El panorama de la producción gamer cambió drásticamente desde la primera vez que se organizó una Exposición de Videojuegos Argentinos (EVA), en 2003. Los modelos de educación, negocios, distribución digital y política del trabajo cambiaron de manera rotunda desde el salto millennial al mercado. Y por los pasillos del Centro Cultural Kirchner, sede desde hace dos años de la EVA, se pudieron encontrar más ventanas a las experiencias de quienes entraron al mercado cuando el nicho era desconocido.

Los responsables de la organización de la EVA son los directivos de la Asociación de Desarrolladores de Videojuegos Argentinos (ADVA), una entidad que supo reunir a quienes se convirtieron en empresarios y empresarias del desarrollo nacional. Aunque a veces se repite el dicho que el gaming es un nicho chico donde se conocen entre todos, ADVA logró tener el peso necesario como para ser una invitada clave en las agendas políticas, en el marco de las elecciones presidenciales de este año.

En una jornada maratónica de tres días, la EVA 2023 organizó pasillos de exposición de videojuegos de indies que saben que es un buen espacio para generar tracción e interés a sus portfolios. De allí, quién sabe: quizá puedan postularse para becas nacionales, incubadoras internacionales, o vender su proyecto a los scouts que se acercan a las rondas de negocios.

La EVA ya se despegó de ese perfil de evento de nicho para abrazar la idea de festival del emprendimiento empresarial. La agenda inclusive integró un ciclo de capacitaciones antes del evento, y sus alianzas estratégicas con empresas como Xsolla, Epic Games y Collider Craftworks dieron el espacio al diálogo con figuras como Luis Villegas (Bungie), Joshua Sawyer (Obsidian Entertainment) y Jonas Antonsson (Raw Fury).

Este salto de disposición entre generaciones de desarrolladores y desarrolladoras se da en medio de varias situaciones que golpean fuerte a la industria de los videojuegos. Por un lado, el cambio de políticas de licencias por parte de Unity, un motor de videojuegos que hasta hace poco era uno de los mayores aliados de la producción independiente y cuyo nuevo modelo afecta gravemente a los estudios más pequeños. Por otro lado, la ola de despidos que se han realizado en las empresas más grandes de desarrollo con sede nacional, que surgieron tras la explosión de la burbuja tecnológica pospandemica y experimentos infructuosos de implementación de herramientas de Inteligencia Artificial.

El panorama pragmático de la realidad laboral en videojuegos contrasta con el optimismo de la EVA. Lo interesante es que quienes hablan en salones y auditorios tienen experiencia en los vericuetos del mercado nacional, por lo que el destino de la producción local se entrevera en los micrófonos de las charlas, entre chistes y sarcasmos.

Las jornadas de la EVA 2023 dieron un espacio real a la escena de la producción de los videojuegos. Quizás aún no se pueda hablar en profundidad de garantías de derechos laborales, culturas tóxicas del trabajo, o programas impositivos alentadores para PyMEs. Pero el presente en el CCK mostró que, luego de veinte años, las mesas chicas del gaming están atentas a la construcción de una agenda a nivel nacional.


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