Tuve la bendición en mi adolescencia de conocer a Miguel, era un autoproclamado hippie del Barrio Don Orione, en Claypole. Mi viejo tenía un mercado y yo iba a ayudarlo, generalmente luego de algún conflicto provocado en el colegio, la represalia consistía en ir a reponer paquetes o latas en las góndolas, en jornadas que recuerdo, resultaban interminables. En fin, este pibe vio que tenía unos cassettes de, probablemente Charly o Queen, o bien algún compilado tipo 17 Top Hits, muy populares en esa época, y una tarde cayó con una pila bastante importante de discos de lo que él llamaba el verdadero rock nacional. Miguel se destacaba entre la clientela, o mejor dicho, entre los habitantes del barrio, un poco por su aspecto y su vestimenta, otro poco por su amabilidad, tal vez por esto último mi viejo le dio cabida y mantenía conversaciones bastante extensas, comparando con el resto de los habitues del establecimiento. Recuerdo también que usaba un walkman con unos auriculares enormes, y que también grababa una especie de compilados temáticos en cassette, temas lentos de un lado, rock pesado del otro, o cosas y rótulos por el estilo.

Fue de este modo que di con las bandas que, más que probablemente diría certeramente, cambiaron mi relación con la música que, hasta ese momento, era más bien entretenimiento, desde ahí fue arte y hasta un modelo de conducta y estilo de vida. Pescado Rabioso, Manal, Billy Bond y La Pesada y un par de discazos más, ahh el de Tanguito, citando solo los artistas locales, a una edad muy temprana, flasheaba, y aun flasheo, con las letras, sobre todo las del álbum Desatormentándonos, de Pescado, también con el primero de Pappo’s blues, tremendo disco.

Los vinilos no venían solos, estaban acompañados de anécdotas acerca de las grabaciones o los integrantes de las bandas, por ejemplo, que el disco de Tanguito había sido grabado durante los descansos del registro del primer disco de Manal, o que Tanguito estaba medio loco y había muerto en un dudoso episodio con un tren. Y que Spinetta le había regalado una viola a Pappo que después el Carpo vendió.

De modo que de pendejo era bastante "progre", unos años después, varios amigos escuchaban cosas más contemporáneas, Abuelos, Virus, Soda, etc, que me parecían buenos pero no los curtía en casa o en soledad, hasta que escuché en la radio, “Orbitando”, del primero de Los Encargados, primero y único en realidad, había otras grabaciones, que fueron editadas hace relativamente poco, que tengo entendido hubieran formado parte de un segundo álbum. Oír “Orbitando” en la Rock and Pop, que estaba en un gran momento en esa época, me refiero a la emisora, hubo muchos programas dedicados al rock en varias estaciones radiales, pero, estoy casi seguro, que era la primera FM temática de país, y bueno cuando lo escuché me metió en una atmósfera que desconocía, sentí que era distinto, más allá de las tendencias internacionales, relacionadas más con lo sonoro que con la lírica. Es una canción, que me ha acompañado durante décadas, y que tuve en todos sus formatos físicos, conservo aún algunos de ellos. Ese álbum, Silencio, y luego Conga que ya es Melero solista fueron una inspiración fuertísima, al punto de hacer playback frente a un espejo sin haberlo visto nunca en vivo, siendo estas incursiones hogareñas mis primeras aproximaciones al universo de los frontman's (jeje). Después tuve la dicha de conocer a Daniel y trabajar con él y tener una amistad afectiva. Así como también de grabar, con mi proyecto El Dependiente una versión para un compilado del sello El Libertador Música, que homenajeaba a Silencio, lo pueden oír en las aplicaciones de música. 

Volviendo a la canción en cuestión, y, sobre todo, al contexto, me encontraba atravesando una de mis primeras relaciones amorosas con las bondades, confusiones y desilusiones que esto trae aparejado, y la primera frase del track dice, "Sé que nunca estuve aquí o es que quizás visité este lugar en sueños" y por supuesto que me hablaba directamente a mí, en el sentido de experimentar algo por primera vez, en lo personal y en lo musical. Compré el disco en una disquería de Quilmes Oeste que se llamaba RE, creo que ese álbum me abrió mucho el espectro y tiró por la borda la idea del pop liviano, o "para divertirse" como dice el comediante. Gracias a Silencio le di bola a varias bandas que había ignorado hasta el momento, como, por ejemplo, Virus.

Marcelo Zeoli, compositor, músico y productor, nació en febrero de 1970 en Quilmes. Desde mediados de los 90 y hasta la actualidad al frente de Los Látigos, durante un receso de esta banda formó El Dependiente, proyecto con el cual editó tres discos. “La mutua incomprensión”, nuevo single de Los Látigos, se podrá escuchar en todas las plataformas desde el próximo 10 de abril.