supo por los periodistas.

En la Corte, ayer, Jeffress trató de convencer al jurado de la Corte Federal de que el relato de Miller de sus reuniones con Libby no necesariamente debía creerse. En un momento Jeffress pasó un video en el que Miller comenta con un entrevistador que ella había hablado con varios funcionarios del gobierno sobre el artículo de Wilson en The Times del 6 de julio de 2003, en el que negaba que Saddam Hussein había comprado uranio enriquecido en Africa, tal como había anunciado Bush días antes en un discurso. “No recuerdo con quiénes tuve esas conversaciones”, respondió Miller cuando fue interrogada.

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