Un fuerte terremoto, de 7,8 grados en la escala Richter, seguido de un tsunami golpeó ayer la costa este de Nueva Zelanda y dejó como saldo dos muertos, centenares de heridos y miles de personas evacuadas, de acuerdo con las cifras relevadas por Defensa Civil. John Key, primer ministro del país, advirtió “que la cifra de muertes puede aumentar con el correr de las horas ya que existe un importante número de heridos”. Por su parte, el ministro de Defensa Civil, Gerry Brownlee, recomendó a los habitantes de la costa este del país “que se desplacen hacia zonas elevadas o lo más posible tierra adentro, así como que suban a los pisos superiores de los edificios o incluso a los árboles”. Hace cinco años, en el país oceánico, al menos 185 personas murieron en un sismo de magnitud 6,3 que sacudió la ciudad de Christchurch, en la Isla Sur, y causó daños en más de 30.000 edificios.