ECONOMíA › TIMERMAN ADELANTó QUE NO HABRá ACUERDO MERCOSUR-UNIóN EUROPEA POR AHORA

En suspenso hasta que haya garantías

El canciller descartó la posibilidad de un rápido acuerdo de libre comercio entre ambos bloques. Los riesgos para el empleo.

 Por Federico Kucher

El canciller Héctor Timerman adelantó ayer que no habrá un acuerdo comercial entre el Mercosur y la Unión Europea en el marco de la cumbre de la Celac que se desarrolla en Bruselas. El funcionario indicó que sólo puede estar a favor de un convenio si es beneficioso para ambas partes, en donde no se sacrifique “ni un solo puesto de trabajo en el país”. La firma de un tratado de intercambio comercial con el Viejo Continente genera tensiones entre los países de la región. Brasil, Uruguay y Paraguay tienen intenciones de acelerar el arreglo con Europa, mientras que la Argentina y Venezuela consideran que es central mantener la prudencia para no ceder ante las presiones del Viejo Continente.

“El Mercosur quiere llegar a un acuerdo y la Argentina va a hacer todo lo posible para que el acuerdo al que lleguemos con la Unión Europea, si llegamos, beneficie especialmente a los pueblos del Mercosur, porque creemos que no podemos sacrificar el bienestar de nuestra gente en pos de un convenio que no sea beneficioso para nuestros sectores”, indicó Timerman. Agregó que en la reunión de hoy en la Celac no se firmará ningún papel para incentivar el libre comercio con Europa. “Un acuerdo, no. Lo que sí vamos a plantearle (a la Unión Europea) es que el Mercosur ya tiene una oferta para intentar intercambiar (propuestas). Ahora queremos escuchar del lado de ellos en qué estado están, porque la información que tenemos es que ellos no han podido culminar su oferta y, por lo tanto, no se puede hacer el intercambio”, apuntó. Precisó además que en el caso de que “ellos (Europa) tengan una oferta terminada para darnos, pondremos una fecha para empezar el intercambio e iniciar una negociación”.

A principio de esta semana, funcionarios de la Unión Europea intentaron presionar a los países del Mercosur para destrabar el acuerdo de libre comercio entre ambos bloques, una discusión que se inició a comienzos de la década pasada. La apuesta de los europeos era que en el transcurso de esta cumbre pudiera llegar a sellarse un primer compromiso. Incluso le habían puesto fecha: sería el 11 de junio. Es decir, hoy. Así lo había manifestado, días atrás, Matthias Jorgensen, de la dirección general de comercio de la Comisión Europea. “Esperamos conseguir una buena reunión ministerial, y salir del atolladero en el que nos encontramos”, se ilusionó. La respuesta de Timerman de anoche no lo debe haber dejado muy conforme.

A diferencia de la Argentina, Uruguay expresó abiertamente su intención de alcanzar una negociación con el Viejo Continente. “El funcionamiento del Mercosur ha dejado mucho que desear en los últimos tiempos y un eventual acuerdo del bloque con la Unión Europea podría ser un elemento de ayuda para mejorar la situación”, dijo Danilo Astori, el ministro de Economía uruguayo, ayer en Montevideo, durante el encuentro en un foro empresario. Agregó que “una de las líneas estratégicas del país para favorecer el desarrollo económica y social se encuentra en la apertura al mundo. Las dificultades se agravan cuando se cierra la puerta”.

Brasil también mostró mayor predisposición a un acuerdo rápido con el bloque europeo. Ayer, al llegar a Bruselas, la jefa de Gobierno, Dilma Rousseff, expresó: “Buscamos consolidar esta relación. Es una prioridad de la agenda externa del Mercosur y de Brasil. Estamos listos”. En tanto que la ministra de Agricultura brasileña, Katia Abreu, señaló que la idea es comenzar el intercambio de propuestas en los próximos meses, aunque anticipó que “Brasil pedirá que el intercambio se acelere y se concrete no más allá de julio”.

El acuerdo que la Unión Europea está negociando con el Mercosur se divide en tres grandes capítulos: diálogo político, cooperación y comercio e inversión. Desde los medios europeos se reconoce que este último es que presenta las mayores dificultades. Después de seis años de suspensión, las negociaciones se reanudaron en 2010. Es decir, que las conversaciones se retomaron pero ya en el período en el que Europa había ingresado en una histórica recesión, cuyo impacto aún persiste.

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Dilma Rousseff, dispuesta al acuerdo. Con Jean-Claude Juncker, titular de la Comisión Europea.
Imagen: AFP
 
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