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Domingo, 28 de junio de 2015

HOLA, SOY EL PAPÁ DE DANTE

“Llegué a Spinetta por Illya Kuryaki”, cuenta Nora. Era su banda favorita: los iba a ver, los fotografiaba y les regalaba las fotos después de los shows. Una noche, Dante dijo: “Bueno, ahora tenés que hacernos fotos para un disco. Vamos a grabar uno que se llama Chaco”. Nora empezó a ir a las grabaciones, que se hacían en La Diosa Salvaje, el estudio de Spinetta. “Cuando él venía –cuenta–, yo bajaba la cámara. Sabía que no le gustaban las fotos y que tenía su fotógrafo personal, Eduardo Martí. Una vez, en chiste, me dijo ‘me voy a poner celoso’, al final todas las fotos son para Dante. Y quedó ahí”.

Después, una vez más el teléfono, llamada a la casa de Tapiales. “Me dejó un mensaje que decía: ‘Hola Nora, soy Luis Alberto, el papá de Dante. Le pedí a él tu teléfono. Quería hacer unas fotos contigo.” Y hubo una sesión de prensa con Los Socios del Desierto.

Nora Lezano admite que a Spinetta “nunca lo pude bajar del poster”. Las fotos que se ven en la muestra son una delicia: en la calle, casi de paparazzi, con su hija Vera muy chiquita, jugando con gorra de baño plateada y tela también brillante, bien barata; mirando risueño, más risas escondidas en un retrato donde tiene sólo medio anteojo oscuro (están rotas las gafas; él solía decir “¡que nadie vea esa foto por favor!”). Pero ella admite que con él nunca estaba del todo cómoda. Ni siquiera cuando trabajaron para el disco Silver Sorgo, de cuyas sesiones es la foto de arriba. “Ahí estuvimos payaseando pero también me resultaba raro, yo me sentía una principiante; me había llamado a mí después de toda una vida con Martí. Pero yo no me podía soltar. Nunca pude con Luis.”

Una vez, Nora Lezano llamó a Spinetta para una sesión especial. “Quería hacerle fotos para mí. El de inmediato me dijo que sí. Pero me puso una única condición: que en todas las fotos apareciera su guitarra. Se la concedí, claro.”

¿Cómo era fotografiarlo? “Extraño. Pero para mí. Por mí. El era un caballero absoluto, muy amable, muy educado. Pero me cohibía. ¡Lo que con nadie! Me cohibía con él. Tenía algo de inmensidad, era un tipo ‘grande’. Su grandeza me hacía sentir pequeña.”

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07-02-2001
 
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