Hay mucho, hay muy bueno. No obstante, el movido mercado editorial en español requiere de algunas coordenadas específicas para no morir en el intento. O, en pocas palabras, cuando la economía apremia, vale la pena afinar el ojo para encontrar "el libro correcto". Aquí, entonces, un tendal de misceláneas pop sobre algunos de nuestros temas favoritos: el cine, las novelas gráficas, las tendencias globales, la historia de la cultura pop, el anime y la música joven.

Afiches de película, de Sebastián Vivarelli (Wolkowicz Editores)

Con más de cinco años de escritura e investigación, el trabajo de Vivarelli en Afiches de película asoma como una rara avis: no hay tantos en su especie. Si bien la prestigiosa editorial Taschen publicó algunos libros de ese palo, hay una profunda escasez de material especializado. Y, de hecho, justificando su obsesión y la creación del libro, fueron los afiches -fundamentalmente los de los ‘80- los que lo convirtieron en diseñador gráfico y, ahora, en escritor: "Es que eran inolvidables".

De esta manera, Afiches de película se estructura como un libro de cine que se expande hacia el diseño y la cultura visual. Comienza con una breve introducción sobre la historia de los afiches de cine, sigue con las vanguardias artísticas del siglo XX y, después, abarca diversos géneros y autores. "El primer afiche que vi en mi vida puede ser el de E.T., la versión con el toque de dedos, y el de Volver al Futuro", dice Vivarelli.

Justamente, el objetivo del libro está en ahondar sobre la noción principal de un afiche: convertirse en la puerta de entrada a la película. "En un golpe de vista, un afiche tiene que resumir la idea central del film. Además, debe impactar y seducir al espectador. Y, de ser posible, permanecer en su memoria, logrando una relación afectiva", cuenta el autor.

¿Sus portadistas favoritos? Dos capos: Saul Bass y Drew Struzan. ¿Y el mejor afiche de la historia? "Imposible elegir uno, pero en el podio seguro estarían Metrópolis (1927), La Naranja Mecánica (1971), Alien (1979), Volver al Futuro (1985) y El Silencio de los Inocentes (1991)."

Apagón, de Martín Tejada y Carlos Dearmas (Hotel de las Ideas)

"Apagón es una novela gráfica, una historieta sobre el legado, el arrepentimiento y las decisiones que nos arrebataron", dice Martín Tejada, multitalento argentino y guionista de este cuento fantástico que reflexiona sobre la percepción del tiempo y las memorias de nuestra historia reciente.

Con lenguaje secuencial, viñetas silentes y un clima íntimo, Apagón se posa sobre los apagones ocurridos en Ledesma, Jujuy, durante la última dictadura cívico militar. "El horror ocurrido en Libertador General San Martín y los pueblos aledaños durante aquel julio del '76 es, de alguna manera, la quintaesencia del espanto de la dictadura. Argentina es un país donde las historias de terror no son cuentos", suma Tejada.

Ganador del premio "publicación de novela gráfica" del Centro Cultural Recoleta y del "mecenazgo" del gobierno porteño, Apagón cuenta con exquisitas ilustraciones de Carlos Dearmas y el privilegiado prólogo de Estela de Carlotto. "Poder abrir el libro así es una de las cosas más lindas que me pasaron en la vida", confiesa el autor.

Y, entre los próximos planes, Apagón podría convertirse en un cortometraje. "Será protagonizado por Luis Luque", aventura Tejada, pichón de Lloyd Kaufman de la Troma, quien domina a la perfección el lenguaje audiovisual. Ver: su corto animado Cozmo y el videoclip Gordo Rata de Mala Fama y Dante Spinetta. O leer Rondador y Nocturno, cómic que hizo junto a Mariano Taibo. Allí, en esta muestra de su ecléctica obra, Tejada se ensancha como uno de esos artistas que hay que seguir.

Cine Coreano en Argentina: Una Historia de Película, de varios autores (Centro Cultural Coreano)

Cine Coreano en Argentina: Una Historia de Película es un libro que recopila historias, anécdotas, hitos, análisis y perspectivas sobre el ingreso del cine coreano en la Argentina. "El trabajo tiene como fin ser un registro histórico del vínculo cinéfilo entre las dos naciones", cuenta Gabriel Pressello, compilador y uno de los principales promotores de la cultura surcoreana en Buenos Aires.

Por caso, la relación entre las dos latitudes se dio tempranamente, a finales de los '90 e inicios del 2000, a partir de la pericia y del ojo de festivales de cine como el BAFICI y el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. "Los directores que hoy son los más exitosos de Corea fueron descubiertos muy en sus inicios por parte de nuestra cinefilia", identifica Pressello, hombre fundamental del Centro Cultural Coreano, la entidad promotora del libro.

Entre las firmas, críticos de cine, periodistas culturales, artistas y programadores que aportaron sus miradas a propósito del fenómeno. Y allí, muchos de ellos recuerdan a Película Mala, Infinita, Inacabable (1997) como una de las primeras que pisaron estas pampas. Sin embargo, fueron Old Boy (2003) y Primavera, verano, otoño, invierno... y otra vez primavera (2004) las que calaron hondo en el inconsciente colectivo. Y fueron The Host (2006) y Parasite (2019), del famoso Bong Joon-ho, las que terminaron por afianzar un diálogo más estrecho.

A la sazón, el libro tuvo una tirada limitada en papel y está disponible en la biblioteca del CCC. También se puede conseguir gratis en su versión digital. "Es un libro que no sólo habla de Corea y de su cine, sino también de Argentina y cómo nosotros generamos circulación de contenidos culturales", señala Pressello. Y cierra: "La cultura coreana llegó para quedarse. La hegemonía de algunas regiones del mundo sobre otras para la generación de contenidos es cosa del pasado. Corea es una fiel muestra de eso".

