El sábado pasado al mediodía, bajo la consigna “Comunidad de las Artes Visuales vota Unión por la Patria”, un grupo muy representativo del mundo del arte se reunió y fotografió en la Plaza de Mayo, para manifestar su voto en relación con el difícil momento que vive el país y ante el temor por el crecimiento de la ultraderecha, violenta y amenazante.

Unas doscientas cincuenta personas, más numerosas adhesiones, fueron convocados por iniciativa de la pintora Magdalena Jitrik, a quien se sumó Déborah Pruden y a partir de allí se armó un comité con colegas.

Página 12 entrevistó a Magdalena Jitrik.

“Esta manifestación en Plaza de Mayo -dice la artista- fue un momento que se sintió como fundacional, a pesar de que fuera una acción mínima, como expresarse y sacarse una foto. El hecho de juntarse es la actitud contraria, inversamente proporcional, a la atomización social que promueve la ultraderecha. Pudimos compartir un estado de ánimo, de temor, en relación con el futuro próximo y la posibilidad de desarrollar nuestra actividad artística. La actividad artística busca transformar la realidad. Va en paralelo con la política. Son herramientas de transformación de la realidad. Por eso pensamos que la antipolítica termina siendo anti arte. Por eso nosotros convocamos a la comunidad, palabra que también fue muy festejada. Así nos reunimos artistas, curadores independientes y de museos, gestores, críticos, historiadores, docentes, galeristas, montajistas, asistentes, guías de sala…”

-¿Cuándo surgió tu idea de convocar a esta movida?

-El avance de la ultraderecha lo veníamos sintiendo desde hace tiempo, pero la angustia y el temor concretos surgieron con el resultado de las PASO. Hablé con Déborah en una fiesta. Me dijo: “Hagamos algo”. Varios me llamaron. Y pensamos en la idea de la foto grupal, que había sido un recurso efectivo en la campaña por el aborto, cuando se veían fotos gremiales muy emotivas, de enfermeras, de escritoras… por eso propusimos lo de la foto. Nos reunimos, conversamos con dos o tres personas más y armamos un grupo.

-Que se viralizó rápidamente.

-Formamos el grupo de whatsapp y en cuatro horas había mil personas. Hasta que en un momento nos hackearon, tuvimos que cerrarlo y en seguida reabrimos otro. Muchos comprometieron su presencia, muchos otros se solidarizaron y la cosa después se fue armando.

-¿Cómo llegaron a decidir el lugar de la reunión?

-En la discusión grupal se fueron sugiriendo lugares, como el Museo Nacional de Bellas Artes. Pero como se trata de las elecciones presidenciales, el lugar tenía que ser frente a la casa de gobierno. Nunca pensé que iba a organizar una manifestación en la Plaza de Mayo. Es algo que me gustó mucho de la convocatoria.

-¿La primera acción fue la redacción de la propuesta convocante?

-La redacción de la propuesta convocante la escribí una noche. Y después de la primera versión hice correcciones. Luego vino el primer debate presidencial. Y después de los horrores que se escucharon ahí, no fue necesario dar explicaciones. Unión por la Patria es lo que tenemos, es lo que hay que militar. Y es algo urgente. Porque la situación es terrible. Antes de las PASO había muchas consignas contra el neofascismo, pero después todos nos dimos cuenta que en términos electorales lo que hay que votar es a Unión por la patria. Ya sabemos que del otro lado está la ultraderecha.

-Tu obra estuvo desde siempre atravesada por la política, así que arte y política es un par que para vos viene de lejos.

-Yo como persona no soy una gran militante, pero de esto no quiero quedarme afuera. Y quedé sorprendida con la recepción de la convocatoria, porque supimos interpretar una necesidad. Esa es la maravilla que es la política. Dimos en el clavo. Todos nos agradecieron por hacer esto. En lo personal no estoy preparada para el ejercicio clásico del militante que es ir a convencer puerta por puerta. Con esto estamos haciendo lo que podemos y la idea es que formamos parte de una comunidad y de un profesión que no quiere ese mundo que nos propone la ultraderecha. Nosotros somos artistas visuales. ¿En qué mundo vamos a desarrollar una obra artística? Para la sensibilidad artística hay límites muy claros, especialmente en el terreno de los derechos humanos. Así que esta movida sacó de la pasividad a la comunidad artística.

-El mundo del arte también está formado por coleccionistas, que en varios casos expresan simpatía por la ultraderecha.

-Entre los empresarios que están apoyando a Milei hay coleccionistas muy importantes, que tienen obra nuestra y particularmente me han comprado obra, series de cuadros que hacen referencia directa a la política. Con esto los artistas salimos a decirles “Ojo con lo que están haciendo”. Me parece que es importante. Los artistas no somos eso que ellos están promoviendo. Ese aspecto no está explícito en la convocatoria pero también hace al fondo de la cuestión. Las galerías venden y en parte dependemos de que nos compre obra esta gente con ideas horribles. Además me hace mucho ruido el tema de la “casta”, que en realidad la usan exclusivamente para combatir a la política. Porque en realidad con la casta no tienen ningún problema.

-Es un tema de clase, también cuando se habla de la grieta.

-Se saca de la discusión el tema de la clase, pero esto es un tema de clase.

-Antes decías que esta movida fue fundacional, como un punto de partida.

-Quizás esta foto no sea la última, porque falta el ballotage y tal vez podamos participar en alguna marcha con una columna, detrás de este cartel, porque los planteos que se oyen del otro lado requieren de una tarea militante. Casi es como estar nuevamente teniendo que decir “democracia o dictadura”. Creemos que nunca fue tan fácil elegir qué queremos para el futuro, porque es un tema de supervivencia. Y por su parte Bullrich dice que "va a terminar con el kirchnerismo para siempre”. Es una amenaza. Me parece que no se puede vivir bajo amenaza. Estamos cumpliendo cuarenta años de democracia y para la ultraderecha parece que los problemas empezaron con la vuelta de la democracia.