Equipo incómodo, resiliente, mentalmente predispuesto a la lucha y que se agranda en las circunstancias mas complejas, Vélez es el primer finalista de la Copa de la Liga Profesional. Luego de un sufrido empate 0 a 0 en el tiempo regular, eliminó por tiros desde el punto penal 4 a 2 a Argentinos Juniors en San Nicolás y ahora espera al ganador del choque de este martes en Córdoba entre Boca y Estudiantes para conocer su adversario en la gran final del próximo domingo en Santiago del Estero.

Thiago Vecino, Joaquín García, Santiago Cáseres y Lenny Lovato convirtieron los cuatro penales para Vélez (Diego Rodríguez se lo había atajado a Méndez). Y sólo Verón y Moyano anotaron para Argentinos (Heredia lo tiró por encima del travesaño y Marchiori se lo atajó a Gondou). La consagración tuvo su épica. Y por eso resultó tan celebrada: desde los 13 minutos del primer tiempo, el conjunto de Liniers jugó con un hombre menos por la expulsión de su goleador Braian Romero tras una entrada en plancha contra Nicolás Oroz que el árbitro Facundo Tello había sancionado con una tarjeta amarilla. Y debió rever por la intervención de Mauro Vigliano desde la cabina del VAR en Ezeiza. 

Esa desventaja produjo un efecto inverso. Desarmó a Argentinos en la misma medida que fortaleció a Vélez que, puesto a luchar, lo hizo con una entrega y una aplicación elogiables. Aunque muy por encima de la calidad de su fútbol. De ahí al final, el partido siempre ofreció la misma imagen: Argentinos con la pelota pero sin saber cómo entrarle a Vélez, que aguantó con dos líneas de cuatro cerca de su área y terminó con cinco en el fondo con tal de llegar a los penales.

Puesto a jugar en el plano emocional mucho más que en el técnico, Vélez se sintió mas cómodo que su rival. Corrió más, peleó y ganó casi todas las pelotas divididas y los rebotes y a la hora de defender, retrocedió más rápido y cubrió los espacios con mayor inteligencia. Dentro de un trámite con llegadas escasas, las figuras fueron los arqueros: Marchiori, el de Vélez, se lució sacándole dos pelotas de gol a Herrera y a Montiel. Rodríguez, el de Argentinos, rechazó tres pelotas bravas en el primer tiempo (dos a Thiago Fernández y  la otra a Pizzini) y en el segundo le tapó un mano a mano a Lovato.


Hace seis meses, Vélez penaba para quedarse en Primera. Recién en la última fecha lo consiguió. Dentro de una semana, irá a Santiago del Estero para jugar una nueva final contra Boca o Estudiantes. No es magia: es la consecuencia de ser un equipo cabeza dura, que no se rinde nunca porque saca pecho en las difíciles. Con eso y por eso, quiere salir campeón. Habrá que ver hasta dónde llega.