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Jueves, 29 de agosto de 2013

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Maltrato

Con mi esposa estamos anotados en el Registro de adopción desde 1995. Recibimos como familia solidaria a una niña a los 4 meses de edad. Cuando la nena cumplió un año y medio, y con ausencia total de un profesional de la Dirección Provincial de Niñez en ese lapso, aparecieron para restituirla a familiares ampliados de origen. Al cabo de unos meses, dicha familia expresa no estar en condiciones de hacerse cargo de la niña por lo cual la misma Dirección la ubica en estado de adoptabilidad.

La niña pierde contacto con nosotros, que éramos sus padrinos y referentes emocionales más próximos: la recibimos prácticamente de recién nacida, le enseñamos sus primeros pasos, sus primeras palabras, la llenamos de amor.

Entre papeles, entrevistas y trámites burocráticos traumáticos y hasta perversos a la vida humana transcurren siete meses de angustia, dolor y desasosiego nuestro, y seguramente en la niña también.

Nos preguntamos, ¿quien resuelve? ¿Alguien puede interpretar esta cruel situación? El señor Lemos, director del Ruaga, expresa que es el juzgado el que tiene que resolver. A la vez, desde el Ruaga (Registro de adopción) envían un informe al juzgado donde consideran negativa nuestra edad. Dicen que no encaja en el perfil psicológico de la nena y nos ofrecen un chico más grande. Nos posicionan muy bien en el registro con prioridad ante otros pretensos adoptantes pero no para la nena. Y sí... Llevamos 15 años anotados ¿Ahora somos viejos?

La profesional Mariana Storero, del Ruaga, informa que no es de su competencia evaluar el vínculo creado con la niña durante 2 años, considera negativas situaciones particulares de la infancia de uno de los cónyugues y confunde el amor hacia una niña con un simple capricho, y el deseo de satisfacer una necesidad personal.

Ahora bien, los responsables de niñez en nuestra provincia siempre dicen que trabajan y hacen todo lo posible para que los niños permanezcan con su familia de origen, y no tienen miramientos a la hora de reintegrarlos a las mismas: se los dan a abuelos, tíos, y hasta los regresan al mismo lugar donde le vulneraron todos sus derechos. ¿Por qué cuando son declarados en estado de adopción tienen que esperar a la familia perfecta? A nuestra pequeña se le está yendo la infancia día a día.

Por todo esto, ante la negativa de respuestas claras y el tiempo que transcurre en la vida de ella, apelamos a la sensibilidad de la sociedad, ya que los funcionarios no la tienen, para decidir con gestiones ágiles y eficaces en la vida de un niño.

Ramon Vallenari

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