Desde Junín

Uno de los capítulos de Bienalsur se lleva a cabo en esta ciudad, gracias a una propuesta original de la galería de arte, centro cultural y editorial Hotel Dada, de los artistas, gestores culturales y curadores Silvio De Gracia y Ana Montenegro, quienes presentan una doble exposición de Teresa Pereda y Simone Moraes y organizaron con las artistas e invitados, un conjunto de acciones y encuentros que implican las relaciones de las personas con la naturaleza.

Desde esta perspectiva, plantean la exhibición y demás actividades como un modo artístico y poético de llamar la atención y reflexionar sobre los problemas urgentes que instaló el capitalismo extractivista, y de su derivación, el necrocapitalismo, que obtiene ganancias extraordinarias gracias a un cóctel que incluye una versión del neoliberalismo que perfeccionó el sesgo criminal de su economía, con marginación y exclusión social y que trae como consecuencia el desastre ecológico.

La exhibición de Pereda y Moraes, “Cita con la selva- acciones eco poéticas en Amazonia”, fue complementada durante el último fin de semana con una jornada de actividades en el sitio rural de arte experimental La Luz Buena y una charla en la sede de Hotel Dada con las artistas invitadas y los representantes de pueblos originarios Renata Peixe-Boi, militante indígena amazónica del pueblo Mura, y Oscar Farías, de la comunidad mapuche de Junín.

En la exposición la obra de ambas artistas establece un diálogo a través de convergencias y consonancias de obras y acciones realizadas en Amazonia, cuyos registros se exhiben en la muestra.

Teresa Pereda presenta una obra que desarrolló a partir de 2008, en su estadía en Amazonia y que fue produciendo posteriormente. Este capítulo forma parte de un proyecto de largo aliento, “Recolección-restitución. Citas por América”, que está en curso y abarca mayoritariamente distintas regiones argentinas. En cada lugar realiza un serie de acciones y experiencias que implican lo colectivo y lo ritual a partir de encuentros donde el interés principal está puesto en el intercambio con personas originarias, sus culturas y conocimientos. La artista registra esas actividades y el resultado son videos y fotoperformances que dan cuenta, entre otras cosas, de los intercambios de puñados de tierra de distintos lugares, del traslado del un gran ovillo de lana y de la interacción con las personas.

El video “El tiempo del agua” (2008), de siete minutos, que la artista realizó junto con los artistas Charly Nijensohn y Juan Pablo Ferlat -con banda sonora de Luciano Azzigotti-, es el resultado de la estadía de un mes en la selva amazónica. El video muestra el desarrollo y recorrido de la artistas a partir de un gran ovillo de lana de un metro de diámetro, que va desovillando en la selva y termina disolviéndose en un torrente de agua, entre cascadas. La muestra también incluye una serie de fotografías y la exhibición de un enorme ovillo.

Simone Moraes presenta una serie de fotografías, un video y una mesa en la que dispone bellamente un conjunto de ocho piezas de madera torneada, de distintos tamaños y formatos, diseñados y desarrollados a partir de una investigación sobre el estetoscopio y su función. La obra busca que las personas se ausculten mutuamente en una suerte de interacción coreográfica. Moraes, por su parte, ausculta los árboles, para oír los sonidos de la savia. Y se vale también de estetoscopios clásicos y tecnología de amplificación para que esos murmullos ganen volumen sonoro y resulte posible percibir la textura de los sonidos.

Moraes cuenta que su padre fue médico cardiólogo, de modo que auscultar lo viviente es una práctica que retoma como un legado.

Las obras de Pereda y Moraes funcionan como un llamado de atención desde la perspectiva artística, ética y ecológica para respetar todas las formas de vida y también las cosas, solidariamente. Los registros de las acciones de ambas pueden verse como señalamientos de la catástrofe continua y el inminente agravamiento de las condiciones de vida, así como convocan la atención urgente por parte de todos.

Como explicó Silvio de Gracia en la inauguración: “Nosotros vemos las obras de estas artistas como poesía experimental expandida. De allí el título Acciones ecopoéticas en Amazonia. Y si bien la primera aproximación hacia la obra de ambas artistas es desde la esfera poética, las dos trabajan en clave ecológica y en sus trabajos exhiben un peso crítico en un mundo en catástrofe ecológica. Sus obras nos interpelan y proponen reflexionar sobre la preservación de la naturaleza. Y en parte de su recorrido ambas realizaron y registraron acciones en Amazonia para llamar la atención contra el deterioro de esta región que es el corazón del planeta. Son obras que se interconectan y nos interesan porque exceden el arte, la poética y la estética, hacia expresiones críticas de un compromiso político. En la galería trabajamos con artistas que tengan un fuerte compromiso con el contexto sociocultural, con la historia y con la vida cotidiana”.

* En Hotel Dada, Chávez 69, Junín; de jueves a sábados, de 18 a 20, hasta fin de año. (www.hoteldadabase.org">www.hoteldadabase.org).