ECONOMíA › LAS LUCHAS DEL CENTRAL CONTRA LAS CORRIDAS QUE AGITAN LOS ESPECULADORES

El rumor y las expectativas

El extendido temor a una megadevaluación fue el primer gran enemigo que debió enfrentar Vanoli al iniciar su gestión, en octubre. “Hubo una victoria importante sobre un fogoneo desmedido, que los grupos mediáticos banalizaron.”

 Por Cristian Carrillo

Vanoli cita, de memoria, una frase de uno de los personajes de un cuento de Gabriel García Márquez: “Yo dije que algo muy grave iba a pasar, y me dijeron que estaba loca”. Es una historia que relata cómo la presunción de esa mujer se convierte en un hecho, a partir de que se esparció el rumor entre los habitantes de un pequeño pueblo, que el Gabo contó alguna vez en un encuentro de escritores. “Es simple pero detalla muy bien la profecía autocumplida y la formación de expectativas”, sugiere el titular del Banco Central. Sostiene que en la economía argentina se da mucho ese juego en el que los rumores o las versiones, intencionalmente alimentados, terminan convertidos en realidad en beneficio de quienes los propagan. Contra esos fantasmas que se agitan cíclicamente apunta una de las peleas principales que debe afrontar la autoridad monetaria. La misión central del equipo que encabeza el ex presidente de la Comisión Nacional de Valores es, desde octubre pasado, recuperar la confianza del público, disipar los temores de devaluación y restablecer las expectativas favorables de ahorristas e inversores.

–La economía, y el sistema financiero en particular, viene de varios años de vivir bajo persistente amenaza de una corrida que termine haciéndole perder el manejo del timón al Gobierno. ¿Considera que ese riesgo ya desapareció?

–Le podría decir que hay una tranquilidad colectiva que borra, en principio, esa visión. Hubo una victoria importante en todos estos meses sobre un fogoneo desmedido, que los grupos mediáticos trataron de banalizar y relativizar. Pero la gente percibe esa sensación de alivio, que se abona en los distintos indicadores: el aumento de reservas, la caída en las operaciones bursátiles para conseguir dólares, en el mercado de futuros. La perspectiva es que 2015 no es un año de vencimientos de deuda muy importantes. Fíjese que la Argentina tuvo que enfrentar en 2014 una serie de indicadores totalmente adversos, que fueron “viento de frente” en el sentido más amplio. Y el haber podido superar esa prueba da una garantía de que no va a haber inconvenientes frente a un escenario que no es tan adverso como el que hubo en ese momento.

–¿Cómo juega el contexto externo? ¿La situación global no constituye una amenaza para esa tranquilidad interna que Argentina fue reconquistando?

–Lo que se observa en los mercados mundiales es que hay una gran volatilidad. Pero en el país fuimos tomando medidas para inmunizarnos de esa volatilidad, tanto desde el punto de vista del sector externo real (comercio exterior) como del monetario (movimiento de capitales financieros). Además, hay una única cuestión que constituye una preocupación global pero que a la Argentina la ha ayudado, y tiene que ver con el impacto de la baja en el precio del petróleo. Por nuestro déficit en materia de energía, significa un alivio en términos de divisas (por la importación de combustibles líquidos necesaria para abastecer el consumo interno) y también de las cuentas fiscales por el lado de los subsidios (al transporte y a la generación térmica de energía eléctrica en base al fuel oil). Consideramos que los precios de los commodities alimentarios se van a mantener (granos y oleaginosas) mientras que los de energía van a bajar un poco más. De acuerdo a las proyecciones que estamos haciendo, coincidentes con las de otros sectores sociales, los términos de intercambio para la Argentina van a ser favorables (impacto en las exportaciones vs. impacto en las importaciones).

–En relación a las exportaciones de materias primas, ¿cómo se van a manejar este año con las cerealeras para asegurar el ingreso de las divisas?

–Ya tuvimos una primera reunión para analizar el comportamiento del acuerdo de octubre pasado que, salvo algunos detalles, se cumplió. El ingreso de divisas de los 5500 millones de dólares en el trimestre se cumplió. Lo que le pedimos a Ciara (Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina) es que nos hagan llegar una previsión de la prefinanciación de exportaciones hasta mayo (ingreso anticipado de divisas), que incluye el período estacional bajo de liquidación, el actual, y la cosecha gruesa que comienza a mediados de marzo. Este dato para nosotros es vital con el objetivo de administrar los ingresos de divisas. La semana que viene habrá una nueva reunión y percibimos buena predisposición.

–El acuerdo de swap con China permitió ingresar mes a mes, desde octubre, recursos que reforzaron las reservas. ¿Van a seguir con esta política de ingresar fondos todos los meses?

–No estamos atados a ningún esquema. El objetivo es estabilizar el nivel de reservas dependiendo de cómo vayan progresando los ingresos y pagos, y hasta ahora se manejó ese recurso con prudencia, definiendo el monto a acreditar de acuerdo a las necesidades en cada momento. No hay un esquema fijo. Tenemos facilidades por el acuerdo de intercambio de hasta 11 mil millones de dólares y lo seguiremos aplicando con la misma prudencia que hasta ahora.

–Hay cuestionamientos de analistas, pero también de banqueros, respecto a la relación entre stock de reservas y base monetaria, señalando que el nivel técnico del tipo de cambio resultante de esa comparación es muy superior al oficial.

–Es un criterio anacrónico. En casi ningún lugar del mundo hay un esquema de convertibilidad vigente. La convertibilidad es un caso extremo, que es técnicamente imposible: supone tener todas las divisas en reservas para atender o cambiar por todos los pesos de la economía que vayan al Banco Central en un mismo momento, cosa que en ninguna situación, incluso en una extrema de stress, se produce. La cantidad de pesos en la economía debe responder a una cantidad de objetivos múltiples, entre los cuales el nivel de actividad y el empleo están entre los más importantes. Y no exclusivamente a una relación supuestamente técnica entre reservas en divisas y esa cantidad de dinero, como algunos pretenden.

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El Banco Central estima que los términos de intercambio serán este año favorables para Argentina.
Imagen: Gonzalo Martinez
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