Luego de la intervención judicial en Central y del regreso de las elecciones en Ñuls, ambos clubes iniciaron un proceso de rehabilitación institucional necesario para dejar atrás el daño causado por anteriores dirigencias. Pero aunque el fin es el mismo, auriazules y leprosos no transitan caminos paralelos. Es que grandes contradicciones se descubren al revisar los números del fútbol profesional, donde, por ejemplo, los canayas en la temporada 2008/09 invirtieron más de 34 millones de pesos para el primer equipo, plata que no alcanzó para evitar que la Promoción; mientras que para aquel mismo año deportivo los rojinegros apenas si llegaron a desembolsar 16 millones de pesos en el mismo rubro.

El derroche canaya. La entidad de Arroyito tiene un patrimonio envidiable: sede social de calle Mitre, el estadio, Ciudad Deportiva de Granadero Baigorria, Cruce Alberdi, Unión River Paraná, predio Cosecha y Arroyo Seco. Esa estructura es sostenida por 275 empleados y 35 mil socios (sin contar a siete mil vitalicios), que abastecen alrededor de 1.300.000 pesos de efectivo por mes, dado que el club tiene un promedio de tres mil socios en mora, lo que hace que 32 mil sean los que pagan la cuota al día.

Mantener el club abierto tiene un costo de 2.500.000 pesos mensuales, lo que genera un déficit de 900 mil pesos, que se suprimirá con los nuevos ingresos de la televisión, que tiene a Central, como a Ñuls también, con casi 17 millones de pesos por año.

El fútbol profesional de los canayas exige el desembolso de 2.900.000 pesos por mes, a los cuales hay que sumarle premios extras, gran parte de las primas y lo que se gaste por la contratación de refuerzos, como sucedió meses atrás con Luciano Figueroa, quien actualmente cuenta con el mejor contrato.

El límite leproso. Al abrirse de nuevo las puertas de Ñuls al socio con el cambio de gobierno, el club debió contratar personal, pasando de 75 empleados a los 130 de la actualidad, que se hacen cargo de la sede del parque Independencia, el polideportivo Bella Vista y el complejo Malvinas, de próxima adquisición por acuerdo con la Administración de Infraestructuras Ferroviarias Sociedad del Estado (ADIF), y el hotel de Ricardone.

Pero como la administración está bajo tutela de la Justicia bajo la Ley de Fideicomiso, las erogaciones se deben ajustar conforme a petición del juez. Es así como el presupuesto mensual de la entidad no llega al 1.800.000 pesos, pero más curioso es lo que se destina al fútbol profesional, puesto que no tiene parangón a lo que pagan los canayas: 930.000 por meses invierte cada 30 días la tesorería rojinegra para el primer equipo, bajo todo concepto, siendo el mayor beneficiado Rolando Schiavi, el jugador de mejor remuneración.

Esto obedece a que la Justicia no le permite al club tener déficit, y el riesgo del rojo se espanta con la explosión societaria que irrumpió en los leprosos tras la salida del ex presidente Eduardo López. Ñuls tiene 28.000 socios (sin contar seis mil vitalicios), con un porcentaje de mora muy bajo, que no llega al millar, y que dejan en caja 800.000 pesos por mes.