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Miércoles, 24 de agosto de 2011

MUSICA › EL ALEJAMIENTO DE K. K. DOWNING

Un golpe a los fans

El 20 de abril pasado los fans de Judas se agarraron la cabeza con ambas manos, rasgaron sus vestiduras y echaron cenizas sobre sus cabellos: inesperadamente, K. K. Downing, el guitarrista fundador de la banda, había anunciado que abandonaba el grupo después de... 42 años. Y sólo ocho semanas antes de que arrancara esta descomunal gira de despedida de los escenarios mundiales. El estupor fue mayor aún porque, cuatro meses atrás, K. K. (asiduo blogguista) había posteado en su sitio oficial un apasionado texto en el que confesaba estar feliz y en llamas ante la perspectiva del Epitaph Tour; también añadía una retrospectiva emocionada en la que primaron las anécdotas de las primeras giras a pulmón de la banda. “A veces salíamos en la camioneta, en medio del hielo y la nieve, con miedo de que se nos congelaran los dedos y no pudiéramos tocar en el show... Un día, un granjero nos ayudó con su Land Rover cuando nos habíamos quedado en la ruta...”, recordó.

Rob Halford no tiene ahora –ni va a tener jamás– aquel problema. Disfruta de unos agradables 25º mientras habla con Página/12, en viaje de Hungría a Polonia durante esta gira que Downing tanto parecía ansiar y que se perdió. No va en camioneta. Lo acompaña una parafernalia infernal de aviones, equipos, luces y escenografía que K. K. ya nunca va a ver, ni siquiera por última vez. “En realidad, no estoy habilitado cabalmente para responder por qué K. K. dejó el grupo; la suya fue una decisión muy personal y supongo que le costó mucho tomarla”, arriesga Halford. “Subió una declaración en su website”, se ataja.

La declaración (en kkdowning.net) decía esto: “Queridos amigos, no voy a estar con ustedes este verano, y lo lamento mucho. Desde el fondo de mi corazón les agradezco que se hayan preocupado por mi salud; por favor, quédense tranquilos: estoy OK. Mi relación laboral con los miembros de la banda y sus managers está en crisis desde hace un tiempo. Por eso decidí bajarme de la gira en lugar de salir a tocar con sentimientos negativos, porque pensé que hacer algo así sería decepcionante para ustedes, nuestros queridos fans. Sin embargo, les pido que, por favor, apoyen con todo a Priest, porque no tengo dudas de que éste será un espectáculo que no pueden perderse. Todo mi amor y respeto, K. K. Downing”.

“El puso toda su vida en Judas Priest y necesitaba un descanso: dejar los escenarios y organizar otras cosas. Fue muy difícil para él llegar a esta decisión. Pero ama a Priest... y ama a los fans”, concluye el Pelado, conciliador y muy a contramano de la “crisis”. ¿Y qué hay de Richie Faulkner, el guitarrista que ocupa ahora el lugar de Downing? “Richie es un reemplazo perfecto para K. K. –dice Halford–. Tiene trayectoria propia y es un guitarrista increíble. Cuenta con un carisma especial: es como si siempre hubiera sido parte de nuestra banda. Es difícil describirlo hasta que no lo vean en vivo. Tiene una actitud tremenda. Ya de por sí es difícil ser una estrella de rock & roll, pero él lo es y su trabajo en Judas Priest es espectacular. Lo más importante es que los fans lo aman a morir, y estoy seguro de que los sudamericanos van a sentir lo mismo: lo comprobarán en pocas semanas.”

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