El gobernador Axel Kicillof ya le entregó al futuro ministro del Interior, Guillermo Francos, los números con las necesidades de la Provincia y los objetivos de gasto en infraestructura social. Fue un modo de anticiparse a los anuncios de Javier Milei, todavía imprecisos, de que terminará con la obra pública. Aquí el que se anticipa es Héctor Villagra, secretario de la poderosa regional Avellaneda-Lanús de la Confederación General del Trabajo y líder de la Unión Obrera de la Construcción.  

--¿Cómo recibe la UOCRA de Avellaneda-Lanús las intenciones de Milei? Porque planes formales todavía no hay.

--Como si todavía estuviera dentro de un esquema de campaña, Milei alega que el Estado no puede hacer más gastos. Ésa es la palabra que usa. En realidad un Presidente, o en este caso un futuro Presidente, no puede considerar que la obra pública es un gasto. Es una inversión. Los pueblos que avanzan son los que reciben los efectos positivos de las obras públicas: cloaca, asfalto, electricidad o vivienda.

--¿Qué efectos tendría un corte de la obra pública ya fuere de corta o de larga duración?

--Inmensos. Un eventual corte arrastraría a todos los pueblos y las ciudades donde se llevan a cabo obras públicas de energía, cloacas, iluminaciones y plazas. El Presidente electo Milei tiene que replantearse lo que prometió en campaña el candidato Milei. Tiene que pensar en los daños directos y en los daños colaterales.

--¿Cuáles serían los daños directos?

--Faltan más de tres millones de viviendas. Un resultado será que menos personas accederán a la vivienda propia, y eso en una gravísima situación del mercado de alquileres. O no hay o son muy caros. Si a un trabajador no le alcanza para comer, ¿cómo le alcanzaría para alquilar? Y por supuesto el daño sería enorme para miles de trabajadores constructores.

--¿Cuántos son?

--Hay entre 250 mil y 300 mil trabajadores que salen a las cinco de la mañana y vuelven a su casa a las nueve de la noche. Enfrentan todos los problemas: el frío, el agua, la lluvia, el calor… Y el viaje de ida y de vuelta. Pero al mismo tiempo esos trabajadores se especializan durante toda la vida. Su mano de obra artesanal aprendió a moverse en las grandes plantas de hidroelectricidad, en las cloacas, en la construcción de rutas, en la realización de caminos rurales para sacar la producción del campo. Y en todos esos procesos el Estado tiene mucho que ver. El Presidente electo estaría cometiendo un grave error si les quita a los trabajadores la posibilidad de llevar el alimento a su casa y hace que disminuya su calidad de vida.

--¿Y en términos sociales?

--Los efectos negativos sería todavía más dañinos, porque afectarían todo el funcionamiento social. Antes de explicarlo dejo que en claro que pobreza no es sinónimo de delincuencia. Bien. Aclarado. Supongamos que el trabajador o se queda sin vivienda o no puede acceder más a la vivienda. Vive en un barrio precario y de una manera cada vez más precaria. Conseguirá cuatro chapas y habitará allí. No va a tener más remedio que engancharse de la luz. O sea que la situación ya lo está obligando a cometer un delito. La obra pública y la construcción son ordenadores sociales, Por eso digo que Milei debe replantearse dónde hace recortes y qué cosas no puede recortar. A Milei le gusta hablar del siglo XIX. Así como la educación fue un ordenador social desde ese momento, la vivienda también lo es. Y lo es la ciudad: el acceso al agua potable, al gas y a la energía son ordenadores sociales.

--¿Qué debería hacer Milei?

--Una vez que jure y que le hayan puesto la banda, que se siente en el sillón de Rivadavia y piense bien en estos temas. Hizo su campaña para ser Presidente. La ganó. Pero cuidado, que el Poder Ejecutivo convive con la Cámara de Senadores y la Cámara de Diputados, donde no tiene mayoría propia y deberá negociar. Con todo respeto, es una desprolijidad plantear el mismo discurso en las PASO, en las generales y en el balotaje. Cuando un candidato llega al balotaje ya sabe cómo serán las cámaras del Congreso, porque quedaron conformadas en la primera vuelta. Ya sabe que no contará con las mayorías necesarias para aprobar algunas de las reformas que plantea y que afecten al ciudadano y al trabajador. Por eso mi recomendación es el replanteo.

--Veo que usted no es muy amigo de los pronósticos.

--Es que no asumió. Y todavía no formó gobierno. Ahora, la historia existe. Si el gabinete, al final, es casi todo de funcionarios que son de Juntos por el Cambio y ya gobernaron, uno tiene derecho a imaginar el futuro sobre la base de lo que pasó entre 2015 y 2019. La construcción perdió 160 mil puestos de trabajo. Se cayeron 25 mil pequeñas y medianas empresas.

--Milei suele decir que aplicará a otras actividades el modelo de la UOCRA.

