El presidente Macri dijo que en materia energética el país ha mejorado en relación a 2015. Una serie de indicadores elaborados por Oetec, en base a datos oficiales, lo desmienten.

  • Producción de petróleo: 8 por ciento por debajo de 2015. Impulsada por la recuperación gasífera, la producción de crudo se recompuso en 2018 luego de la debacle 2016 y 2017. Cerró el año pasado con un ascenso del 2,2 por ciento interanual y 8,0 por ciento por debajo de 2015. En una administración que prometió la autosuficiencia petrolera es de notar que habiendo transcurridos 36 meses de gestión la producción de crudo no se ha recuperado en relación al último año del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. La mejora del precio internacional a partir de 2016 tuvo nulo impacto. 
  • Petróleo refinado: caída de 11 por ciento. La producción de la Cuenca Neuquina y de la provincia del Neuquén –de donde proviene el crudo de mayor calidad para la refinación– ascendieron 4,3 y 12,5 por ciento, respectivamente. A pesar de dicha recuperación, la refinación de petróleo nacional bajó: 3,7 por ciento en 2018, ubicándose 11,0 por ciento por debajo de los valores de 2015. Los volúmenes refinados en 2018 fueron los segundos más bajos desde el 2000.
  • Gas: dependencia de la sola concesión de Techint. En 2015, la producción creció 3,4 por ciento. En 2016, se expandió 4,9 por ciento. Dicho crecimiento, como ya fuera explicado desde Oetec, obedeció al mega yacimiento heredado Vega Pléyade (VP). Es decir, no puede atribuirse a la gestión Macri tal evolución. En 2017, VP siquiera pudo compensar la fuerte declinación generalizada: el año cerró con una caída del 0,7 por ciento. Así, hasta la recuperación de la producción en 2018. Sin embargo, dicha recuperación fue consecuencia de una sola concesión, Fortín de Piedra, de Techint. Sin esta concesión subsidiada en el marco de la Resolución 46 (2017), la producción nacional hubiera pasado de un crecimiento del 5,3 por ciento en 2018 a una caída del 0,3. Ahora que la administración Macri podó los subsidios a las resoluciones 46 y 447, peligra la producción nacional de gas ante los anuncios de la corporación de Rocca de desacelerar el ritmo de producción. El peligro no viene dado por el recorte a los subsidios, sino por la dependencia absoluta de la producción gasífera argentina con Techint. En otras palabras, tres años de tarifazo e incremento exponencial de precios del gas en boca de pozo para que la producción nacional dependa de una única concesión, y de un empresario privado con quien la administración Macri pudo sostener una buena relación. Más grave es que gracias a esta concesión subsidiada vía sobreprecios (se paga 7,5 y 7,0 dólares por Mmbtu, lo que debería pagarse 3,5 dólares o menos) que la Argentina reabrió sus exportaciones de gas, afectando su seguridad energética.
  • Gas: dependencia de los subsidios (cuya eliminación era razón principal del tarifazo). La mayor producción gasífera en el tercer año de Macri se sostiene con “alambre” y gracias a los tan vilipendiados subsidios. Esos mismos subsidios que fueron la razón de ser del incremento brutal de los precios del gas en boca de pozo y su traslado a la tarifa. Sin los subsidios de las resoluciones 46 y 447, la producción se hubiera desplomado 4,6 por ciento en 2018, ubicándose 1,2 por ciento en relación a 2015.
  • YPF: la peor caída en gas natural desde 2011. La firma estatal es la primera productora de gas del país. No obstante, por su desplazamiento de Vaca Muerta y del ascenso hegemónico del empresariado privado (Rocca-Eurnekian-Mindlin) en el upstream gasífero, YPF viene exhibiendo un marcado desmejoramiento de su producción. No sólo tuvo el desempeño más bajo desde 2011, sino que es la empresa que peor le fue en cuanto a niveles de producción en 2018. El pésimo panorama se ve agravado como consecuencia de la poda a los subsidios de la Resolución 46 y la decisión de YPF de frenar o reducir sus inversiones.
  • Primeras productoras de gas: la peor caída desde 2013. En 2018, YPF, Total Austral y PAE explicaron un 69 por ciento de la producción nacional. Esto ha venido sucediendo con las tres principales gasíferas del país desde la asunción de Macri. La tasa de producción sumada en 2018 fue negativa de 2,4 por ciento, cuando en 2015 y sin tarifazo había alcanzado una expansión de 8,5 por ciento. Vale destacar que el crecimiento de 2016 y 2017 fue consecuencia del mega yacimiento heredado de Total Austral, Vega Pléyade, iniciado en 2013.
  • Combustibles: menor elaboración que en 2015 y consumo estancado. La elaboración de nafta y gasoil cayó 2,0 por ciento en 2018 y cerró el año  con un retroceso de 0,4% respecto de 2015. Asimismo, la elaboración de gas butano y propano (garrafas) se ubicó -1,5 por ciento sobre el mismo año. En cuanto al consumo de iguales productos a nivel estaciones de servicio (ventas al público), se observa una caída del 0,6 por ciento en 2018 y un magro crecimiento del 0,3 por ciento en relación a 2015. 
  • Combustibles: importaciones récord desde 1994. Desde que se publican estadísticas oficiales (1994), que las importaciones de nafta y gasoil no alcanzan niveles tan altos como con el macrismo. Habían prometido eliminar la dependencia externa energética y lograr la autosuficiencia. 
  • Electricidad: demanda nacional prácticamente estancada desde 2015. El país consume aproximadamente la misma energía eléctrica que tres años atrás. 
  • Electricidad: demanda industrial y grandes comercios -4,0 por ciento sobre 2015. La demanda de electricidad del sector industrial terminó 2018 registrando una caída del 1,3 por ciento interanual. La diferencia respecto de 2015 es de -4,0 por ciento. El crecimiento en 2015 fue del 0,8% y venía siendo sostenido desde 2013. Por otra parte, el consumo industrial cayó en 2018 respecto de 2015 en 14 provincias de las 22 interconectadas al SADI.
  • Gas de red: 41 por ciento de caída en nuevos usuarios residenciales incorporados que en 2015. Durante los primeros dos años y diez meses del primer gobierno de Cristina Fernández de Kirchner se incorporaron 548.229 nuevos usuarios residenciales a la red de gas. En igual período, pero del mandato de Mauricio Macri, se incorporaron 309.465 nuevos usuarios residenciales. Asimismo, los primeros dos años y diez meses del segundo gobierno de CFK se incorporaron 494.273 nuevos usuarios residenciales a la red de gas. En igual período de Macri, como se señaló, fueron 309.465. Los dos períodos de CFK estudiados arroja un promedio de 521.251 nuevos usuarios residenciales incorporados. La diferencia es 68 por ciento favorable para CFK, mientras que -41 por ciento para Macri.

*  Director general del Observatorio de la Energía, la Tecnología y la Infraestructura para el Desarrollo (Oetec).