"No me hables de un mañana/ Que no tengo claro cómo habitar el hoy", canta Wos en "Cabezas cromadas", una canción cruda, rabiosa y con espíritu punk compartida con Dillom, uno de los invitados del disco. "¿Con qué moneda vamos a comprar/ la entrada al gran teatro del enfermo intercambio social?", se pregunta luego el rapero y compositor en sintonía con el clima de época. La canción forma parte de su tercer disco, Descartable (Doguito Records, 2024), que ya fue publicado en plataformas digitales. Con la producción de su socio creativo Evlay (Facundo Yalve), el esperado disco de Wos está integrado por 16 canciones –ya se conocían "Arrancármelo", "Descartable", "Morfeo", "Melancolía" y "Quemarás"- y cuenta además con colaboraciones especiales del Indio Solari, Gustavo Santaolalla y la mexicana Natalia Lafourcade.

El disco abre con una canción reflexiva y oscura con aires de synth pop y elementos del post punk, “Nuevas coordenadas”. Un sonido ochentoso que también se presenta en canciones como “Descartable". “Son esos ríos de aguas desgarradas/ Son tus latidos buscando un lugar", canta Wos como puerta de entrada a este disco que vuelve a exponer canciones que desnudan luces y sombras. A Wos –y a Evlay- le interesan los contrastes, los climas sonoros y el trabajo quirúrgico en el estudio de grabación. Para ello, además de contar con Evlay en producción, guitarra y sintetizadores, Wos está acompañado por el percusionista Tomás Sainz, el tecladista Francisco Azorai y la bajista Natasha Iurcovich.

La primera colaboración que se dio a conocer fue "Melancolía", una canción tropical y andina con producción de Gustavo Santaolalla, quien también aporta su ronroco astral. "Al parecer seremos esclavos del placer/ ¿Cómo se atreven a decirte qué tenés que hacer?/ Los barrios hacinados pa’, no cabe un alfiler/ Hace tiempo nuestros sueños tienen precio de alquiler", lanza Wos en uno de los versos, fiel a su estilo de combinar existencialismo y sensibilidad social. El cruce con Santaolalla refuerza el diálogo constante que el rapero, freestyler y compositor mantiene con la tradición del rock argentino. En su disco anterior, Oscuro éxtasis (2021), había concretado una colaboración con Ricardo Mollo en “Culpa”.

De hecho, una de las canciones más esperadas del disco era la colaboración con el Indio Solari, “Quemarás”, el último adelanto de Descartable lanzado el miércoles a la noche. La canción en cuestión es una especie de balada oscura y existencialista, una combinación estética muy presente también en los trabajos solistas de Solari. Incluso la melodía de "Quemarás" recuerda por momentos a "La oscuridad", una canción del disco El ruiseñor, el amor y la muerte (2018), del exlíder de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota.

Con la producción de Evlay y Axel Lang, "Quemarás" es una canción midtempo con una melodía adhesiva y un estribillo atrapante: "Quemarás el dolor/ En el fuego más sagrado de hoy/ Y buscarás el amor/ En un rastro ciego de lo que ya no sos/ Y quemarás el rencor/ En el fuego de un infierno precoz/ Y buscarás esa voz/ Que te recuerde para siempre quien sos". Wos y Solari construyen aquí una dupla musicalmente compatible. El tema abre con la voz del joven surgido en las batallas de gallos y sigue con el inconfundible registro vocal del ex Redondos, que le aporta misterio, historia y espesura a la canción.

"Hay gente arraigada solo a su mezquindad/ Y en la desazón de no adueñarse del sol/ Perdieron las alas de la fraternidad", canta Wos en clave de época. "El amor es un sentir/ Y también una idea/ Menos sabemos, más sospechamos/ Y de ahí en más todo es del silencio", responde luego Solari en diálogo con su propia discografía. En la previa a su lanzamiento, la canción generó muchas expectativas, no solo por el alcance y popularidad de ambos artistas, sino porque no es común que Solari realice colaboraciones con otros músicos. De hecho, la lista es muy corta y la mayoría forman parte de su círculo más cercano: El Soldado, Sergio Dawi, Baltasar Comotto, Pablo Sbaraglia, Mavirock y El Natty Combo.

Además de la punk “Cabezas cromadas” junto al irreverente Dillom –con la batería frenética de Tomy Sainz al frente-, el disco tiene otros pasajes rockeros o más potentes a nivel sonoro. Uno de ellos es “7/8”, una canción en la que Wos hace catarsis y deja salir su furia musical, casi al borde del grito: "No creo en la ley de esta tiranía/ No hay nadie más preso que el rey, ¿lo sabías?/ ¿De verdad comprás que eso es rebeldía?/ Si en ese empaque solo hay cobardía", canta con fuego en la voz. En “La cochería”, en tanto, apela a un rock and roll más clásico, como ya lo había hecho en “40”, de su EP Tres puntos suspensivos (2020).

Los dientes apretados regresan en “Estímulo” ("Hay que aprender a convivir con lo ridículo/ si al fin y al cabo estamos acá corriendo en círculos", dice) y se potencian en “Ermitaño”, una pieza en la que despliega su flow más picante y muestra sus credenciales de freestyler: "Quieren mandarnos miedo porque eso nos paraliza/ Moldear en seis caracteres lo que te caracteriza/ Parece que pa' pertenecer tu ser se estandariza/ y ahora todas las muñecas tienen la misma sonrisa", lanza como en sus viejos tiempos.

Después de la canción “Que se haga tarde”, con un pulso también electro-pop y ochentoso, el disco pega un volantazo sonoro hacia la canción acústica y latinoamericana, con una invitada inesperada... o no tanto. La cantora y compositora mexicana Natalia Lafourcade se suma en “La niebla” para ofrecer su voz cálida y profunda que conecta con la música de raíz folklórica y los misterios del espíritu. “Los días son como un misterio/ En los amantes se ha apagado el fuego/ Almas que buscan encontrar un cielo/ y es que en esta bruma todo pasa lento”, entona la artista criada en Veracruz. La luminosa “Sur” –con tambores en clave de ritual- y la balada de amor “Arrancármelo”, un single que lanzó en 2022 y circuló de forma viral en redes sociales durante el Mundial de Fútbol de Qatar, completan este tercer disco de Wos.

Más allá del nombre de la canción que comparte con Santaolalla, la obra de Wos recurre de manera frecuente a la melancolía como estética, como que se refleja también en “Morfeo” y “Caída libre”. Una saudade urbana y rioplatense que se vincula no solo con el clima de la región sino con la inestabilidad social y política que transita a menudo este país. El humor social y la temperatura de época son una fuente importante de inspiración para el artista de 26 años, como lo expresó en canciones como “Canguro” –durante el ocaso del macrismo, en 2019- o en “Que se mejoren”, de Oscuro éxtasis. O como bien canta Solari, su reciente colaborador, “donde hay dolor, habrá canciones”.