La madrugada del 27 de enero de 2004, un disparo en la nuca terminó con la vida de Sandra Cabrera. Fue en Iriondo al 600, cerca de la terminal de ómnibus, en la zona donde ella trabajaba y militaba por los derechos de las trabajadoras sexuales. Este sábado se cumplen 20 años de su femicidio impune. Sandra es bandera de la lucha de sus compañeras, que sostienen desde entonces el reclamo de justicia y que no bajaron los brazos en las demandas que ella inició por todas, como secretaria general de la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina (Ammar) Rosario. El legado de esa referente "con un compromiso heroico" volverá a manifestarse en homenajes. Sus compañeras y quienes acompañaron la lucha durante todos estos años no dejaron de gritar que "a Sandra la mató la policía". 

Sandra tenía 33 años y una hija de 8. Cuando la mataron, la figura de femicidio no estaba en agenda. Ella había denunciado que por su trabajo eran perseguidas, detenidas y extorsionadas por la policía. Incluso, pocos días antes, la dirigente sindical había denunciado la complicidad policial con el proxenetismo y la trata.

"Hemos seguido esa lucha, con más compañeras, y haciendo todo en relación al legado que ella dejó. Cada logro, cada actividad, cada viaje, encuentro de mujeres, siempre ella estuvo al lado mío, al lado de nosotras", aseguró Miryam Auyeros, referente de Ammar Rosario, que fue compañera de Sandra. 

Liliana Leyes, de ATE Rosario, valoró que en estos 20 años, "se empoderaron fuertemente no solo en los grupos de las compañeras trabajadoras sexuales, sino también en el resto de las organizaciones que acompañamos esa lucha, ese proceso". Para Leyes, "son 20 años en los que hacemos un análisis positivo en relación al crecimiento de la lucha, las compañeras se pudieron empoderar, no estuvieron solas. Hoy siguen abrazadas, y mucho más que en ese momento, por cientos de colectivos de mujeres de sindicatos, de organizaciones sociales y políticas"; mientras que "en el plano negativo, ese poder de la policía sigue estando presente", lamentó.

Tras el crimen, sus compañeras no cesaron en el reclamo de justicia. La causa judicial tuvo un solo procesado, Diego Parvluczyk, quien era subjefe de la Policía Federal de Rosario y tuvo una relación con la víctima. Finalmente fue sobreseído en 2007, con el argumento de la falta de pruebas. Para la Justicia, los testimonios de las compañeras de Sandra, en el expediente, eran de "personas con actividades callejeras que transcurren sus madrugadas con un itinerario errante".

Leyes cuestionó que "sigue habiendo un poder policial enraizado con los negocios narcocriminales, que fueron parte de las denuncias que Sandra hizo en su momento. La explotación sexual de menores, la trata y esos negocios impulsados por poderes judiciales, políticos, policiales. Eso denunciaba ella, y por eso la asesinaron".

También Miryam reprochó la falta de justicia. "No nos tomaron en cuenta, ni las palabras de las compañeras". Y lamentó "la injusticia que sigue habiendo con compañeras golpeadas, que las llevan presas, en otras provincias". Por eso, recordó los derechos por los que siguen peleando: "Queremos tener los derechos de cualquier trabajador, a la salud, a una vivienda, que nos dejen trabajar, aportar, tener un monotributo, poder jubilarnos", enumeró. Y recordó que gracias a la organización de las compañeras, "muchas pudieron estudiar y algunas hasta están entrando a la facultad", pero lamentó que otras tantas "han quedado en el camino".

Además, habló de la "incertidumbre" frente al contexto político y social. "Recuerdo que en pandemia nos ayudábamos, nos unimos con otras organizaciones en ollas populares, articulando y repartiendo mercadería. Ahora estamos con ese tema. Ni hablar las compañeras que alquilan, que tienen que juntarse entre varias para alquilar o muchas que se están quedando en la calle. Se está achicando tanto el estado que está complicado", señaló.

Leyes habló de justicia social. "Siempre decimos que la justicia la hacemos entre todes, y creo que eso pasó también con el crimen de Sandra. Por eso decimos que hay una justicia social que hizo que en 20 años Sandra siga siendo bandera de lucha para muchas compañeras. Para nosotras fue heroico su compromiso. Como trabajadora sexual denunció la trata y la explotación. Eso no tiene olvido para las organizaciones".

La militancia de esa referente marcó un camino, por eso, en abril de 2010, cuando la Legislatura provincial sancionó la derogación de los tres artículos del Código de Faltas de la provincia, que estuvieron vigentes desde 1940, para que la Policía santafesina deje de perseguir y discriminar la actividad de las trabajadoras sexuales, sus compañeras le dedicaron el logro y gritaron su nombre en el recinto. 

Para Miryam, cada año, para esta fecha, vuelven los recuerdos del día que la asesinaron "como si hubiera pasado ayer". Para mantener viva su memoria, invitó al acto homenaje que realizarán el sábado, desde las 19, en Córdoba 3650, en la plazoleta que lleva el nombre de Sandra, organizado por Ammar y la CTA de los trabajadores, en el que además habrá shows en vivo. 


 

 

Otra actividad tendrá lugar con un Festival Homenaje en la plaza San Martín, al que invitan la Asociación Civil Compañeras de Sandra, junto a la Red por el reconocimiento del trabajo sexual y la CTA autónoma provincia de Santa Fe, desde las 18.