DEPORTES › EL HURACAN DE CAPPA VENCIO 3-1 AL RACING DE CARUSO LOMBARDI

Le afeitó el candado al barba

Con algunos ratos de fútbol del equipo del campeonato anterior y goles de Filipetto, Rodrigo Díaz y Toranzo, el Globo destrabó el cerrojo defensivo de la Academia, que se fue desdibujando con el correr del partido. “Caruso no se va”, fue la gastada de los hinchas locales.

El duelo de técnicos mediáticos tuvo un claro ganador. Con ratos del fútbol que pregona su entrenador, Angel Cappa, Huracán venció con claridad 3-1 al Racing de Ricardo Caruso Lombardi, que se quedó sin plan B a partir del primer gol rival. Por eso, si cumplen con la apuesta de la publicidad, Caruso debería dejar de lucir su barba candado. Igual, más preocupado debe estar por su futuro, ya que anticipó que si Racing no derrota a Boca en la próxima jornada, dejará su cargo como DT.

El primer tiempo resultó parejo y el 2-0 con que se fue al descanso Huracán resultó excesivo. Es que si bien mostró un trato de pelota más prolijo, en chances de peligro no hubo tantas diferencias. Incluso, Racing tuvo un par de ocasiones para convertir. Claro que el equipo de Caruso pagó caro sus desatenciones defensivas. Primero, permitió que Bolatti conectara solito un corner de la derecha y tampoco protegió a De Olivera tras el rebote. Por eso, Filipetto, de arremetida, marcó el primer tanto.

Allí comenzaron los verdaderos problemas para Racing, que no estaba preparado para asumir el protagonismo del partido. Por eso, Huracán le regaló unos metros y lo lastimó con espacios: Toranzo armó un gran contragolpe y, con toda la defensa yendo hacia la derecha, cedió a la izquierda para Rodrigo Díaz, que pisó el área y convirtió con un zurdazo cruzado.

Con la ventaja, Huracán se hizo claro dominador del partido. Para colmo, Racing ni siquiera aprovechó el penal que tuvo, ya que Monzón se lo atajó a Ramírez. Por eso, cuando Toranzo clavó un derechazo en el ángulo, se desató el festejo en Parque Patricios. Por el desahogo por abandonar el último puesto y por los ratitos de buen fútbol que regaló el equipo, más allá de las enormes desatenciones defensivas que le hicieron pasar más de un susto y le permitieron a Grazzini convertir un golazo, cuando ya no quedaba tiempo. El duelo, el de la cancha y el mediático, ya tenía un claro vencedor.

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Todo Huracán celebra el gol de Filipetto. De Olivera lo sufre desde el piso.
Imagen: DyN
 
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