En la noche del martes, un joven que fue víctima de un secuestro extorsivo en la zona oeste de la ciudad de Buenos Aires logró escapar de sus captores arrojándose del automóvil al que lo habían obligado a subir. El vehículo fue perseguido, primero por patrulleros de la Federal en la zona de Liniers, y luego por la Bonaerense, en el partido de Tres de Febrero. El joven se reencontró con su familia, sin sufrir daño físico y sin que se hubiera pagado el rescate de 80 mil pesos exigido por los autores del hecho, que lograron escapar. El fiscal federal Federico Delgado, que intervino en el caso, hizo una denuncia contra la empresa Movistar, de telefonía celular, a la que calificó de “inoperante” por haber demorado “más de una hora” en intervenir la línea con la que se comunicaban los secuestradores, situación que “puso en peligro la vida” de la víctima y la de los policías “que tuvieron que actuar ‘a ciegas’”, durante las dos secuencias de persecución; en ambos casos hubo enfrentamientos a tiros.

Voceros de la empresa Movistar, consultados por Página/12, reconocieron que demoró “una hora” la intervención del celular con el que se comunicaban los secuestradores, pero aseguraron que “la gestión se hizo lo más rápido posible, dentro de las posibilidades técnicas que tiene” la compañía. El fiscal Delgado confirmó a este diario que hizo la denuncia contra la empresa ante la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó, en el marco de un caso en el que “hubo tiroteo, persecución y la víctima se tuvo que tirar del auto” en el que lo llevaban.

Delgado justificó la crítica a Movistar por “su inoperancia por no acatar un pedido de intervención inmediata de una línea telefónica” en el marco de una investigación urgente para tratar de ubicar a una persona que era víctima de un secuestro. El fiscal sostuvo que la actitud asumida por la compañía “puso en peligro la vida de una víctima de secuestro y la de los policías” que intentaban liberarlo de esa situación.

El caso comenzó en la noche del martes, cuando la víctima iba en su auto marca Volkswagen y fue interceptado por cuatro hombres armados que lo obligaron a subir a un Ford Focus. Una vez dominada la situación, los desconocidos se comunicaron por celular con el cuñado de la víctima, a quien le exigieron el pago de 80 mil pesos a cambio de la liberación.

El cuñado llamó a la comisaría de Villa Lugano para denunciar lo que estaba sucediendo y recibió en su domicilio a los agentes policiales. El negociador, por la familia de la víctima, pactó la entrega de los 80 mil pesos y recibió instrucciones para hacerlo efectivo en Liniers.

Una vez en el lugar indicado, la policía resolvió intervenir, motivo por el cual los secuestradores escaparon hacia la avenida General Paz, hasta ingresar en Tres de Febrero. En esa primera parte de la persecución se produjo un tiroteo donde fue baleado el patrullero de la Policía Federal.

El cautivo, en un descuido de sus captores, abrió una de las puertas traseras, se tiró y cayó sobre el asfalto. Se alejó corriendo, mientras los ocupantes del Ford siguieron la marcha, para escapar de la policía.

Luego de cruzar la General Paz, los secuestradores fueron interceptados por policías bonaerenses. Allí comenzaron una nueva persecución y un nuevo tiroteo. Los autores del secuestro llegaron hasta Ciudadela, donde abandonaron el Ford, que era robado, y se perdieron en la noche.

El fiscal Delgado dijo que durante la investigación del secuestro “se solicitó por los canales correspondientes a la empresa Movistar que interviniera una línea telefónica de manera inmediata, toda vez que se trataba de un ‘secuestro activo’ y los captores se estaban comunicando con los familiares de la víctima”. Delgado explicó que la demora ocasionó que “la policía haya tenido que trabajar y perseguir a los criminales, quienes estaban acompañados por la víctima, ‘a ciegas’, lo que concluyó con un tiroteo entre la fuerza de seguridad y los captores, quienes lograron escapar”.