Hace ya diez años que la filósofa Sayak Valencia sorprendió al universo de la academia y de la militancia con su libro Capitalismo gore donde retomaba los conceptos de biopolítica de Foucault y necropolítica del filósofo Achille Mmbe. Lo hacía desde su experiencia particular de chica nacida y criada en Tijuana, una de las ciudades más mortíferas del planeta. Sayak lograba caracterizar al capitalismo de frontera como una organización que se alimenta de sangre mientras los Estados Naciones operan como garantes de ese orden exterminador que se multiplica a costa de vidas cautivas, cuerpos mutilados y gracias a una legión de soldados, herederos de una masculinidad inalcanzable, soberanos menores. Capitalismo gore describe una sociedad donde el hiperconsumo se ha llevado las glorias que en otro momento se llevaba el trabajo y donde los cuerpos se convierten en una mercancía que a su vez genera la necesidad de más productos para su conservación, seguridad y reproducción.

Los tiempos no han cambiado mucho desde entonces, sino todo lo contrario, y el pensamiento de la filósofa mejicana hoy sigue adelante guiado por su activismo transfeminista, la luz de la pandemia y nuevas lecturas. ¿En qué anda Sayak Valencia hoy? Sus trabajos intentan llegar a las raíces de estas sociedades en las que vivimos donde la violencia contra las mujeres, las personas trans, migrantes y otras categorías humanas entendidas como subalternas, no cesa, más allá del consenso en su repudio general.

En el canal de Youtube del CCKirchner hoy se podrá tener acceso a un trabajo escrito especialmente para la Argentina, una pieza interesante y polémica de la cosmogonía teórica que Valencia compartirá con el público a las 20 horas. Sayak Valencia abre el ciclo de encuentros entre políticxs, militantes, activistas, intelectuales y artistas que bajo el nombre “Proyecto Ballena” se propone abrir un espacio de reflexión, desacuerdos, y alternativas a los problemas del presente. En este primer ciclo que gira en torno al concepto DEMOCRACIA, participarán figuras como Nelly Richards, Dora Barrancos, Ofelia Fernández, referentes de diversas agrupaciones sociales como Belleza Fiorito, la historiadora Julia Rosemblat, la periodista Julia Mengolini. Desde Francia será entrevistado Jacques Ranciere y desde Portugal, el sociólogo Boaventura de Sousa Santos, entre muchxs otrxs. Evo Morales, Lula da Silva estarán presentes en la inauguración junto con Tristán Bauer. Sayak Valencia al final de la conferencia responderá preguntas del público. Las12 adelanta algunos fragmentos claves de lo que compartirá esta tarde y que lleva un título tan elocuente como urgente: “Necropolíticas. Estado Nación. Democracia”:

ADELANTO DE LA CONFERENCIA

“La hipótesis que sostengo es que los conceptos de estado nación y democracia no pueden entenderse sin analizar la figura del ciudadano-trabajador (en masculino) como una creación del Estado Moderno y que esta figura a su vez no puede entenderse sin la revisión histórica de la Masculinidad como cartografía política de gobierno sobre los cuerpos de los varones. Varones capturados bajo la necesidad de sentirse legitimados como hombres también. Y para reafirmarse existencial y socialmente desempeñan y reproducen el discurso del poder soberano del estado-nación, cuyos ideales de honor, integridad y humanidad, esconden imaginario coloniales, sexistas y de clase.

Esta reproducción de los ideales permite el mantenimiento e institucionalización de una jerarquía de poder “naturalizada” que reproduce la figura de pater familias como soberano propietario de las personas a su cargo o de aquellos que considera más débiles o vulnerables, a saber: las mujeres, lxs niñxs, lxs disidentes sexuales, las personas de género no binario, lxs migrantes, las personas con discapacidad y un largo etcetera. Es decir que el ESTADO-NACIÓN ESTÁ ALTAMENTE GENERIZADO HACIA LA MASCULINIDAD y basa sus condiciones de posibilidad en la construcción de los varones/ciudadanos/trabajadores como minisoberanos que suscriben un pacto patriarcal meta-estable de identificación con la masculinidad y los ideales de género del Estado, basados en el “buen” ciudadano es decir, varón blanco, heterosexual, proveedor, sin discapacidad, etc. Este pacto meta-estable es definido por Celia Amorós como "un pacto interclasista, interracial e intergeneracional entre varones en el que se apropian del cuerpo de las mujeres, como propiedad privada" y es parte de la cultura patriarcal que está en las bases de las instituciones modernas y contemporáneas. Por tanto, es en ellas en donde el ciudadano/hombre tiene voz y voto, encarnando los ideales biopolíticos de humanidad (universales y masculinos) como una pantalla que impide ver, a quienes se privilegian con estos ideales, lo que hay detrás de este diseño del mundo: masacres, saqueos y explotación es decir: necropolítica como forma de gobierno de los no privilegiados. Es decir, la necropolítica está en la cara oculta de las ideas iluministas de la democracia. En este sentido, la masculinidad como cartografía política se dedica a la administración y expansión de la racionalidad sexopolítica de occidente, que a través del despliegue de ciertas coreografías de género refuerzan el binarismo pero también esconde los dividendos patriarcales que les son otorgados a los varones por su condición de género. En este punto, es preciso apuntar que la noción de masculinidad es una ficción política y en este sentido es una categoría de género que se ha producido, histórica, económica y culturalmente, en muchas ocasiones en detrimento o en directa oposición de la feminidad. Sin embargo, dicha ficción política viva es la piedra angular de la racionalidad político-sexual de occidente desplegada en su geopolítica y extendida en sus territorios excoloniales. (…)

