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Domingo, 6 de junio de 2010

DEPORTES › ROSARIO/12 REARMó LOS DEBATES DE LA DéCADA DEL 50, EN OTRO DE LOS DESCENSOS.

Historia de la reconstrucción canaya

Luego del descenso de 1950, la asamblea del club logró dar un paso decisivo para el futuro: Lograr que la entidad sea la dueña de los terrenos del estadio que por entonces pertenecían a la municipalidad. Archivos de la grandeza.

 Por Alejo Diz

El pasado 23 de mayo Central sufrió por cuarta vez la pérdida de categoría del primer equipo. La desazón se transformó en ira y por las calles de la ciudad se sucedieron destrozos en la vía pública en diferentes marchas. Más problemas surgieron cuando hubo que reconstruir el escenario político por la renuncia de Horacio Usandizaga. Rosario/12 acudió el archivo del club y rescató el debate que dieron los socios en asamblea luego del descenso de 1950, donde a pesar de la suerte impar del equipo de fútbol dirigentes y socios lograron dar el último paso para que el club sea dueño de los terrenos del Gigante, propiedad de la Municipalidad.

En 1951 encontraría a los canayas jugando en la por entonces Primera B, al perder la categoría el año anterior, experiencia que en Arroyito ya se había sufrido en el '41. Luego del segundo descenso hubo elecciones y Federico Flynn, como en el '20, volvió a imponerse en las urnas, cautivando al electorado defendiendo la necesidad del estadio propio en vez de prometer los anhelados resultados deportivos.

El 7 de agosto del '51 se llamó a Asamblea General Extraordinaria en la Unión Ferroviaria (Salta 3919) que tuvo como orden del día "considerar la permuta convenida con la Municipalidad" de los terrenos del club ubicados en Pellegrini e Iriondo por los de Arroyito. Lo debatido en aquella reunión quedó registrado en el libro actas, donde se preservan los discursos ofrecidos por los socios, que se animaban a imaginar en un Central líder a nivel nacional incluso cuando el equipo estaba en las peores. "De acuerdo con los principios del amor que le tenemos a nuestra institución, esta noche va a ser memorable e histórica; vamos a llegar en forma definitiva a ser una de las principales instituciones de la ciudad, ya que va a tener su gran estadio propio", valoró el "Sr. D'Agostino".

A su turno pidió la palabra el "Sr. Bavro". "Digamos las cosas claras: alguien preguntará si vamos bien o si vamos mal, si estamos en Primera o en Primera B; eso no interesa, porque esta decisión que indudablemente se ha de tomar esta noche ha de dejar en un lugar remoto y sin importancia dónde estemos situados en la tabla de posiciones. Dije yo alguna vez que no interesa la categoría de Rosario Central, porque ya dejó de ser una institución para convertirse en un sentimiento, y los sentimientos no tienen categoría", afirmó el socio, en toda una declaración de principios, que continua al apagarse los aplausos en el recinto: "Hace un año, por el azar del deporte mismo, donde se gana y se pierde, fuimos al descenso, y como dijera algún General (por Perón) --y es solamente una comparación : `Cuando se fuera lleno de tristeza, pero también lleno de vida, volveremos'. Como volvimos en el cuarenta y dos, volveremos en el cincuenta y uno. Repito que lo importante, lo trascendental de la medida que seguramente se tomará esta noche, será que con la adquisición definitiva de esos terrenos del viejo barrio Talleres, se forjarán todos los deportes para que la institución deje de una vez por todas a ser un club de fútbol solamente y sea una institución con todas las actividades deportivas a disposición de todos los asociados, grandes y chicos, varones y mujeres. Este es el camino que debe tomarse".

Un socio no identificado ensayaría luego una reflexión que bien vale recordar por estos días de confusión institucional. "Podemos decir que con un poco de íntima ternura que hoy estamos en familia defendiendo lo nuestro. Eso me mueve a aclarar una situación. Rosario Central es una institución por la que siempre han trabajado no sólo sus dirigentes, sino también los de afuera, que se han puesto a la par de los dirigentes en cuanto a esfuerzos, sacrificios y buena voluntad para hacer todo lo que se puede a favor de los colores del club, al que tanto cariño le tenemos. Esto llevará a Rosario Central al lugar que le corresponde, de ser la primera institución de la ciudad". "Cerrados aplausos" dan por culminada la asamblea. Meses después Central volvería a Primera.

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Después de otros descensos Central resurgió con fuerza. ¿Podrá repetir la historia?
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