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La policía volvió ayer a reprimir a los manifestantes que se pronunciaban en contra de las políticas del Fondo Monetario y el Banco Mundial en la ciudad de Estambul. Fue el segundo día de enfrentamientos. La policía hizo uso de cañones de agua, gases lacrimógenos y vehículos blindados para dispersar a los manifestantes. La fuerza antidisturbios atacó a unos 300 jóvenes que se habían reunido en el barrio de Pangalti y gritaban consignas como “Váyase FMI, el mundo es nuestro”. Los manifestantes trataron de avanzar hacia el centro, donde se realizaba la reunión de los organismos y lanzaron piedras y bolas metálicas. Varios de ellos fueron detenidos. Por su parte, un grupo de alemanes, utilizando barras metálicas y piedras, provocaron daños en al menos cinco sucursales bancarias, un supermercado y un restaurante de comida rápida.
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