El asombroso crecimiento de la derecha

La derecha estadounidense e internacional ha tomado fuerza inusitada en los últimos años porque, como ya señaló Paul Preciado, “está compuesta por un no siempre reconciliable enjambre de managers, tecnócratas, capitalistas financieros opulentos y monoteístas más o menos desposeídos, oscila entre una lógica futurista que empuja a la máquina bursátil hacia el plus-valor y el repliegue represor hacia el cuerpo social que reafirma la frontera y la filiación familiar como enclaves de soberanía.” Es decir: porque basa su fuerza en, al menos, dos puntos claves:

1. El reforzamiento de una élite blanca que atribuye sus privilegios a la meritocracia y no a una herencia colonial de explotación de personas y saqueo de territorios que siguen produciendo rentas a su favor a través de la violencia, la estigmatización y la necropolítica continuada e institucionalizada contra las mujeres de distintos sectores, las personas afroamericanas y los inmigrantes. O en otras palabras, esta élite se beneficia de que el juego de los privilegios (que parecen ser exclusivos de las clases blancas desde la colonia hasta nuestros días), no ha sido un juego justo, sino una cartografía estratégica que diseña los ideales biopolíticos de humanidad (universales y masculinos) como una pantalla que impide ver, a quienes se privilegian con estos ideales, lo que hay detrás de este diseño del mundo: masacres, saqueos y explotación es decir: necropolítica como forma de gobierno de los no privilegiados.

2. La defensa a ultranza de una nación heterosexual, cis-género y religiosa que basa sus logros en la constante legitimación de una axiología supremacista y masculina, cuyo poder descansa en proponer a lo masculino como sinónimo de universal y que apela a argumentos biologicistas/racista para instaurar un copyright sobre lo que es normal y lo correcto en relación al género, a la sexualidad, a la raza. (…)

El culto a la masculinidad tradicional

Este culto a la masculinidad tradicional como triunfo de la virilidad más agresiva no es una cuestión menor, por el contrario, es la piedra angular para hablar de la expansión de la (Necro)masculinidad, Estado-Nación y Democracia.

¿Qué es la necropolítica? Un ejemplo de esta necropolítica se dan de manera clara a través del aumento del feminicidio en países todos los países de latinoamérica pero también en los Estados Unidos de Norte América y Canadá. Así este ascenso de la necropolítica machista como una forma de gestión de las poblaciones a través de su exterminio de las mujeres es un retorno hacia las políticas feudales/coloniales de expropiación del cuerpo, de los saberes y del territorio llevadas a cabo en Europa y los Estados Unidos durante el período conocido como “Caza de Brujas” del que habla Silvia Federici. En nuestros días, este exterminio de mujeres que puede ser entendida como una necropolítica de género insuflada por los discursos de misóginos de baja y alta intensidad expresados por el presidente de Donal Trump y replicado por sus seguidores y otros varones como formas de afirmación legítima y que en ciertos casos han provocado la organización de hombres furiosos que han politizado su odio contra las mujeres y formado una especie de activismo anti-feminista bajo el argumento de defender los derechos de los hombres, hasta grupos de celibes involuntarios que tras el anonimato de las redes han creado comunidades en línea donde expresan su resentimiento hacia las mujeres y en más de una ocasión hecho llamados para asesinar y han asesinado de manera multitudinaria a mujeres solo por el hecho de serlo. Dicha necropolítica de género, conocida como feminicidio se une al asesinato impune de personas afroamericanas a manos de la polícia como una forma de racismo institucionalizado y a la diseminación de discursos xenófobos como un despliegue cotidiano de la política snuff que rige los Estados-Nación contemporáneos de manera cada vez más explícita en los últimos cuatro años. En este sentido, “la densidad de lo masculino depende de su magnitud semiótica. La masculinidad como categoría de género se produce culturalmente, no sólo como una entidad percibible, sino también como un dispositivo de percepción; es un instrumento por medio del cual podemos conocer las peculiaridades de la cultura de una nación.”

Así la necromasculinidad como ficción política (y no sólo como cuerpo singular) es un fenómeno social emparentado al trabajo, a la violencia, a la opresión, como forma de dar continuidad a los proyectos de hegemonía social y económica que imbrinca el régimen necropolítico con el biopolítico a través del moweedelo de democracia iluminista y “nación heterosexual”. 

Para ver Proyecto Ballena, hoy a las 20 horas: cck.gob.ar