EL PAíS › EL EFíMERO MINISTRO DE EDUCACIóN PORTEñO CULPó A LOS GREMIOS Y A LOS POLíTICOS POR SU RENUNCIA. ASUMIRá ESTEBAN BULLRICH

Posse volvió a las cavernas de su pensamiento

El jefe de Gabinete macrista, Horacio Rodríguez Larreta, insistió con que “no fue un error” la elección del segundo ministro de Educación que duró doce días. “El hecho de que hayas elegido un intelectual es una excepción que te honra”, le dijo Posse a Macri.

 Por Werner Pertot

Sepultado por sus propias palabras, el escritor Abel Posse le dejó una renuncia de tres carillas a Mauricio Macri. En ella, les echó la culpa de su decisión de renunciar a los gremios docentes, a los que acusó de ser autores de “secuestros ideológicos” y de “un derecho de huelga salvajemente ejercido”. Lejos de amilanarse, el ex ministro de Educación porteño siguió defendiendo ante cualquier micrófono que se le cruzara sus cuestionamientos al rock, a los juicios a los represores y su prédica a favor del “orden” y la represión. Incluso cuestionó a los opositores por no haberlo defendido. El jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, confirmó que su sucesor será Esteban Bullrich, que deberá pedir licencia como diputado. Larreta aseguró que la designación de Posse “no fue un error”.

El ahora ex ministro contó que compartió un almuerzo con Macri en el que le informó que iba a renunciar. “La idea de Macri cuando quiso nombrar desde el rabino Bergman a otros intelectuales era que pudiera traer ideas nuevas”, aseguró, aunque no fue precisamente su caso. El jefe de Gobierno, que tenía pensado pedirle la renuncia a fin de mes, vio cómo la noticia caía el mismo día que se proponía instalar en los medios el relanzamiento de la Policía Metropolitana. Más allá del nuevo traspié que significó tener que cambiar un ministro de Educación doce días después de que haya asumido, en el gabinete porteño la salida de Posse fue recibida con alivio. “Se dio cuenta de que no tenía cabida acá”, decían en Bolívar 1.

Una despedida jurásica

Posse le envió a Macri una carta de renuncia en la que no se privó de utilizar una prosa ampulosa. Lo saludó con un “Estimado Mauricio” y no dejó de tutearlo: “Te presento mi renuncia al cargo de Ministro de Educación de Buenos Aires con el que me has honrado. El hecho de que hayas decidido nombrar a un intelectual independiente es un hecho excepcional que te honra”, se vanaglorió. El ex embajador consideró que la ciudad está en una “crisis educativa que nos llevó al record lamentable de no haber cumplido con el módico mínimo de los 180 días y que ya el 50 por ciento de los educandos se inscriban en colegios privados”. Lo tranquilizó a Macri con la suposición de que “por cierto nada de esto se debe a tu gobierno”. Lo llamó a seguir junto a su “tesonero y eficaz equipo” en “esta lucha que significa un imprescindible retorno sarmientino”.

El ex funcionario PRO sostuvo que su gestión (si hubiera durado más de 12 días) se hubiera dedicado a “sacralizar al niño, para eximirlo de una larga reyerta salarial con paros escolares” y cuestionó ampliamente a los docentes, a los que acusó de cometer “abusos de ausentismo, en las suplencias e irregularidades y postergación por causa de privilegios”. “El maestro y los docentes perdieron la presencia jerárquica y hasta aquél respeto por la mítica ‘señorita’”, se lamentó.

“Como es público y notorio mi nombramiento causó (...) el rechazo insultivo, calumnioso y sonoro de esa ‘minoría dominante’ que persiste más allá del resultado electoral del 28 de junio”, interpretó. “Sectores sindicales con presencia del gobierno de la Nación y de un anterior ministro de Educación me dedicaron una manifestación de rechazo y lanzaron la frase extorsiva más difícil de soportar para quien propuso desde el momento de jurar sacralizar los derechos del niño de no ser rehén de un derecho de huelga salvajemente ejercido: ‘O usted renuncia o en marzo no se inician las clases’”, afirmó Posse. El ex ministro de Educación Daniel Filmus respondió a esta acusación (ver aparte). “Esa opción inicua me obliga a dar un paso al costado, sabiendo que la mayoría democrática se impondrá definitivamente sobre esas minorías destructivas e irracionales”, arremetió Posse.

Nada fue un error

Bien temprano, Rodríguez Larreta se ocupó de anunciar la dimisión de Posse. Consideró que “no fue un error” designar a un ministro que debió renunciar en menos de dos semanas por el rechazo unánime de docentes, organismos de derechos humanos, opositores porteños, jueces de la Corte Suprema y hasta estrellas de rock. En cambio, el ministro coordinador consideró que su renuncia se debió a “la reacción intolerante de algunos sectores de la oposición y algunos gremios”. “A Posse sólo podíamos haberlo evaluado en el tiempo”, esquivó las críticas. “Públicamente, conocemos sus opiniones, algunas las podemos compartir. Como todo intelectual, es controvertido y provocativo”, insistió en un argumento poco convincente. “Posse se dio cuenta de que perjudicaba el proyecto. El Ejecutivo resolvió reemplazarlo por Esteban Bullrich, que ya probó su eficacia como ministro”, consideró Cristian Ritondo, jefe de bloque de PRO en la Legislatura.

Larreta informó, además, sobre la llegada de Bullrich, al que apadrina. Señaló que el ex dirigente de Recrear asumirá cuando se formalice su licencia como diputado (pero lo hará antes, porque la licencia debe ser aprobada por el pleno del cuerpo, que no sesionará hasta marzo). En su lugar, ocupará una banca provisoriamente Julián Obiglio. Si Posse se fue en vísperas de Navidad, Bullrich asumiría con la llegada de los Reyes Magos. El futuro ministro tendrá este lunes la primera reunión con los secretarios y subsecretarios del ministerio. Hasta ayer, la idea era no hacer cambios en las segundas líneas.

¡Está vivo!

No contento con su carta de renuncia, Posse se ocupó de hablar por buena parte de las radios para defender sus ideas contra el rock y a favor de una amnistía a los represores. Algunas frases con las que se despachó el hombre que había elegido Macri para el ministerio de Educación:

- “Desde el rock de Woodstock para aquí creó una alienación juvenil muy grande. Cuando usted ve grupos de chicas de 12 años sentadas en la villa esperando para entrar a la discoteca y tomando cerveza del gollete, no me parece edificante. En China no dejan a los chicos estar tomando alcohol en la calle, como ocurre acá”.

- “(En el Gobierno) hay guerrilleros trotskoleninistas. Se quedaron sin revolución y con una especie de resentimiento. Quedó un pensamiento muy enfermo”.

- “Me fui a los diez días de asumir porque no quiero irme muerto a los cuarenta. No voy a esperar a que Tito Nenna me pegue en la puerta de un colegio. No tengo por qué ser un héroe solitario”.

- “Se armó un muro de dieciséis gremios. Ganó la prepotencia disfrazada de democracia. Esa es la realidad de la Argentina en que vivimos, la prepotencia antidemocrática se dice democracia”.

- Acusó a “la clase política” de “una cobardía general” por no haberlo defendido. “Yo esperé una solidaridad, por lo menos de los partidos que habían vencido el 28 de junio. Todos los señores importantes de la política argentina están pensando solamente en su presidencia. Pero no lo culpo en eso a Macri, porque tuvo el coraje de haber buscado una personalidad independiente.”

Los macristas, agradecidos de que ya no sea ministro.

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El renunciante ministro de Educación porteño, Abel Posse, se despidió tan verborrágico como al ingresar.
 
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