El aumento de un 10 por ciento de las retenciones a la soja (al pasar de una alícuota del 30 al 33 por ciento) no persigue un fin recaudatorio sino que la apuesta es a redistribuir recursos hacia los pequeños productores y las economías regionales con un criterio federal. Luego de destacar la “voluntad de diálogo” del Gobierno nacional, ahora los integrantes de la Mesa de Enlace pretenden reeditar el escenario belicoso de 2008 a pesar de que solamente un conjunto de 14.884 productores –dentro un sector altamente concentrado – pasarán a tributar más bajo el nuevo esquema de derechos de exportación a la soja, mientras que 42.406 serán beneficiados con la segmentación. Otros miles de productores de las economías regionales recibirán una transferencia indirecta de 11.000 millones de pesos, aproximadamente, por la disminución de retenciones.

Sin embargo, la Mesa de Enlace lanzó un nuevo lockout. Para ellos, “el campo” es solamente lo que sucede en la Pampa Húmeda. Tal es así que hasta la Federación de Instituciones Agropecuarias de Santa Cruz –FIAS, entidad integrada a CRA que nada tiene que ver con la soja- decretó el lockout en la venta de lanas, a pesar de que esta producción se benefició con la baja de retenciones.

La recaudación extra por la suba de tres puntos en las retenciones sería de 334,38 millones de dólares. De ese total, 174 millones de dólares serán destinados a cubrir la baja de las retenciones en las economías regionales. ¿Cómo será la distribución de esos recursos hacia el interior de las economías regionales?

Región Patagónica

Según datos del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, en 2018 las exportaciones derivadas de la pesca fueron de 2200 millones de dólares, mientras que el año pasado alcanzaron los 1800 millones. Esta merma del 18 por ciento sucedió, en parte, por una depreciación del precio internacional de algunos productos como la merluza.

Sobre este rubro, con especial incidencia en la Patagonia, se decidió reducir los derechos de exportación del 9 al 7 por ciento para los productos elaborados en los buques factoría (congelados dentro del mismo barco), mientras que para los procesados en las plantas en tierra, las retenciones bajarán 4 puntos. A su vez, los productos que sean elaborados en tierra y se exporten directamente a las “góndolas del mundo” también bajarán del 9 al 5 por ciento, producción de langostinos, por ejemplo.

La transferencia de recursos –vía reducción de retenciones – para este sector está calculada en 34 millones de dólares.

Por otro lado, las exportaciones de lana sucia tendrán una reducción de dos puntos en sus retenciones, al pasar del 9 al 7 por ciento de alícuota. En 2015, las exportaciones de lana sucia totalizaron las 6885 toneladas por un valor FOB de 26,7 millones de dólares según datos del Indec. En 2019, las ventas al exterior de este producto fueron de 7381 toneladas, por un valor FOB de 52,5 millones de dólares. Para el caso de la lana limpia, la alícuota descenderá al 5 por ciento. La transferencia para los productores de lana sería de 1,34 millón de dólares. De todas maneras, en Santa Cruz los productores decretaron el lockout en “solidaridad” con los grandes sojeros.

Por otro lado, la venta de carne ovina también registrará una baja de 4 puntos porcentuales en sus retenciones (del 9 al 5 por ciento).

Región Pampeana

En el caso de la carne porcina, la apertura de las importaciones fue abrumadora. En 2015 se compraron en el exterior 11.582 toneladas, mientras que en 2019 fueron 30.841 toneladas, según datos de la Subsecretaría de Mercados Agropecuarios del Ministerio. Una suba del 166 por ciento. Con un dato clave: la producción de porcinos había marcado récords históricos antes de la llegada del macrismo.

Las retenciones para la carne de cerdo descenderán del 9 al 5 por ciento (carne bovina y avícola permanecerán sin variaciones). La transferencia hacia el complejo cárnico (ovina y porcina) será de 2,65 millones de dólares.

Las exportaciones de aceite de girasol tendrán una baja de 7 puntos porcentuales (de 12 al 5 por ciento). Para el girasol sin procesar será de 5 puntos; la harina de maíz pasará del 9 al 5 por ciento, la harina de trigo descenderá de 9 a 7 por ciento, y el maní, de 12 a 7 por ciento. Según los cálculos de Agricultura, los productores de girasol recibirán una transferencia de 43 millones de dólares, los de maní casi 40 millones y otro millón y medio de dólares será para los restantes granos y harinas de la región.

Región NEA

Las retenciones a las exportaciones para el arroz paddy – tipo de cereal que conserva su cáscara natural - quedarán reducidas a la mitad, al pasar del 12 al 6 por ciento; mientras que el arroz pulido recibirá una baja de 4 puntos porcentuales (de 9 a 5). En 2019, las exportaciones de arroz pulido fueron de 7233 toneladas, seis veces más que lo exportado un año antes. La transferencia para los productores de arroz a partir de la baja de retenciones sería cercana a los 8 millones de dólares.

Región NOA

Las exportaciones de limones que no tendrán ninguna modificación, pero lentejas, arvejas, porotos y garbanzos se beneficiarán con una baja de 4 puntos (pasan del 9 al 5 por ciento) en sus derechos de exportación. En 2019, las exportaciones de garbanzos secos fueron de 106.700 toneladas, con una caída del 31 por ciento en relación al año anterior; las de porotos (secos, desvainados) totalizaron 26.738 toneladas, con una merma del 29 por ciento en relación a 2018. A partir del nuevo esquema de retenciones, las transferencias para los productores de estas legumbres serán de 18 millones de dólares, aproximadamente.

@spremici