DEPORTES › LA PUJA ENTRE LUIS SEGURA Y MARCELO TINELLI

Votos y melones en la elección de la AFA

Gabriel Mariotto, el vicegobernador bonaerense que apoya al empresario, dio una definición muy gráfica. Cómo se acomodan los candidatos para octubre. Ya hay un tercero en carrera: Marón, de Lanús.

 Por Gustavo Veiga

Imagen: Télam & Arnaldo Pampillon.

La metáfora frutícola con que el vicegobernador bonaerense Gabriel Mariotto se refirió a la interna presidencial de la AFA fue muy descriptiva: “Falta que ande un poco más el carro para que se acomoden los melones”. Partidario de que Marcelo Tinelli maneje el fútbol argentino, no aclaró a qué melones se refería, ni cómo se acomodarían. Los más pesados está claro que no apoyan a su candidato, que es el mismo del gobernador Daniel Scioli. Ni el presidente de Boca, Daniel Angelici, ni el de Independiente, Hugo Moyano, tampoco el de Racing, Víctor Blanco. Sólo el de River, Rodolfo D’Onofrio, lo respaldó de manera pública desde el Vaticano, donde visitó al papa Francisco. La grieta entre el frente que acompaña la aspiración del conductor televisivo y los dirigentes que resisten su proyecto con Luis Segura como mascarón se profundizó en la semana que pasó. Por eso se perfilan otros aspirantes a la presidencia. Alejandro Marón, cuyo mandato en Lanús termina en diciembre, es el que surge ahora con más nitidez. Pretende ser el referente del consenso. Pero habría más. Tantos como los melones que empiezan a cambiar de posición en el carro del que habló Mariotto.

José Lemme, el secretario de Finanzas de la AFA y obediente grondonista hasta que decidió respaldar la postulación de Tinelli, se corrió del espacio que comanda el presentador de TV en un par de semanas. Segura quizá crea –equivocadamente– que una movida como ésa equivale a un soldado más que recupera para la guerra. Pero no.

El presidente de la AFA que era vice de Argentinos Juniors cuando al club lo manejaba a control remoto el genocida Carlos Suárez Mason, es un candidato débil comparado mano a mano con su adversario. Se abrió entonces una hendija en la que apareció el presidente de Lanús –que no quiere hablar de su candidatura–, pero que a sus íntimos les confía que se “siente preparado” para gobernar la AFA por los próximos cuatro años. Marón prefiere usar en público la palabra “gestión”. No cuestiona a Tinelli ni a Segura. Se muestra equidistante de los dos y sólo discute el acuerdo entre las partes del 18 de agosto. Lo considera una ficción.

La asamblea del 22 de octubre definirá si se prorroga el mandato de Segura hasta marzo o se vota al presidente de la AFA antes de fin de año. Está programada para tres días antes de las elecciones nacionales y es una bisagra. El símbolo de la TV ramplona y obscena, cuando del fútbol se trata, fue tan exitoso en San Lorenzo como fracasado en el club Badajoz de España cuando lo compró en 1998. Ahora sabe que necesita una quinta parte y un voto más de los asambleístas para evitar que su rival extienda su mandato hasta marzo, gane tiempo y reúna más fuerzas. Eso equivale a 16 votos sobre 75. Ya se impuso en la pulseada por el artículo 50 del Reglamento General de la AFA. Podría ir ahora por su segunda victoria.

La aspiración de Tinelli está zarandeada por una contradicción. Su mayor fuerza radica en la influencia que ejerce como poderoso empresario mediático y en la periferia que tanto condiciona al fútbol: el escenario de la política nacional. Tiene el respaldo de Scioli, el presidenciable con mayor intención de voto. Pero en el núcleo duro de la AFA, en los pasillos del viejo edificio donde Julio Grondona gobernó 35 años, está su debilidad. Alardearon a su alrededor que tenía los votos para convalidar su candidatura, pero se vio forzado a negociar con Segura y los dóciles seguidores del dueño del célebre anillo (Todo pasa). Y en octubre no parece que su postura vaya a imponerse al galope.

Angelici, el delegado de Mauricio Macri en Boca, se alejó de Tinelli por disciplina partidaria más que por convicción personal. Le debe al jefe de Gobierno porteño la presidencia en el club, cuando éste va ahora por la del país. La posición del jefe de la CGT opositora tiene claro el porqué. Rompió con el gobierno nacional una tarde de diciembre de 2011 en la cancha de Huracán. Ahora enfrenta a su candidato para la AFA, el vice de San Lorenzo. En Independiente lo acompaña Cristian Ritondo, vicepresidente 1º de la Legislatura porteña y peronista PRO. También un dirigente del club que es crítico de Tinelli pero por razones futbolísticas: Noray Nakis tiene banca en el Ascenso. Presidió Deportivo Armenio en las últimas décadas.

La posición de Blanco, el presidente de Racing, es más neutra. Como si se resguardara para una eventual postulación. Igual, se opuso a que el empresario televisivo usara un resquicio del artículo 50 para postularse en la AFA. D’Onofrio, en cambio, se alineó con Scioli y Mariotto para respaldar la aspiración de Tinelli. Es el único presidente de un club grande que lo banca, sin contar –por razones obvias– a Matías Lammens.

Quedó claro a esta altura que el conductor exageró cuando presentó su proyecto fundacional para la AFA: se lo entregó a los dirigentes para asegurarles que contaba con el absoluto respaldo de las tres fuerzas políticas mayoritarias de nuestro país. Si fuera así, su lobby para llegar a la presidencia ya le hubiera despejado el camino de obstáculos. Lejos está de lograrlo. Al punto de que convoca o intenta seducir a presidentes de clubes del Ascenso que, sabe, arrastrarán votos hacia la asamblea clave del 22 de octubre. A uno que milita en el Frente para la Victoria le mandó saludos cordiales desde Show Match. Apela al poder disuasivo de sus cámaras.

También tiene operadores en el edificio de la AFA. Héctor Domínguez, ex presidente de Gimnasia y asesor rentado de la casa, es el mismo que aparece en una escucha del 16 de mayo de 2013 en sugestivo diálogo con Grondona. Un tramo de la conversación que se difundió dice:

“Domínguez: –Estaba en Torneos tratando de que Alejandro...

Grondona: –¿Qué, cómo?

D: –Que estaba en Torneos viendo todos esos contratos que él quiere que se firmen la semana que viene.

G: –Ya está.

D: –Bueno, dígame.

G: –Lo de que vino Pablo Silva, que vos tenés algo con él del asunto de los contenidos.

D: –Usted quédese tranquilo.

G: –Metele nomás.

D: –Usted no me conteste, trato de hacer algo sin hinchar demasiado las pelotas y que no lo garquen”.

El Alejandro al que se refiere está bajo prisión domiciliaria en Estados Unidos por el escándalo de la FIFA. Su apellido es Burzaco. Su ex cargo: CEO de Torneos y Competencias. Domínguez estaba en permanente contacto con él por cuestiones de la AFA, TyC y Santa Mónica, la empresa que maneja los sponsors de la asociación y la Copa Argentina. Ahora se empeña en apuntalar a Tinelli. Segura, mientras tanto, ratificó su decisión de presentarse. “Tengo la convicción y quiero ser candidato”. Representa a la vieja AFA, aunque la que se autoproclama nueva tiene igual cantidad de arrugas.

En esa encrucijada donde pierde peso la polarización, hay otros candidatos a la expectativa. Los melones de Mariotto se van acomodando. Los hay grandotes, los hay pequeños, pero no se sabe si llegarán maduros o verdes al 22 de octubre o a marzo del año que viene.

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