Han pasado apenas semanas desde que la estrella pop Demi Lovato editara su último disco, “Dancing with the devil… The art of starting over”, un incómodo fragmento hecho astillas de sus últimos años siendo el centro de atención permanente por difíciles razones. Desde su paso por los estudios Disney en 2008 ha enfrentado un arsenal de demonies personales, elle misme origen y freno del caos interior proyectado en adicciones, trastorno bipolar, desórdenes alimentarios, además de maltrato a gente de su entorno y estallidos de ira. Fue en esos mismos estudios Disney que un colega actor le violó; la producción miró para otro lado. Historia repetida.

Lovato comparte generación y procedencia artística con megafiguras como Selena Gomez y Miley Cyrus; ellas, como Lovato, son desde hace años sólidas aliadas lgtbi+ y en numerosas otra luchas por los derechos humanos. Al igual que Miley, sus primeras andanzas musicales de estrellato adolescente estuvieron teñidas del sonido pop-rock apto para todo público con el que mejor se le identificaba. La academia de High School Musical, marcando firme los pasos a seguir. El desapego sobrevino en 2011 con su disco “Unbroken”, en el que se apreciaban intenciones artísticas superadoras de los formatos que le habían funcionado de sustento. Unos años después editaba “Cool for the summer”, himno al desenfado caluroso y al coqueteo con chicos y, por primera vez en su carrera, también con chicas.

Después de que una sobredosis de opiáceos le deje al borde de la muerte en 2018, Lovato ingresó a un programa de rehabilitación cuyo desarrollo convirtió en un documental de cuatro partes producido junto a la plataforma Youtube, ambas piezas que se complementan entre sí. En los episodios, Lovato reconstruye el contexto que la llevó a su nueva recaída, algo que también decidió mostrar en uno de los clips del álbum desde una cama de terapia intensiva.

Las recientes publicaciones en redes sociales en las que se reconoce como no binarie son un nuevo episodio en el recorrido expansivo de sus experiencias. ¿No fue en marzo úlitmo que cuando promocionaba su documental flamante declaró que estaba en una etapa “demasiado queer como para salir con hombres”?. Es une nueve Demi, o mejor dicho, son las nuevas aristas de une Demi de quien ya se conocían muchas y sumamente íntimas. Bienvenide otra vez.