Fundir el oro y lanzar una línea exclusiva de sombreritos dorados como merchandising. Tal es la idea que tiene el protagonista de Las aventuras inventadas de Dick Turpin (estreno por Apple TV+ el próximo viernes) tras cometer su primer gran atraco como bandolero en el siglo XVIII. Claro que la propuesta tiene bastante lógica al contar con Noel Fielding como mascarón de proa. “¿Querés ser Dick Turpin? Absolutamente, mi segunda pregunta es si se trataba de una comedia. No sabía que tendría que escribirla y luego hacer la serie, pero hasta ahora ha sido muy divertido”, le asegura a Página/12 el artista que engendró el programa de culto de The Mighty Boosh, condujo la versión británica de Bake Off, y ahora se pone los pantalones –de cuero sintético- y zapatos –púrpura- de un emblemático y romantizado ladrón de caminos inglés.

Esta concienzudamente tonta revisión del pasado tiene como punto de partida el momento en el que se empieza a escribir la leyenda de Turpin. El tipo de Essex que desconoce la existencia de Londres, no sabe manejar un arma y es célebre incluso antes de haber cometido alguna correría gracias a la labor de una escritora (Dolly Wells) que no le pierde el paso. “Soy un nuevo tipo de ladrón de caminos, llegué con estilo y lustre”, dice Turpin, quien está más preocupado por el look y la fama de su banda de forajidos que por llevar a cabo golpes criminales. Las licencias históricas, entonces, son el santo y seña dentro de esta ficción que supura humor brit. Turpin, en definitiva, es una figura de arcilla manipulada a propósito durante cada uno de los seis episodios de media hora.

Su némesis será Jonathan Wilde (Hugh Bonneville), un corrupto agente de la ley que atendía de los dos lados del mostrador. Muy a su pesar, el General Cazador de Ladrones persegue a Turpin con su hijo preadolescente a cuestas. “Si no fuera por ellos dos, Wilde tendría una excelente carrera maquiavélica. En fin, creo que cualquier estudiante de Historia se sentirá un poco decepcionado por nuestra visión. El título es bastante claro, son elucubraciones completamente apócrifas. Mi personaje existió y trabajaba para el reino, pero lo más entretenido es el gris de esta figura de la autoridad que sabía muy bien como operaba el crimen y debe lidiar con este bandolero que no cierra por ningún lado. Un liberal que no come carne, es un fashionista responsable, apoya los derechos de las muneres y no sabe andar a caballo. Ciertamente no es el tipo de asesino despiadado con el que suele lidiar. Es una gran premisa para una aventura”, aporta el intérprete conocido por sus papeles en Downton Abbey y Paddington.

Más allá del nombre y figura, el Turpin de Fielding no se aleja demasiado de su cosmogonía en donde conviven El Mago de Oz, David Bowie y la costumbre del té a las cinco. “A Dick Turpin lo reimaginamos porque en la vida real debe haber sido alguien malvado, de hecho su leyenda es bastante contradictoria. Empezamos con lo de que era el hijo de un carnicero. Eso es cierto. Pero lo hicimos vegano. Naturalmente evolucionó en este espíritu libre y soñador. No tiene habilidades realmente, solo tiene encanto e ideas creativas que lo sacan de los problemas. De alguna manera extraña siempre logra su cometido. Es un visionario a su tiempo. Funciona para la comedia, si hubiera sido un drama habríamos estado en problemas”, repone Fielding.

-Además de actuar y escribir la serie aparece como productor ejecutivo. ¿Cuál es el desafío en estos roles? ¿hay alguno preferido?

Noel Fielding: -Lo de productor ejecutivo es como un título que te dan y por el que no me preocupo demasiado. Sé que tengo un tipo de humor muy particular y trato de preservarlo, por eso me involucro bastante en la escritura. Creo que el guión es la parte más divertida para un guionista porque es cuando los chistes parecen graciosos sin haberlos probado. Me gusta lo performático, pero lo que más disfruto es idear las bromas sin límites. Yo iba y venía y le dejaba el trabajo duro a los demás guionistas. Eso fue muy divertido. Lo de producción, entre nosotros, no sé bien que significa eso de productor ejecutivo.

