Los mercados siguieron este jueves de fiesta, con subas importantes en las acciones y los bonos. Al mismo tiempo, el Banco Central recuperó la racha de compra de divisas en el mercado de cambios y los dólares financieros se mantuvieron estables. El gobierno festeja esta dinámica de las finanzas mientras la situación social se hace cada vez más traumática, con el aumento del desempleo, la pérdida de ingresos y la incertidumbre de una gran parte de la población sobre su futuro.

Esto último no parece estar en el radar del equipo económico. En una charla ante empresarios, el ministro de Economía Luis Caputo lo puso en estos términos: “si hoy hubiera elecciones, Milei ganaría cómodo en primera vuelta”. La declaración tiene un optimismo anclado en la dinámica de los activos financieros. Sin embargo, no refleja la situación del día a día de asalariados, cuentapropistas y jubilados, e incluso de pequeñas y medianas empresas que sufren el desplome de sus ventas.

El evento del que participó Caputo fue el almuerzo anual del Consejo Interamericano de Comercio y Producción. Se hizo en el hotel Hilton y quedaron expuestas varias contradicciones del ajuste ultraortodoxo que se lleva adelante en los últimos meses. El empleo, el consumo, la industria y la producción reflejan señales de colapso mientras el mundo financiero disfruta las mieles de un rally de precios impactante.

El ministro, no obstante, aseguró que el recorte fiscal que se lleva adelante terminará dando grandes frutos para la economía real. Al punto que pidió a los empresarios presentes que “sean más héroes que nunca” y les prometió el oro y el moro. El funcionario aseguró que en el horizonte cercano les espera una baja de impuestos.

“Tenemos que sacar el pie del Estado a los empresarios, porque eso va a garantizar que el crecimiento sea sostenido, que se va a traducir en superávit fiscal. Y tras eso, viene la baja de impuestos. No estamos tan lejos. Es algo que podría estar pasando el año que viene", consideró el funcionario.

La lógica fiscalista, en la cual todos los problemas de la Argentina se explicarían por los desequilibrios de las cuentas públicas, vuelve una y otra vez a ser el centro del relato del gobierno. “Estamos más que satisfechos con lo que hemos obtenido, con equilibrio fiscal, inflación a la baja y sumando reservas. No llegamos a este punto de casualidad. Estamos aquí porque se hicieron los deberes".

En este punto, el ministro prometió que el ajuste del Estado no tiene vuelta atrás. “No nos vamos a desviar de este curso. La estabilidad (vinculada al equilibrio de las cuentas del sector público) vino para quedarse. Las cosas están calmas en el mercado porque en poco tiempo van a escasear los pesos".

Esta última definición parece tener como supuesto que los inversores miran mecánicamente números macroeconómicos, no hacen apuestas especulativas de corto plazo (carry trade) y no tienen interrogantes sobre cuál será el umbral de hartazgo de la sociedad a las políticas conservadoras. Caputo dijo que “la oposición no puede creer que en el medio de un ajuste la sociedad apoya cada vez más". ¿Pero por cuanto tiempo será digerible la Argentina cara en dólares con salarios de miseria?