--Pero el modelo de UOCRA es imposible de aplicar fuera de la construcción. La construcción tiene trabajadores casi golondrinas. Aplicar lo mismo a los metalúrgicos o a los maestros no se condice con la realidad. Sería imposible hacerlo. En una fábrica como Acindar todos los trabajadores están dentro del convenio colectivo. ¿Milei Va a derogar los convenios colectivos? ¿Con qué legisladores lo hará? Veo con preocupación que el Presidente electo tiene un tic. Cuando dice algo y ve que cae bien, o cuando en campaña veía que le sumaba votos, seguía diciéndolo sin interiorizarse del tema. Si alguien le hubiera repreguntado algunas afirmaciones, no habría sabido responder. Para algunos de sus planes sería necesario que se pusieran de acuerdo todos los poderes. Y también los trabajadores. Porque resulta que existe una Constitución que plantea derechos. Por ejemplo el derecho a a la salud. ¿Cómo hará el trabajador para reemplazar la salud solidaria y la medicina preventiva de la obra social?

--Pasa lo mismo en cuestiones educativas.

--Milei habla a la chilena. Ése parece ser su modelo. Pero resulta que en la Chile una universidad cuesta alrededor de 50 mil dólares por año. Entonces, ser libertario es coaccionar a los que menos tienen. Eso no es libertad. Libertad es tener universidades gratuitas. La de Avellaneda es un ejemplo. Son 10 mil estudiantes, en general los primeros universitarios de sus familias. ¿Cómo hará la gente humilde? ¿Cómo hará la clase media?

--¿Me explica usted, por favor, cómo es el famoso sistema de la UOCRA?

--Las obras pueden durar dos meses o dos años. Tenemos una libreta de fondo de desempleo. El empresario aporta el 12 por ciento del sueldo. Cuando termina la relación de dependencia, esa suma, actualizada por UVA, se cobra como indemnización. Pero cuidado que estamos hablando de trabajos golondrina. Cuando Milei plantea no seguir con las obras públicas y a la vez liberar la oferta y la demanda, hace un planteo fuerte. Si quita las obras públicas habrá menos demanda. Los salarios serán dispersos y más bajos. Sobre los precios, ya sabemos lo que pasa. En la Argentina los precios que aumentan nunca bajan. Ese pensamiento no es libertario. Es conservador.

--Milei dice que los problemas argentinos empezaron en 1916. En ese año ganó sus primeras elecciones Hipólito Yrigoyen.

--Y también dice que en 1895 la Argentina era una potencia. Pero resulta que en 1895 nuestras abuelas o bisabuelas eran sirvientas, y en cambio en el siglo XXI las trabajadoras tienen derechos. El principio es que a igual trabajo igual remuneración. Nos encontramos con una problemática de una Argentina para atrás, inaplicable en el siglo XXI. Hay varias incógnitas a develar, todavía.

--¿Por ejemplo qué incógnita?

--¿Piensan dejar sin trabajo a 300 mil trabajadores? ¿De qué van a vivir? ¿Qué van a comer? El trabajador tiene su nivel de vida establecido, incluso levantándose a las 5 y acostándose a las 10 de la noche. ¿Qué pasará con la familia? La desesperación siempre ha roto familias. Pasa en cualquier país del mundo. Ya tuvimos un gobierno del PRO durante cuatro años. ¿Estamos cambiando de collar con el mismo perro?

--¿Cómo está la situación en su seccional?

--En Avellaneda-Lanús, y lo digo no solo como secretario regional de la UOCRA sino como secretario regional de la CGT, las organizaciones sindicales tenemos estatuto y convenios colectivos. ¿Tendremos que afrontar despidos indiscriminados? No somos pocos. En la UOCRA, seis mil. La mitad trabaja en obras públicas. La regional de la CGT tiene alrededor de 80 mil trabajadores. ¿Qué harán los trabajadores? Van a recurrir a las organizaciones sindicales. Los trabajadores tomarán sus decisiones. Eso también debería saberlo Milei.

--¿Lo sabe?

--O no le importa, o no lo sabe, o no lo quiere saber. Pero no debemos aventurarnos a hacer hipótesis antes de conocer el paquete de medidas del 11 de diciembre. Solo podemos decir hoy que si ese paquete fuera igual que el que presentó en las elecciones del 22 de octubre, en la primera vuelta, se equivocaría. No estaría leyendo la realidad de los resultados. Hay cosas que prometió que serían inaplicables. Ya hay diputados de Juan Schiaretti que no están de acuerdo con el arreglo de Schiaretti con Milei y con el PRO. La casta política parecería estar a punto de manejar los ministerios. ¿Da que pensar? Sí. ¿Hay que adelantarse? No. Somos hombres de la democracia y pagamos un costo muy alto por ella. Pero dentro de la democracia hay derechos y obligaciones. Hay una Constitución y un Estado de derecho. Y Milei debe respetarlos.