Al igual de lo que sucedió en Qatar, cuando inmediatamente después de la final con Francia, arrancaron las presiones para que juegue la próxima Copa del Mundo en 2026, el domingo, luego de la clasificación del Seleccionado Sub 23 para los Juegos Olímpicos de París, comenzó la campaña para que Lionel Messi sea convocado para esa competencia como uno de los tres mayores que el reglamento habilita a incluir.

Y en esta ocasión es preciso decir lo mismo que se dijo en aquella: hay que dejarlo tranquilo a Messi y no someterlo desde ya a presiones que tienen que ver más con los deseos del entorno que con los suyos propios. Y más a esta altura de su incomparable carrera. "Leo" la ha dado todo al fútbol argentino y suena invasivo e irrespetuoso forzarlo a tomar una decisión. Por más emocionante que pueda resultar imaginarlo como el abanderado de la delegación nacional en el desfile inaugural que tendrá lugar el 26 de julio sobre las aguas del río Sena.

Messi ya ha cumplido de sobra todos sus sueños en el fútbol. Incluso, fue campeón olímpico en Pekín 2008 por lo que la medalla dorada también forma parte de su imponente vitrina personal. Desde ese punto de vista, ir a París a capitanear el equipo de Javier Mascherano podría representar más un gesto de amistad y colaboración que un gran objetivo personal. De todos modos, son meras suposiciones. Nadie sabe verdaderamente cuales son los planes de "Leo". Competir y ganar forman parte su insaciable ADN y bien podría Messi querer embarcarse en una nueva aventura deportiva para volver, dieciséis años más tarde, a lo más alto del podio olímpico. Lo decidirá como siempre en la intimidad de su familia y sin escuchar otras voces que las de sus afectos más cercanos: sus padres Jorge y Celia y su esposa Antonella.

Sea lo que fuere, habrá que compatibilizar los calendarios para llegar a París: la Copa América de los Estados Unidos arrancará el 20 de junio y si la Selección Argentina jugara la final, Messi tendrá actividad hasta el 14 de julio con seis partidos en ese lapso. Casi sin secarse el sudor, "Leo" debería cruzar el Océano Atlántico para incorporarse al equipo olímpico: la competencia futbolística de los Juegos comenzará el 24 de julio (dos días antes de la inauguración oficial) y cerrará el 10 de agosto, un día antes de la ceremonia de clausura. O sea que Messi sumaría en 51 días el trajín de dos competencias de alto nivel. Nadie sabe si a los 37 años que celebrará el 24 de junio en medio de la Copa América querrá afrontar semejante desgaste. 

Messi y Mascherano hablaron por teléfono el domingo luego de la victoria argentina ante Brasil en Caracas. Fue un cruce de circunstancias, el diálogo entre dos amigos. El técnico le respetará los tiempos a Messi y no le meterá presión. Pero la propuesta de capitanear la Selección en París ya está en conocimiento del supercrack rosarino que por sí o por no, tomará la decisión a su debido momento. Con sus propios tiempos y no con los que quiere fijarle la ansiedad de los de afuera.