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El país|Martes, 7 de julio de 2015
Las escuchas estarán desde hoy a cargo de la Procuración General

No sólo un cambio de manos

El nuevo organismo se llama Departamento de Interceptación de Captación de las Comunicaciones (Dicom). Está a cargo de la fiscal Cristina Caamaño, que aspira a profesionalizarlo y transparentarlo.

Por Irina Hauser
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La fiscal Cristina Caamaño aplicará mecanismos de control internos y externos para las escuchas.

El edificio de la ex Ojota, la célebre Oficina de Observaciones Judiciales de las escuchas telefónicas de la ex SIDE, es de siete pisos y está ubicado sobre Avenida de los Incas al 3800. El despacho principal tiene un balcón terraza con parrilla. Las intercepciones de las comunicaciones se hacen desde 27 boxes con formato de cabinas telefónicas donde los agentes deben permanecer en turnos de hasta veinticuatro horas en una silla. Los auriculares solían estar tan estropeados que ellos mismos se traían los de los aviones para escuchar mejor a la vuelta de algún viaje. Desde afuera todavía es difícil darse cuenta de qué es ese lugar, que desde hoy estará bajo la órbita de la Procuración General de la Nación, cuando al mediodía se firme el acta para su traspaso. El nuevo organismo se llama Departamento de Interceptación de Captación de las Comunicaciones (Dicom), está a cargo de la fiscal Cristina Caamaño y como primer gesto para quitar el viejo manto de oscuridad que caracteriza a esta actividad pondrá un cartel de acrílico en la puerta que dirá Ministerio Público Fiscal. Pero, además, junto con la puesta en marcha, se implementarán mecanismos internos (de auditoría) y externos (parlamentario y con organizaciones de la sociedad civil) para controlarlo.

El acto formal que se hará hoy, consistirá en la entrega de la ex Ojota por parte de Oscar Parrilli a la procuradora Alejandra Gils Carbó y a Caamaño. Todo indica que mañana ya tomarán posesión del edificio.

Hasta ahora la planta de personal del área era de algo más de 200 personas. Ochenta de ellas se jubilaron en las últimas semanas (los de más de treinta años de servicio). Otras seguirán o pasaron a la AFI y hay veintidós nuevos funcionarios de la Procuración. Las escuchas que se realizan en forma permanente (por ejemplo, en investigaciones sobre trata de personas y narcotráfico) no cambiarían mucho de formato, aunque los agentes tendrán mayores períodos de descanso. Las interceptaciones que se llevan a cabo cuando hay riesgo de vida para la víctima (como los secuestros extorsivos), desde líneas que se usan en forma directa, estarán transitoriamente a cargo de agentes de otras fuerzas de seguridad mientras se capacita al nuevo personal de la Procuración.

El flamante Dicom vendrá rodeado de una estructura de comisiones y dependencias de control interno y externo con las que se aspira a garantizar la transparencia de sus actos, además de que tendrá un protocolo (con reglas de actuación), algo inexistente hasta ahora. Así lo explicaron a Página/12, funcionarios de la reforma.

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