Javier Milei respira aliviado. La media sanción de la ley Bases en Diputados dotó de cierto oxígeno al Gobierno, que venía golpeado por el fracaso legislativo de febrero, el rechazo del megaDNU en marzo y la multitudinaria marcha universitaria de fines de abril. En la Casa Rosada se preparan, ahora, para los próximos tres desafíos: el comienzo de la discusión de la ley ómnibus en el Senado, el paro general de la CGT de la semana que viene y la firma del denominado Pacto de Mayo a fin de mes. En la previa al debate en comisión, el Presidente observa con particular preocupación la suerte legislativa del paquete fiscal y, por las dudas, ya le advirtió a los gobernadores que los que no lo "acompañen", "quedarán afuera" del acto del 25 de mayo en Córdoba. Respecto a la medida de fuerza de la central obrera, el Ejecutivo nacional buscará entablar puentes con dirigentes de la CGT para intentar frenarla. Envalentonado, a contramano de todo y algo fantasioso, el jefe de Estado ya habla de reelección y de irse a vivir al campo, con sus perros, cuando finalice su segundo mandato.

La celebración del oficialismo por el triunfo en la Cámara baja fue moderada. Más que un festejo fue un desahogo por haber evitado repetir otro revés parlamentario. “Ese fracaso inicial nos permitió rever los pasos y cuáles habían sido los errores cometidos. Podemos decir que aprendemos rápido”, evaluó el ministro Guillermo Francos. Más allá del optimismo inicial, en el Gobierno están en alerta por los eventuales cambios que pueda llegar a introducir el Senado. “Si nos bloquean la parte fiscal, ese problema lo van a tener las provincias", amenazó el Presidente ayer en un mensaje directo a los gobernadores. En concreto, teme que se rechace la restitución del impuesto a las Ganancias, que viene siendo resistida por los mandatarios patagónicos, o que se incorporen modificaciones que devuelvan el texto a Diputados, escenario que alteraría por completo los planes para el 25 de mayo.

En el Gobierno saben que la relación de fuerzas en el Senado es compleja. Unión por la Patria, con 33 bancas, está a solo 4 votos de bloquear las reformas. De ahí que el oficialismo salga a la caza de nuevos aliados y pose su mira en cinco gobernadores: Gerardo Zamora (Santiago del Estero), Rolando Figueroa (Neuquén) Alberto Weretilneck (Río Negro), Hugo Passalacqua (Misiones) y Claudio Vidal (Santa Cruz). Milei les avisó que si no lo respaldan, "se quedan afuera" del Pacto de Mayo. El bonaerense Axel Kicillof, por ejemplo, ya fue excluido.

Como prenda de cambio, el Ejecutivo nacional aprovechará la asfixia de las arcas locales para ofrecerle fondos a las provincias. Habrá senadores que “van a tener a sus gobernadores diciéndoles ‘muchachos, dejen de jorobar y tratemos de hacer llegar recursos a nuestras provincias’”, admitió Guillermo Francos. Apalancado por las necesidades financieras, el ministro asegura que el trámite legislativo será más sencillo que en la Cámara baja. “En el Senado, debería pasar más rápido porque a los gobiernos provinciales les urgen estos temas", aclaró.

El optimismo de Francos, no obstante, colisiona con un obstáculo importante. El recorrido de la ley Bases podría verse empantanado en el debate por Ganancias. De aprobarse la reversión del impuesto, los altos ingresos de los trabajadores del sector petrolero se verán afectados y ningún gobernador del sur quiere hacerse cargo de pagar ese costo político. Las cuentas, en este punto, no cierran por ningún lado, tampoco en el recinto.

A la resistencia de los gobernadores, se le superponen los movimientos de la CGT. Apenas comience el tratamiento en comisión, la central obrera realizará el paro general previsto para el 9 de mayo. La preocupación del Gobierno es que la medida de fuerza presione a los senadores en la discusión por Ganancias y la reforma laboral. "Los senadores del peronismo se comprometieron a no votar esta ley", manifestó el cosecretario de la CGT, Pablo Moyano. "Un proyecto de ley laboral se tendría que haber discutido en la comisión de legislación laboral y no de la forma que se hizo. Creemos que en el Senado vamos a tener el debate necesario para poder esclarecer", agregó su par, Héctor Daer.

Al igual que con los gobernadores y con los jefes de bloques aliados, el encargado de encabezar las negociaciones con los dirigentes sindicales será Guillermo Francos. "Vamos a conversar con la CGT", dijo y anticipó que buscará frenar el paro. “Trataremos que no se haga. Conversaremos para que entiendan que hay que mirar hacia adelante, despejar el horizonte de conflictos”, concluyó y no descartó posibles contactos en los próximos días.

La intención del ministro es repetir la visita que tuvieron los líderes gremiales el 11 de abril a la Casa Rosada. Aquel encuentro estuvo encabezado por el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y participaron Daer (Sanidad), Carlos Acuña (estaciones de servicio), Hugo Moyano (Camioneros), Andrés Rodríguez (UPCN), Gerardo Martínez (UOCRA), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), entre otros. De la reunión, los dirigentes se fueron con la promesa de que no se iba a modificar la ultraactividad de los convenios colectivos y que se mantendría la cuota solidaria que los gremios reciben de los trabajadores no afiliados --dos puntos sensibles incluidos en la nueva versión de la ley Bases--. El gesto del Ejecutivo, sin embargo, no sirvió para desactivar las medidas de fuerza.

La reelección y el campo

A pesar del complicado inicio de gestión, Milei está exultante. No solo por la media sanción de la ley ómnibus en Diputados sino porque, según dice, las encuestas que le llevan a su despacho marcan un nivel alto nivel de acompañamiento al programa de ajuste. Es por eso que a solo 5 meses de haber asumido, ya empieza a hablar de una eventual reelección en 2027. Todo, atado a un milagro económico y social. "Si derrotamos la inflación, crecemos, creamos puestos de trabajo de mejor calidad, bajamos la pobreza, bajamos la indigencia, la gente vive mejor y terminamos con la inseguridad, dado que ese fue el mandato que me dio la ciudadanía, es probable que pueda ser que haya una reelección", señaló envalentonado en diálogo con El Observador. Pero la fantasía no termina ahí. Tras finalizar su carrera política, después de ocupar durante ocho años el sillón de Rivadavia, se imagina viviendo en el campo con sus "hijitos de cuatro patas".