El Ministerio de Agroindustria declaró la emergencia agropecuaria para los productores agropecuarios afectados por lluvias e inundaciones en las provincias de Santa Fe, Córdoba, Chaco y Formosa y dispuso ampliarla en Entre Ríos. El ministro Ricardo Buryaile indicó que el objetivo de la cartera a su cargo es asistir a los productores agropecuarios y poner las herramientas para la solución de sus problemas en el menor tiempo posible, en referencia a la declaración de emergencia agropecuaria en las mencionadas provincias. La Bolsa de Cereales de Buenos Aires estimó que las pérdidas de áreas sembradas con soja marcan una cifra récord de 1,56 millones de hectáreas, por el impacto de las inundaciones. La especulación en el mercado de Chicago marcó ayer una reversión a la serie de jornadas de alza del valor de la soja, con una retracción de casi 8 dólares por tonelada, equivalentes a un dos por ciento de su precio anterior. También cayeron los precios del maíz y del trigo.

El alcance de la declaración del estado de emergencia y/o desastre agropecuario en cada provincia fue definido de acuerdo al siguiente detalle:

Resolución 165/2016, Santa Fe: desde el 1º de enero hasta el 31 de diciembre de este año, para todas las actividades agropecuarias afectadas por los excesos de precipitaciones, anegamientos y desbordes de arroyos en todo el territorio provincial con excepción del Departamento 9 de Julio.

Resolución 167/2016, Córdoba: para los productores ganaderos y tamberos afectados por el fenómeno de anegamiento de suelos por lluvias extraordinarias, para las cuencas geográficas del río Carcarañá, Sistema Morteros, Río Segundo y Sistema San Francisco.

Resolución 163/2016, Formosa: desde el 1º de marzo al 31 de agosto de este año, para los cultivos de mandioca, batata y hortalizas de producción bajo cubierta afectados por exceso de precipitaciones, ubicados en el Departamento Pirané y las localidades de Fortín Cabo 1° Lugones y Villa General Güemes y sus colonias del Departamento Patiño.

Resolución 164/2016, Chaco: por seis meses a partir del primero de marzo, por efecto de la sequía en los departamentos de Independencia, Comandante Fernández, O’Higgings, General Sarmiento y 9 de julio, entre otros, y en el departamento de San Martín por precipitaciones.

Resolución 166/2016, Entre Ríos: ampliación de la declaración del estado de emergencia y/o desastre agropecuario incorporando a los productores ganaderos, lecheros, agrícolas, forestales, citrícolas, apícolas y hortícolas de todos los departamentos de la provincia por precipitaciones extraordinarias ocurridas en los últimos meses.

La Bolsa de Cereales de Buenos Aires, en su Panorama Agrícola Semanal, proyectó que las pérdidas de áreas sembradas con soja marcan una cifra récord de 1.560.000 hectáreas, a causa de las inundaciones y fenómenos climáticos que afectaron durante el último tiempo a distintas zonas productoras del país. De ese total, 750.000 hectáreas ya estaban contempladas al 31 de marzo por la caída de granizo, sequía y excesos hídricos y, las restantes 785.000 se deben a las grandes lluvias que se produjeron durante el mes de abril, por lo que la estimación final de producción alcanza ahora a 56 millones de toneladas. La entidad mantuvo la previsión de que las pérdidas se incrementen, ya que se detectaron 700.000 hectáreas con problemas de calidad y su recolección “se encuentra sujeta a la evolución de variables productivas, económicas y climáticas durante las próximas semanas”.

Buryaile aseguró ayer que el objetivo de la cartera a su cargo es asistir a los productores agropecuarios y poner a disposición las herramientas para la solución de sus problemas en el menor tiempo posible, en referencia a la declaración de emergencia agropecuaria. “El objetivo de este ministerio es estar presente, tanto en los buenos como en los malos momentos, para cada una de las producciones”, afirmó el ministro en un comunicado.

En el principal mercado mundial para las operaciones de granos, Chicago, luego de varias jornadas consecutivas de alza de la soja, la toma de ganancias por parte de los especuladores provocó un giro en la evolución del precio, con una retracción de ocho dólares por tonelada. Al cierre de ayer, la oleaginosa cotizó a 368,72 dólares la tonelada. El maíz, en tanto, prosiguió con tendencia a la baja.