SOCIEDAD › AVANCE DE LA INDUSTRIA EN EL PROYECTO DE LA LEY NACIONAL ANTITABACO

Publicidad por teléfono e Internet

La autorización de ese tipo de propaganda fue el último logro del lobby de las empresas tabacaleras contra el proyecto de Diputados. La iniciativa puede ir a recinto antes de fin de año. Su principal cláusula prohíbe fumar en espacios cerrados de acceso público. Sin excepciones.

 Por Mariana Carbajal

Avanza en Diputados una ley nacional antitabaco. El ruido generado por la normativa porteña le dio nuevo impulso a un proyecto con media sanción del Senado que estaba cajoneado desde hace dos años. Pero en los últimos días la industria se anotó un tanto. Su lobby fue efectivo y consiguió, de la mano de legisladores de provincias tabacaleras, incluir en el dictamen que se aprobó en la Comisión de Prevención de Adicciones una de sus principales demandas: que se autorice la publicidad de cigarrillos a través de Internet y mensajes de texto a celulares. La iniciativa está ahora en la Comisión de Salud, donde su presidente, el médico epidemiólogo (kirchnerista) Juan Héctor Sylvestre Begnis, promete dar batalla y llevar al recinto antes de fin de año un texto duro, que incluya la prohibición de fumar en espacios cerrados de acceso público sin excepciones y restrinja al máximo la publicidad. “La sociedad no sólo está esperando esta ley sino que la necesita. Desde el retorno de la democracia se han muerto en el país como consecuencia del tabaco casi un millón de personas”, afirmó el diputado santafesino. La pelea legislativa no será fácil.

El martes, el presidente del cuerpo, Alberto Balestrini, dio el visto bueno para darle velocidad al tratamiento del proyecto. En lugar de pasar por siete comisiones, como se estipuló originalmente cuando llegó con media sanción del Senado, se discutirá en una sola comisión más, la de Comercio. También se acordó que el martes próximo sesione esa comisión junto con la de Salud –donde está ahora el texto– y la de Prevención de Adicciones, de donde salió la semana pasada, para sacar con más velocidad un dictamen de mayoría. El apuro radica en que, si no se aprueba antes de fin de año, perderá estado parlamentario. Y una vez que tenga sanción en Diputados –si la llega a tener–, con las modificaciones incorporadas deberá volver al Senado para convertirse en ley.

En los últimos meses, directivos de Massalin Particulares y Nobleza Pi-

ccardo, los dos principales fabricantes de cigarrillos en el país, subsidiarias de trasnacionales, visitaron el Congreso para reunirse con diputados o con sus asesores. Entre otros ejecutivos estuvieron, de NP, su gerente de Planeamiento Estratégico, Matías Szapiro, y el de Relaciones Institucionales, Facundo Etchebehere, quien fue asesor de la Secretaría de Agricultura de la Nación. Por MP concurrió el encargado de Asuntos Gubernamentales, Juan Cristóbal Raitzin, una de las cabezas de la Cámara de la Industria Tabacalera. “Las tres preocupaciones de las empresas son impedir que se prohíba la venta a menores de 18 años, que no se restrinja la publicidad y que no se establezcan espacios 100 por ciento libres de humo”, resumió Sylvestre Begnis, quien recibió a los representantes de la industria junto con otros legisladores de la Comisión de Salud. “Hay que escuchar a todos”, justificó el encuentro, en diálogo con Página/12. El diputado del Frente para la Victoria fue ministro de Salud de Santa Fe, desde donde impulsó la sanción de una ley antitabaco en su provincia.

La presión de las tabacaleras surtió efecto: el salteño Manuel Urtubey, también kirchnerista, propuso hace unos días en la Comisión de Prevención de Adicciones –donde se discutía el proyecto– que se permita la publicidad directa de productos con tabaco, lo que abre la puerta a nuevos canales de promoción, a través de Internet y de la telefonía celular y fundamentalmente dirigidos a un público joven. Urtubey proviene de Salta, una de las siete provincias tabacaleras del país. “Se ve que ya lo tenía acordado porque enseguida consiguió los votos para imponer este cambio”, comentó a este diario un testigo de la reunión. De la Comisión de Prevención de Adicciones el proyecto salió con siete disidencias parciales: una, del diputado Leonardo Gorbacz (ARI), que se opuso a esta modificación. Y las otras seis, del propio Urtubey y sus compañeros de bancada Alberto Herrera y Diana Conti y de los radicales Juan Acuña Kunz y Pedro Moroni y de Nora Chiacchio (Peronismo Federal) que rechazan la prohibición total de fumar en lugares cerrados de acceso público, tanto del sector público como privados (bares, restaurantes, shoppings, etc.) y pretenden flexibilizar este punto para que puedan existir sectores para fumadores.

Como está redactado hasta ahora el proyecto, además de establecer espacios 100 por ciento libres de humo, incluye los siguientes puntos:

- Prohíbe la venta de cigarrillos a menores de 18 años.

- Incorpora al Programa Médico Obligatorio (PMO) la cobertura de los tratamientos médicos y psicológicos de las personas que padecen la adicción al tabaco. Y dice que todas las prestadoras de salud deben dar cobertura a esos tratamientos.

- Establece que los paquetes deben llevar una frase impresa de advertencia sobre el daño que produce el hábito de fumar (no aclara qué tipo de leyendas).

- Obliga a los fabricantes a informar al Ministerio de Salud una lista de los ingredientes usados en la elaboración de los cigarrillos.

El debate en Diputados se da en paralelo a la discusión en el Senado del proyecto de ley antitabaco enviado el año pasado por el presidente Néstor Kirchner. Pero en la Cámara alta, esta iniciativa –de la que el ministro Ginés González García es ferviente impulsor– está trabada por la oposición de los senadores de las provincias tabacaleras liderados por la jujeña Liliana Fellner, kichnerista y hermana del gobernador.

Los fabricantes apuestan a conseguir una normativa nacional débil para invalidar la aplicación de leyes más duras que se aprobaron en Santa Fe, Tucumán y Córdoba.

La semana pasada el proyecto pasó a la Comisión de Salud, donde el diputado Sylvestre Begnis promete que no saldrá un texto blando. “Como sanitarista e impulsor de la lucha contra el tabaco en mi provincia, estoy obligado a sacar esta ley que la sociedad no sólo está esperando sino que la necesita”, señaló Sylvestre Begnis. La resistencia a acatar la ley porteña de parte de propietarios de bares tuvo repercusión en Diputados. “Cada vez hay más diputados que se resisten a una ley dura”, alertó el arista Gorbacz, integrante de las comisiones de Adicciones y Salud.

Las posiciones quedaron a la luz en la reunión que se hizo hace nueve días en la Comisión de Salud. Begnis, Gorbacz y la kirchnerista Juliana Marino se mostraron firmes en no flexibilizar el proyecto, pero se escucharon varias voces que proponen que las restricciones para fumar sean graduales, como las de la peronista federal Graciela Camaño, que alegó la defensa del sector gastronómico, cuyo gremio encabeza su esposo Luis Barrionuevo. La kirchnerista Graciela Rosso (ex viceministra de Salud) sorprendió al decir que antes estaba a favor de la prohibición total y ahora está pensando si es adecuada esa medida. La macrista Paula Bertol, una de las autoras de la ley porteña, planteó que en la ciudad se incluyeron los espacios para no fumadores en locales de más de 100 metros como estrategia para conseguir los votos para sancionar la ley. Fue insólito el argumento de la kichnerista Susana Díaz: dijo que en Tucumán la gente se está enfermando de gripe por salir a fumar al aire libre.

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