Después de una extensa gira por México, Colombia, Perú, Bolivia, Ecuador y Chile, Los Espíritus presentarán en Buenos Aires su sexto disco de estudio, La Montaña (2023), un material en el que consolidan su particular estilo que conjuga psicodelia, rock espacial, blues y gestos del folklore latinoamericano. “La montaña es una palabra que está dentro del imaginario de Los Espíritus. De hecho, en esta última gira tocamos en muchas ciudades que estaban circundadas por montañas”, explica Maxi Prietto, guitarrista, cantante y compositor del grupo. “Entonces, es una palabra que cala perfecto, porque nosotros tratamos de fusionar siempre esos dos universos: uno más urbano y otro más onírico en el que hay elementos más naturales”, completa el músico antes de tocar con su banda este viernes 1° de diciembre a las 20.30 en el Microestadio Ferro (Av. Avellaneda 1240), con apertura de Hermanos Gutiérrez.

Grabado en estudios ION por el ingeniero de sonido Mario Breuer –coproductor del disco- y mezclado por el mítico Joe Blaney, el disco logra potenciar la identidad musical del grupo a través de diez canciones que capturan la frescura y el groove mántrico de los shows en vivo. “Mario fue muy contundente en ese sentido”, cuenta Prietto. “Él nos dijo que íbamos a ir a buscar las tomas en vivo, a tocar todo muchas veces y que quizá no quedarían las tomas que nosotros considerábamos que eran las más prolijas, sino que iban a quedar las que él considerara más expresivas. Fue muy rápido ese proceso de llegar a un buen sonido en el estudio”, dice. El elenco se completa con Miguel Mactas en guitarra, Martin Ferbat en bajo, Pipe Correa en batería y percusión, y Luciano Scalera en percusiones.

“Siento que es un sonido que está en todos los discos, pero que va cambiando y también se va reafirmando”, precisa Prietto sobre la evolución del grupo. “También al tocar, desde la parte musical, hay veces que nos copamos con ciertos ritmos y tarda unos años hasta que eso se asimila o integra realmente. Por ejemplo, a nosotros desde hace años que nos copa el afro beat, pero recién se termina de asentar en este último disco”, se explaya. “En este disco todo salió muy naturalmente después de varios años de ir desde el blues hasta el boogie y siempre buscando las raíces de la música. Después están las guitarras con los efectos, la espacialidad, las letras y otras cosas que terminan de dar la impronta de Los Espíritus”, apunta.

En esa búsqueda por enriquecer la paleta sonora y ampliar el mapa de referencias, Los Espíritus convocaron a cuatro artistas disímiles a participar en el disco. Dana Colley (de Morphine) suma saxo barítono en “Directo al hueso” y “En este mundo no hay lugar”; Marc Ribot aporta guitarras eléctricas y tres cubano en “Directo al hueso”, “La fuerza” e “Hijo del hijo”; Daniel Melingo interpreta clarinete y saxo barítono en “Ramas”; y Juanse despliega sus credenciales rockeras al boogie “Av Calchaquí”. “En este disco queríamos tener pocos invitados pero que tuvieran que ver con el sonido fundacional de Los Espíritus”, resalta Prietto. “Marc Ribot es un guitarrista que nos marcó mucho el camino con ese sonido entre western, medio jazzero, blusero y medio cubano; tiene todos esos ingredientes que a nosotros nos interesan”, dice. “Por otro lado, no creíamos que Juanse iba a aceptar la invitación, nos parecía imposible”, confiesa el vocalista. “Le acercamos unos discos con tiempo y en la etapa de la grabación, en el proceso de mezcla, le preguntamos si estaba para sumarse. La experiencia estuvo buenísima”.

-La voz del emblemático guitarrista chaqueño Oscar Alemán (1909-1980) se escucha antes de “Navidad”, ¿A qué se debe esa referencia?

-Siempre lo tuvimos a Oscar como una especie de santo de Los Espíritus. Es un guitarrista que nos parece de los mejores de la historia por el swing, por la onda y también nos sorprende lo poco que se lo difunde en la Argentina teniendo en cuenta lo importante que fue para Duke Ellington o lo famoso que fue en Europa. Encontré una cita suya que me parecía que era un buen preámbulo para esa canción y la incluí. Cualquier guitarrista que se pone a analizar la forma de improvisación, el estilo que tenía, se da cuenta de que roza lo increíble. Comparado incluso con Django Reinhardt y otros guitarristas de esa liga; Oscar está a ese nivel. Por eso sorprende que esté tan desactualizada la historia con respecto al talento de Oscar. Y por eso también siempre tratamos de hacer este tipo de homenajes o de traer estas presencias a nuestra música.

-¿Por qué eligen seguir apostando a la autogestión?

-Ya son como trece años de autogestión, no conocemos otra forma de trabajo que no sea esta. Por supuesto que tiene un montón de dificultades, pero también nos da una libertad que es muy necesaria. Nos hace sentir muy tranquilos y también genera una unión como equipo. Nos pone los pies en la tierra y nos conecta con el trabajo. La autogestión te da la posibilidad de pensar las cosas, producir discos y decidir con quién trabajar sin tener ningún tipo de restricción a la hora de crear. Estamos muy cómodos con esta forma de trabajo.