La siesta gris se colmó de colores y levantó temperatura ayer, desde las 14, en la plaza San Martín. Hubo abrazos y lágrimas. La marcha que debió reprogramarse el 8 de marzo por la violencia urbana, en solidaridad con los cuatro trabajadores asesinados, también se vio afectada por el temporal que durante toda la madrugada del sábado anegó grandes zonas de la ciudad. Ahí estaba la urgencia: muchxs de lxs asistentes llevaron ropa, repelente y artículos de limpieza para esas zonas. Hubo concentración y asamblea, un círculo de mujeres y disidencias sexogenéricas que tenían en el centro la gran bandera del 8M y algunas pancartas. "Nos manifestamos en solidaridad con los trabajadores y con las trabajadoras que han sido asesinadas y asesinados, pero también con nuestras barriadas que hoy están inundadas", dijo Majo Poncino, la primera oradora, del Frente de Mujeres del Movimiento Evita. Hubo un par de consignas que marcaron a toda la plaza: "Paro general", en un claro pedido a las centrales sindicales, "Aborto legal en el hospital", contra los embates hacia la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo y "Como a los nazis, les va a pasar, adonde vayan los iremos a buscar", cuando se convocó a la marcha del 24 de marzo, para renovar el grito de "Nunca Más".

A través de un megáfono. Liliana Leyes -de ATE Rosario- tomó la palabra y afirmó: "Fue muy difícil decidir que no marchábamos, porque nos queremos plantar y decir que las calles son nuestras, no vamos a regalar las calles. No se las vamos a regalar ni a los gobiernos ni a quienes dicen que hay narcos terroristas. Acá hay negocios de los narcos, que son los que nos quieren manejar en los barrios y en la ciudad entera y no les vamos a regalar nada porque los derechos los ganamos en la calle".

Lucía, de 11 años, acomodó su skate para sentarse sobre él y seguir la asamblea con atención. Fue con su mamá y quería escuchar todo. Leyes recordó que "hay compañeras que están trabajando en los hospitales, están trabajando en las escuelas. El viernes dispararon otra vez sobre una escuela. Es mentira que esto se está terminando. Acá estamos porque las compañeras trabajadoras, formales e informales también están en la calle". 

Y sobre todo, volvió a hacer hincapié en la solidaridad: "Hoy, en los grupos, cuando las compañeras decidieron jungar ropa, colchones. Todas como locas salimos a decir vamos a tal lugar o a tal otro. Eso está acá plantado también, la solidaridad vamos a organizarla para que sepamos adónde podemos dejar cada una de las cosas". Y un momento de desazón compartida: "Somos las compañeras que estamos hasta el tobillo inundadas en las vías, somos las que recibimos las balas de las escuelas, somos las de los centros de salud que tuvieron que cerrar porque les apuntaron con un arma a un compañero, somos esas compañeras y disidencias que hoy nos plantamos acá para decir fuerte, aún con tormentas, con tres días de piedras, ¿qué más nos puede pasar?". A esa expresión de Leyes se le respondió con asentimientos, hubo compañeras que le pidieron que no "convoque" más desgracias y las de la Multisectorial de Humedales aportaron que el temporal "es la expresión de la tierra". 

Hubo carteles de "Inquilinos Agrupadxs Rosario", la "Campaña por la Emergencia Nacional en Violencia hacia las mujeres", algunas pancartas hechas a mano, como la que decía "A las fuerzas del cielo, le oponemos las fuerzas de la tierra", y una que llevaba una piba en su espalda, dibujada y escrita a mano: "Me hice feminista por mi propia historia". 

Las pancartas estaban allí, los carteles hechos a mano, los cuerpos con sus pañuelos verdes, violetas, las caras de preocupación y los abrazos entre quienes se encontraban, hubo también lagrimeos. Hijxs Rosario dio el presente, entre tantas otras organizaciones. Estaban las empleadas del Banco Nación, con los libros para firmar contra la privatización. Mabel Gabarra propuso leer el documento elaborado desde enero por la Asamblea, para el 8M. 

"Ante los acontecimientos sucedidos en nuestra ciudad estas últimas semanas, la Asamblea LesboTransFeminista de Rosario se solidariza con las familias de los trabajadores víctimas de la violencia que viene azotando a nuestra ciudad y que ya se ha cobrado muchas vidas de jóvenes, mujeres y hasta niñes", fue el encabezado agregado luego de la suspensión por los cuatro asesinatos. "Estamos convencides que la militarización de Rosario es una fórmula que ya ha fracasado y que no ataca a la raíz del problema. Siempre se deja de lado a quienes realmente mueven a las bandas narcopoliciales, a quienes lavan el dinero de la droga, posibilitando negocios millonarios", siguió la proclama, que sumó: "Necesitamos políticas serias de seguridad respetuosas de los derechos y en manos de fuerzas dignas, confiables y capacitadas. Sobre todo más Estado presente con educación, salud, deportes, arte. Necesitamos propuestas de futuro para cientos de niños y niñas a quienes hoy se les retacea hasta la comida. De esto no se sale con ajuste y represión. En estos momentos de tanta violencia en nuestra ciudad, es necesario llamar a la unidad de todos los sectores para demostrar que queremos vivir en paz". 

El largo documento de siete páginas arengó: "Milei les tiene miedo a las mujeres y disidencias sexogenéricas sin miedo. Abajo todo el plan motosierra. A la clandestinidad no volvemos nunca más. Viva el paro lesbotransfeminista". Luego desplegó una gran cantidad de reclamos, que se encabezaron con el No al DNU 70/2023. 

"Rechazamos la concentración del poder público por el Ejecutivo", dijeron, y también plantearon: "No al pago de la deuda externa, fuera el FMI de la Argentina, basta de ajuste, que la crisis la paguen quienes la produjeron: grandes empresarios, terratenientes, fugadores y banqueros". Otra de las consignas fue la separación de la iglesia del Estado y también se rechazó el protocolo antipiquete de Bullrich. "Esta criminalización de la protesta es inconstitucional y atenta contra pactos internacionales y los derechos humanos. Nos pronunciamos en contra de la baja de la edad de imputabilidad. Libertad a todxs lxs presxs politicxs".