EL PAíS › ENTREVISTA A HECTOR DAER

“No descartamos ninguna medida”

A horas del congreso en el que se reunificará la CGT, el líder del gremio de la sanidad, que integrará el triunvirato que conducirá la central sindical, habló con Página/12. Importantes dirigentes de los distintos sectores del sindicalismo también opinaron sobre la importancia de la unidad del movimiento obrero.

 Por Santiago Rodríguez

Es sábado, aunque para el secretario general de la Asociación de Trabajadores de la Sanidad, Héctor Daer, el día no difiere mucho a los otros de la semana. Llegó temprano a su despacho en la sede de ese sindicato, donde sobresalen sus fotos con los papas Francisco y Benedicto XVI, y para el mediodía ya acumuló varias reuniones. A las elecciones que en poco más de un mes tendrá en su propio gremio suma la expectativa por el congreso de mañana de la CGT en el que se concretará la reunificación de la central sindical y que en su caso tendrá un aditamento especial: será elegido para conducirla en un triunvirato junto a Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña. Entre una de esas reuniones y otra recibe a Página/12 y dice que las políticas de Mauricio Macri van “en el mismo sentido” que las que implementó la dictadura en 1976 y luego profundizó Carlos Menem en los 90. Sostiene también que el sindicalismo unido podrá plantearle al poder político las rectificaciones que debe hacer y no descarta la convocatoria a medidas de fuerza.

–¿Qué cambiará a partir de la reunificación de la CGT?

–El cambio fundamental es que vamos a construir el instrumento de representación social para dar un debate con el poder político y los empresarios. Hasta ahora no hemos logrado incorporar al debate político la agenda de temas que para nosotros son fundamentales sobre cuestiones económicas del día a día y sobre el rumbo que lleva el país. Con este instrumento vamos a poder ir y decirle al poder político las rectificaciones que, tanto en términos estructurales como coyunturales, creemos que se deben hacer porque se está afectando a los sectores más vulnerables, a los trabajadores y a los jubilados. En términos estructurales hay que plantear que si seguimos abriéndonos al mundo, vamos por mal camino; si estamos consumiendo zanahorias de Chile, no quiero ni pensar lo que es el ingreso de calzado, textiles y bienes de consumo y de capital de todos lados. Cuestiones de coyuntura son la inflación, el impuesto a las Ganancias o el tema salarial.

–¿Hasta qué punto afecta la representatividad de esa CGT unificada la decisión de los sectores que encabezan el Momo Venegas y Omar Viviani de mantenerse al margen?

–Son diferentes los casos. Los compañeros que conforman el MASA (Movimiento de Acción Sindical Argentino) han tomado la actitud de no participar en la conducción pero comprenden la necesidad de la unidad y de acompañar este proceso. El otro ha tomado una actitud bastante imprudente; propuso la fecha del 22 de agosto para realizar el congreso y hoy se plantea que no va a concurrir. Hay una gran contradicción.

–¿En función de la alianza de Venegas en el macrismo, ve la mano del Gobierno detrás de su decisión?

–No me gusta juzgar a los compañeros de otras organizaciones sindicales. Sí digo que está cometiendo una equivocación. La historia lo juzgará. Es verdad que él tuvo un enfrentamiento con el gobierno anterior, pero uno no se puede equivocar en construir alianzas políticas con quienes son enemigos del movimiento obrero y los trabajadores.

–O sea que el gobierno de Macri es enemigo del movimiento obrero y los trabajadores.

–Este gobierno tomó medidas que favorecieron a sectores económicamente concentrados y de mayores ingresos, en algunos casos por la transferencia del Estado hacia esos sectores y en otros, por la transferencia de los propios trabajadores hacia esos sectores, como es el caso de caso del tarifazo.

–Y al Gobierno le conviene tener una CGT dividida…

–Por supuesto. Siempre la atomización le viene bien al gobierno sin importar de qué color sea. El gobierno anterior también hizo mucho para que estemos divididos.

–¿Qué opina del fallo de la Corte Suprema sobre el tarifazo?

–Resuelve la torpeza que tuvo el Gobierno al omitir determinadas cuestiones, como pasar por arriba las audiencias públicas en las que todos conocemos el por qué y el para qué de los aumentos. No se puede pagar por el gas lo que se paga por una taza de café, pero no podemos hacer que el aumento termine erosionando el 25 por ciento de los ingresos de una familia y ni hablar de algunas pymes, como pueden ser una carnicería, que tiene que mantener una cámara frigorífica, o una heladería, que su costo mayor es mantener refrigerados los helados. El Gobierno no hizo un mapeo del impacto que genera este tarifazo.

–¿Por qué es mejor un triunvirato para manejar la CGT y no una conducción con cuatro miembros, como plantea Sergio Palazzo y los gremios que lo acompañan?

–Porque un triunvirato genera el equilibrio necesario para sobrellevar los matices que tenemos en el movimiento sindical. Para darles lugar a todos deberíamos tener 30 secretarios generales. En el movimiento obrero hay tres sectores muy marcados y esta alternativa es la que se viene discutiendo desde hace mucho tiempo. Lo ideal hubiera sido tener un solo secretario general.

–¿Y por qué no se pudo?

–Porque la síntesis de los matices fue este triunvirato, que es una alternativa para que todos tengan garantías y para que nadie se sienta afuera. Con Schmid y Acuña sintetizamos la opinión de un conjunto que es mucho más grande que nosotros tres.

–¿Este triunvirato es una conducción a plazo? Algunos dicen que no durará más de un año.