Cómics de los 80 - La década que lo cambió todo, de Manu González (Red Book Ediciones)

"Decir que los 80 fue la década que lo cambió todo podría haber sido el reclamo comercial del libro, pero, realmente, lo cambió todo", embiste el periodista español especializado en cultura pop Manu González. La creatividad, el riesgo, el estallido comercial, la consolidación de la contracultura, la aparición de artistas influyentes, la novedad, los cambios de paradigma: todo se vivió ahí y los cómics de aquellos años entronizaron -enteritas- todas esas nociones.

Entre los gestos y obras más destacadas de la época están El Regreso del Caballero Oscuro (“Me voló la cabeza”), los hitazos de la revista francesa Métal Hurlant (que venían cosechando éxitos desde finales de los 70), la aparición del cómic underground en España e Italia, el cómic de superhéroes de Marvel, y DC cambiando su paradigma hacia una mirada más “adulta”, el boom de series japonesas como Dragon Ball y Captain Tsubasa y el inicio del culto masivo con Akira, de Katsuhiro Otomo. Y tanto, tanto más.

¿Cuál es la marca más habitual del cómic ochentero? "Nunca he sabido encontrar un hilo conductor para toda la década", dice González. "En España se salía de una dictadura y había ganas de mucha libertad y diversión. En Francia, aquellos hippies de los '60 se convirtieron en los multiventas de los '80. En Estados Unidos había una generación de chavales que se habían criado con el cómic de superhéroes e introdujeron influencias del cine, del cómic francés y del manga. En Japón, muchos autores llegaron a ser millonarios con las franquicias que crearon con mangas que vendían millones."

"La de los ‘80 fue una generación más influida por el cine y la literatura que por el propio arte del cómic, un arte que hasta hacía literalmente poco se consideraba menor y para niños", opina González. La investigación revuelve influencias, autores y corrientes. Y hace close-up en títulos tan disímiles como Calvin & Hobbes, El Click y Watchmen. Cómics de los 80 se editó en España mediante la recomendadísima editorial Red Book y se consigue acá vía Continente.

Ikimashou!, de Lucía Gómez (Quaterni)

Ikimashou! es una guía turística sobre Japón enfocada en el mundo del manga y el anime. En este trabajo, que su autora escribió originalmente como tesis para graduarse de Turismo en la universidad, se revelan pistas -sin los entresijos de las típicas guías de viaje- para conocer al dedillo las coordenadas que apuntan a nuestros animes favoritos: el famoso Museo Ghibli, el puerto industrial de Nagasaki que inspira la Isla de Chatarra de One Piece, la región de Kanto y su vínculo con Pokémon, las escaleras del santuario de Suga donde ocurre parte de la acción de Your Name.

"Mi interés por Japón viene de mi pasión por dibujar. Hace muchos años que me interesa la cultura japonesa. Tuve noción sobre Japón y sobre qué era el mundo del anime y manga cuando tenía unos 11 años. Me cautivó la forma en la que dibujaban los ojos. A partir de entonces empecé a adentrarme en su cultura", narra la joven española de 23 años.

"Vivo en un país donde las relaciones son diferentes y las normas cotidianas son otras. En Japón todo va enfocado al orden y a no molestar, cosa que en España no pasa. Por eso creo que, al visitar Japón, debemos ir bien preparados en cuanto a su cultura para evitar un choque tan fuerte", avisa Gómez, quien confiesa que decidió armar esta guía después de ver por tercera vez Your Name y de flashearla con las localizaciones en las que se había basado Makoto Shinkai, su director.

Curiosamente, la autora de Ikimashou! aún no ha visitado Japón, el país de sus obsesiones. "Me centré mucho en investigar película por película y serie por serie para poder encontrar los lugares exactos”, cuenta. Sin embargo, nada impide a Lucía Gómez seguir configurando proyectos alrededor de las tierras niponas: en noviembre saldrá Japón en 150 Conceptos, una investigación que explora "la belleza del idioma".

Método Arcoiris, de Shigant-G

Cuando arrancó con la producción musical, Nicolás "Shigant-G" Romano tenía un problema de atención y se mareaba viendo tantas perillas y canales. Pero, mágicamente, ordenó su cabeza en colores: "Los rojos son los que más consumen energía en una canción y llevan un nivel de importancia superior frente al resto de colores como el naranja, amarillo, verde y celeste", ejemplifica.

A este método, el joven detrás de El origen de Acru, Hecho a mano de YSY A o R.I.P de Cazzu, entre otras producciones, lo llamó "Método Arcoiris" y lo compiló en este, su primer libro, donde sistematiza su experiencia. “Es la guía paso a paso que me hubiese gustado tener cuando me inicié en el mundo de la producción musical para diseñar el sonido de los álbumes que pasaron por mis oídos”, cuenta Shigant-G.

El productor es un convencido de la revolución de las habitaciones, del boom del DIY, de las bondades de la producción hogareña: "Siento que es posible crear, grabar y mezclar tus canciones/álbumes usando cuatro elementos: un portátil, una interfaz, un micrófono y unos auriculares", asegura. "La magia está en la ecuación y no en la emoción."

Por caso, su libro está orientado a productores musicales, artistas, mixers y creadores de contenido que están dando sus primeros pasos. Y, más allá de las técnicas, Shigant-G hace hincapié en el desarrollo personal y profesional contando cómo transitó su camino en la música. "Para que una canción funcione tiene que sorprender, emocionar y ser fácil de recordar", narra este fanático del sonido de Dr. Dre, Fito Páez. Dave Brubeck y Hanz Zimmer. ¿Qué canción de la historia de la música le hubiese gustado grabar? Cherish the Day de Sade.