Se vivía una tarde tensa en la Subsecretaría de Fortalecimiento Familiar y Comunitaria del Ministerio de Desarrollo Social porteño, en Constitución. El enrejado de entrada del edificio completamente falseado y rodeado por un puñado de efectivos de la Policía Metropolitana, su interior destrozado, con las ventanillas de atención al cliente partidas y alrededor de 50 personas indignadas, reclamando en una avenida Entre Ríos cortada, fue el escenario resultante de los incidentes que se produjeron a la mañana entre personal de la dependencia y un grupo de 30 personas en situación de calle “beneficiarias” de un programa de subsidio habitacional. Los manifestantes protestaban por las reiteradas faltas de pago en tiempo y forma, a la vez que denunciaban golpizas por parte del personal de la cartera. Por su parte, el gobierno de la Ciudad también realizó una denuncia policial por “destrozos y robos”.

Se trata del programa Atención para Familias en Situación de Calle, amparado por el decreto 690/2006. Esta medida contempla el otorgamiento de un subsidio a familias o personas solas que se encuentran en una situación de inminente desamparo habitacional o se hallan en forma transitoria sin vivienda por desalojo, desempleo o distintos tipos de catástrofes. Los montos asignados varían entre los 4200 y 7200 pesos, pagados en seis cuotas mensuales de entre 700 y 1200 pesos, de acuerdo con la composición y número del grupo familiar.

En la esquina de Entre Ríos y Pavón, entre efectivos de la Policía Metropolitana y de la Federal, numerosas familias reclamaban el incumplimiento de pago por parte del gobierno porteño. “Yo cobro un subsidio habitacional desde hace tres años. La cuota de enero me correspondía cobrarla el 22 de diciembre pero después me dieron fecha para el 31 de enero. Reclamé tres veces en Defensoría del Pueblo pero me dijeron que a todos les asignaron la misma fecha”, comentó a Página/12 Elisa, vecina del barrio de Constitución, mientras uno de sus hijos correteaba por la avenida desierta. “Tengo marido y 6 hijos, y vivo en un PH de dos ambientes en Rincón y Pavón. Si no recibo la plata, no sé qué va a pasar. Tengo que pagar el alquiler del mes y corro el riesgo de que el propietario me eche.”

“El quilombo empezó a las 8, cuando tenía que abrir el ministerio. No nos abrieron, pero después empezaron a atendernos en la calle, a través de las ventanas del lado de Pavón. Nos decían cualquier cosa, que no tenían sistema. Después, unas 30 personas empezaron a tirar piedras porque nos sobraban. Había varios empleados que nos sacaban fotos con sus celulares”, detalló Ramón Zamora, un vecino que esperaba una solución al problema.

Alejandra Cedrola, responsable de Prensa del ministerio, confirmó que “hubo varios empleados de atención al público lastimados”. “Desde adentro del ministerio salían con palos y fierros a atacarnos. Les pegaban a las mujeres y los chicos”, denunciaron los vecinos.

Informe: Gonzalo Olaberría.