EL MUNDO › SE AVECINA UNA CRISIS HUMANITARIA EN ESA CIUDAD DE AFGANISTáN

Falta comida y agua en Marjah

La necesidad de suministros en el antiguo bastión talibán se está tornando cada vez más urgente para aquellos que no salieron de la ciudad una vez que comenzó la ofensiva. La operación militar de la OTAN se prolongará hasta junio.

 Por Kim Sengupta *

Desde Helmand

Mientras los desesperados habitantes de Marjah, sur de Afganistán, advertían que el agua y alimento escasean desde ayer, el último despliegue de la Operación Moshtarak (Juntos) se puso en marcha, con la OTAN y las fuerzas del gobierno afgano intentando abrirse camino en uno de los últimos enclaves talibán que aún persisten en la lucha. La operación durará hasta junio, informó ayer el jefe del Estado mayor del ejército francés, el general Jean-Louis Georgelin.

La necesidad de suministros en el antiguo bastión talibán se está tornando cada vez más urgente para aquellos que no salieron de la ciudad una vez que comenzaron los enfrentamientos. Pero por ahora, las tropas dirigidas por los Estados Unidos están concentradas únicamente en lo que esperan sea la última batalla contra los insurgentes, mientras continuaban los repetidos intentos de bloquear su avance en la ciudad.

La coalición enfrentó numerosas emboscadas en las estrechas calles de Marjah a la vez que intentaron sortear las bombas ubicadas en el tramo de dos kilómetros cuadrados en el extremo occidental de la zona de combate.

Aviones de guerra, helicópteros con ametralladoras y aviones no tripulados sobrevolaron los cielos, pero su uso fue escaso según relataron los oficiales norteamericanos, porque los insurgentes utilizaban a los civiles como escudos.

“Están acorralados. Parecería que se quieren quedar y luchar, pero siempre pueden dejar sus armas y escapar”, aseguró el teniente Brian Christmas, comandante del tercer batallón del régimen número 6 de la Marina.

Cerca de 600 policías afganos de la Fuerza de Protección Pública, la nueva establecida gendarmería, esperaban moverse en lo que queda de Marhaj, en lo que será el primer paso para luego establecer el control del gobierno afgano. El general Mohieedin Ghouri, líder de la armada en la provincia de Helmand, dijo: “Los insurgentes están en el centro de la ciudad, en el bazar. Nosotros estamos ocupados realizando las tareas de búsqueda y limpieza con vistas a eventualmente poner centros policiales de control”.

A pesar de los progresos militares, los oficiales de la coalición enfrentan un serio problema humanitario como resultado de los ataques –algo que será, de acuerdo con el comandante general de la OTAN, Stanley Mc Chrystal, incluso más difícil que la fase de lucha–.

En conversaciones telefónicas, los habitantes de Marjah describieron las serias dificultades con las que deben lidiar día tras día. “La mayoría de la gente no puede acceder a medicinas o alimentos. A eso se sumó que no podemos trabajar en nuestras granjas”, cuenta Abdul Ghias, de 53 años. El comerciante Yaqub Rashid también agrega datos al relato. “Tenemos mucho miedo de salir por el constante tiroteo en la ciudad. También nos preocupa pisar alguna bomba de las que plantaron en las rutas. Muchos de nosotros nos quedamos acá para proteger nuestros hogares. Pero realmente necesitamos ayuda.”

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página12.

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Las tropas de Estados Unidos registran los nombres de los pobladores de Marjah.
 
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