20:09 › JUICIO POR LAS COIMAS EN EL SENADO

De la Rúa asumió su defensa

El expresidente sostuvo que la acusación por presuntos sobornos a senadores en el año 2000 es "una mentira falaz en base a un anónimo" y aseguró que el hecho por el que se lo juzga "no existió". De la Rúa argumentó que se llegó hasta esta instancia "porque la prensa agitó el tema" y que se busca "juzgar a un tiempo político, a un gobierno".

"No es que no se haya probado (el delito) sino que se ha demostrado la inexistencia", aseguró De la Rúa al hablar ante el Tribunal Oral Federal 3, donde sostuvo que la acusación de pago de coimas a cinco senadores justicialistas para votar a favor de la Reforma Laboral es falsa. "No salió dinero de la SIDE, no se incrementó el patrimonio de ningún senador", dijo, para negar también que se necesitaran votos ya que "se aprobó por 55 contra 4" de modo que "falta el objeto, no hay motivo, no hay móvil".

En cambio, De la Rúa aseguró que "hubo un conjuro de intereses y el interés político se metió en la causa", dado que el tema de los sobornos surgió con la tapa de una revista en base "a un anónimo que es pura basura", pero que en el juicio se buscó "juzgar a un tiempo político, a un gobierno".

"No se puede decir que el hecho existe porque conviene que exista, porque sale en las encuestas y la gente lo cree, no se puede decir que exista porque queda bien", dijo De la Rúa, quien aseguró que "siempre actué con transparencia y honradez".

En su exposición, De la Rúa fue especialmente crítico con el exvicepresidente Carlos "Chacho" Alvarez, elex senador Antonio Cafiero, su jefe de gabinete Rodolfo Terragno, y el periodista Joaquin Morales Solá, entre otros, a quienes endilgó construir "una mentira falaz en base a un anónimo en el que se empezó a creer". "Un sector del periodismo se ha equivocado al prejuzgar", dijo el exmandatario para aclarar que "prefiero mil veces esas equivocaciones a un cercenamiento de la libertad de prensa", si bien reconoció que "tras mi aparente serenidad, todo esto fue un calvario".

Flanqueado por los defensores, Jorge Kirszenbaum y Valeria Corbacho, De la Rúa cargó también contra la entonces diputada radical Elisa Carrió, a quien calificó de "testigo de oídas" ya que "fiel a su estilo, avanza con afirmaciones y cuando el terreno no es propicio, cambia de paso y pasa a hablar de otra cosa".

"Quieren demostrar todo por indicios, pero no se puede demostrar ni hecho ni culpa por indicios", dijo en otro momento, al desmentir especialmente la versión del arrepentido Mario Pontaquarto sobre una reunión en Casa de Gobierno donde el expresidente habría autorizado el pago.

Criticó además el rol del exjefe de gobierno porteño Aníbal Ibarra, quien tras recibir la denuncia del arrepentido a través del exlegislador radical Daniel Bravo, lo derivó al entonces jefe de gabinete nacional, Alberto Fernández. "Actuó con rapidez porque puede que le sirviera también al gobierno para algo, acaso demostrar que luchaba contra la corrupción", dijo De la Rúa, para quien "todo esto es un cuento al que se le fueron sumando detalles".

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