–No hay ningún plazo. El mandato será por cuatro años, aunque el movimiento obrero es muy dinámico y nos tenemos que dar todas las posibilidades que pueda haber.

–¿Qué objetivos se trazan para el mandato que asumirán?

–Hay objetivos primarios que hacen a nuestra agenda y que, como decía, tienen que ver con cuestiones estructurales y de coyuntura. Hay temas que no tenemos que dejar de lado, como la defensa del modelo sindical, de los derechos adquiridos y del modelo de salud de obras sociales.

–¿Por dónde pasa hoy la defensa de los trabajadores?

–Por defender el empleo, por defender que lo que consumimos se haga en esta tierra porque si no estamos perjudicando a los trabajadores y aumentando la espiral descendente de la actividad económica, por defender el poder de compra de los salarios, por generar un mapa de asignaciones familiares y de la Asignación Universal por Hijo que nos permita tener un piso de dignidad para todos, por lograr la modificación del impuesto a las Ganancias, por buscar una jubilación que permita garantizar un nivel de vida decoroso a quienes trabajaron toda su vida. Hoy el país va hacia otro lado.

–¿Hacia dónde?

–Hacia un modelo exportador de materias primas e importador de bienes de consumo y de capital con un gran mercado financiero en el medio. Eso lo que hace es fraccionar la sociedad en tres: tener empresarios, tener trabajadores y tener compatriotas que estén cayéndose del mapa social. Muchas veces se avanzó en transformaciones de estas y nunca se pudo volver atrás. En el año 76 se empezó a cambiar estructuralmente el país y nunca más se volvió atrás y en los 90 se avanzó en esos cambios y tampoco se pudo volver atrás.

–Y Macri viene a avanzar aún más con los cambios que puso en marcha la dictadura y que luego Menem profundizó…

–Hoy se da una característica distinta. El del 76 no fue un gobierno democrático, en los 90 fue votar a Menem y nos gobernó Cavallo y ahora, por primera vez, un gobierno así llega a través del voto y diciendo lo que verdaderamente es, pero sus políticas van en el mismo sentido. Cuando nos hablan de que la creación de empleo viene abaratando el costo laboral, van en el mismo sentido; no estamos hablando de desarrollo ni de que el salario es el que moviliza la educación, el consumo y nos da posibilidades de vida y de desarrollo humano y como el país.

–Desde sectores ligados al empresariado se intenta instalar la idea de que es necesario flexibilizar para que el país crezca. ¿Esperan que el Gobierno avance en ese sentido?

–Por ahora hay presión desde algunos sectores y medios vinculados a sectores de la economía concentrada.

–Schmid dijo en un reportaje en este mismo diario que a los dirigentes sindicales les cabe una cuota de responsabilidad frente al problema del empleo no registrado y de los trabajadores desocupados. ¿Por qué la CGT no pone énfasis en eso?

–Esto pasa en el mundo, no es algo exclusivo de la CGT, y es resultado de no haber previsto el conjunto de la sociedad mundial que caíamos en el avance de una tecnología tal que dejaba a una parte importante al margen del mapa social. Esto es lo que plantea el Papa cuando dice que la plata reproduce plata sin mirar si se está destruyendo el planeta y si la tecnología está descartando seres humanos. Debe darse un gran debate en el mundo para tratar de frenar esto o en el mejor de los casos vamos a tener una población mundial dividida en tercios y un tercio quedará definitivamente al margen de la sociedad.

–¿Puede surgir del congreso de mañana la convocatoria a alguna protesta?

–Creo que el congreso va a facultar al Consejo Directivo a tomar todas las medidas que sean necesarias, hay pasos previos. A partir de estar institucionalizada la conducción, se debe plantear todo lo que creemos que hay que rectificar y según la respuesta tomar la decisión que sea necesaria, en el marco de una estrategia global que no tenga a la medida de fuerza como un fin en sí mismo.

–¿Se puede cambiar el rumbo que adoptó el Gobierno sin tomar medidas de fuerza?

–Las presiones tienen que ir por todos lados. Debemos concebir la nueva CGT como un instrumento de propuesta, de presión y de reivindicación de derechos y no como una CGT que sólo le ponga fecha cada tanto a una medida de fuerza. Obviamente, que dentro de una estrategia elaborada con una táctica previa, no descartamos ninguna medida que haya que llevar adelante.

–¿Se plantean la acción conjunta con las CTA?

– En la CGT confluyen la inmensa mayoría de los gremios y de los trabajadores. Nosotros debemos tener una estrategia propia y después buscar las alianzas que nos propongamos.

–¿Van a impulsar la reapertura de las paritarias?

–Si el Gobierno no logra controlar la inflación sin caer en recesión, los términos por los cuales los gremios firmaron se van achicando. El mapa de las paritarias es muy heterogéneo, pero vamos a garantizar el poder de compra del salario.

–El ministro de Trabajo, Jorge Triaca, ya dijo que no hay razones para reabrir la negociación salarial.

–El Gobierno se tiene que ocupar de bajar la inflación, cuidar los puestos de trabajo y hacer que la economía siga funcionando.

–¿Coincide con Moyano en que Macri y sus funcionarios no estaban preparados para asumir la responsabilidad de gobernar o cree que en realidad las medidas que vienen implementado son parte de su plan de gobierno?

–Creo las dos cosas. Hay veces que desde el prisma de intereses propios de los sectores empresariales se tiene una mirada de la acción de gobierno y que al momento de gobernar se dan los tropiezos que tiene este gobierno. Pero por otro lado creo que haber llevado a todo este equipo tiene un hilo conductor hacia una política determinada.

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Imagen: Kala Moreno Parra
 
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