­Hugh Bonneville: -Significa que te pueden echar la culpa. (risas).

N.F.: - Por eso dejé que otros lo hagan maravillosamente bien.

-¿Qué tono tiene más presencia, lo surreal de The Mighty Boosh o el absurdo de Monty Python en Los Caballeros de la mesa cuadrada?

N.F.: -Es inevitable no emular a Monty Python, los amo, son los Beatles del humor. Tanto esa película como Los aventureros del tiempo fueron como guías. Lo mismo que The Black Adder de Rowan Atkinson y La princesa prometida. Son esa clase de creaciones que visitan el pasado, juegan a la épica, pero con héroes imperfectos. Dijimos que las íbamos a emular para que en Apple nos dieran la aprobación, de allí en más nos dedicamos a meterle la uña para hacerlo más rasposo. Lo importante es tener a los personajes y qué querés hacer con ellos. Escribir comedia es muy difícil, y además queríamos que se entendiera esta leyenda muy británica en todo el mundo. Así que nuestra intención fue escribir chistes globales. Lo cual no tengo idea qué significa.

-¿Creen que la serie tiene algún tipo de incidencia sobre la sociedad y la política actual?

H.B.:- No creo que haya sido la primera inquietud, para ser honesto. Dick Turpin en Gran Bretaña es un personaje mítico, un modelo de cierto tipo de ladrón. No tiene la resonancia mundial de Robin Hood, eso de robarle a los ricos para darle a los pobres, más bien le robaba a los ricos para quedarse con todo. Así que diría que es un mensaje sobre cómo funciona el capitalismo (carcajadas). Los políticos corruptos y los renegados tampoco se inventaron en el siglo XVIII, aquí estamos haciendo colisionar estos arquetipos.

N.F.: -Este Dick Turpin de avanzada, es un pensador libre e inclusivo. No está interesado en el dinero sino en la creatividad positiva. Sería lindo tener tipos así en la política británica y mundial.   

Programados

* Max confirmó que habrá más de True Detective. Nada extraño si se tiene en cuenta que la audiencia de su relcién finalizada cuarta antología, protagonizada por Jodie Foster y contextualizada en el Polo Norte, superó incluso a la primera entrega con Matthew McConaughey y Woody Harrelson. La encargada para continuar el policial será la mexicana Issa López, responsable de la última historia sobre agentes que tratan de resolver un crimen y, según sus palabras, “intentan comprender sus propias almas y secretos”.

* Coppola, el representante podrá verse desde el próximo 15 de marzo en Star+. En clave de comedia dramática, la serie tendrá como eje al manager de Diego Maradona (Juan Minujín) quien intenta conciliar su agitada vida privada con un trabajo de tiempo completo para el futbolista. El Yayo Guridi, Teté Coustarot, Gerardo Romano y Mónica Antolópolus, son algunos de los nombres claves del elenco. El showrunner de esta serie que busca capturar el exceso de los ’90 es Emanuel Díaz (guionista de Nada y La extorsión). A fumar bajo el agua.

* De Fargo a Landman. Jon Hamm es la nueva incorporación de la serie que amplía el “Yellowstoneverse” de Taylor Sheridan en Paramount+. La serie se centrará en el negocio petrolero de la Texas actual y cuenta con el protagónico de Billy Bob Thornton. El ex Mad Men encarnará a Monty Miller, un titán de la industria del oro negro. La entrega, en pleno rodaje, está basada en el podcast Boomtown.

El personaje

Dante Balestra de Un profesor (Alessandro Gassman). En esta remake de Merlí, el profesor de filosofía habla italiano. El protagonista regresa al salón de clases después de muchos años para enseñar en el Liceo Leonardo Da Vinci en Roma. Allí, aplicará su método de enseñanza inconformista y poco convencional que le ayudará a establecer una relación muy particular con sus alumnos e hijo. Vaffanculo al catalán. Se estrenará por Europa Europa el 7 de marzo a las 22 hs.