La entrevista es telefónica y a pocos días del estreno de su video en redes. Walter Javier responde desde su hogar en Fuerte Apache. Detrás de su voz se percibe un hogar en funcionamiento, con tele encendida, mamá atenta, cena en espera. Es probable que esa misma tarde La Queen, el alter ego artístico de Walter, haya aparecido en algún programa de los tantos que la han tenido de invitada. La fascinación por ella se multiplica y su historia personal es removida en cada estudio que pisa. Representa sus orígenes con orgullo y con astucia, porque son su verdad y su lírica; su riqueza natural. Sus primeras rimas llevaban la firma de Walter, pero ser testigo del éxito de performers como la drag brasilera Pabllo Vittar hizo que repensara su acercamiento a la música y que confeccionara su persona escénica. Pasó de querer tener una diva drag local admirada a convertirse en una, ella misma, hecha sola. Abran paso. 

¿Cómo era La Queen antes de La Queen? ¿Te montabas en algún ámbito?

–No, me monté una sola vez cuando tenía quince años pero fue para jugar con un ex. Viviendo en el barrio montarse es imposible, o sea, terminás muerta, literalmente. Yo antes hacía una suerte de La Queen pero era un Walter más afeminado, no me montaba, ¿entendés? Pero un día me dije… dije “Necesito hacer esto acá en Argentina, o sea, dale loca, en todo el mundo hay cantantes drag y acá ni siquiera se conoce lo que es el mundo drag. Y me decidí a ser una drag que canta. Por eso decidí empezar con La Queen.

¿Tan mal se lleva el barrio con tu montaje? 

–Desde que me empecé a hacer un poquito conocida mis vecinos se volvieron fans, vinieron corriendo a sacarse fotos, a decirme que les pida lo que quiera. Se enteraron por la tele y las redes. Hay otros vecinos que son un problema, con los que mejor no meterse. También a algunos les chupa un huevo, onda “¿qué querés que haga, que te dé un beso?”. Para mí, salir montada es un fuck you a la sociedad que piensa que no hay maricas marginales y es un fuck you a los que piensan que ser quien sos no debería demostrarse y que deberías quedarte en el molde. Yo soy todo lo opuesto a eso

Cuando pensaste en ser La Queen, ¿cómo involucraste tu origen en el personaje?

–Ser de Fuerte Apache es el título que más vende. Yo amo mi barrio, estoy orgullosa de mis raíces, no me gustaría irme aunque fuera ultra millonaria… Pero a la vez todos los que vivimos en el barrio nos queremos ir por las cosas que pasan. Obvio que no voy a negar la realidad de tiroteos y otras cosas, pero la mayoría es gente que trabaja, deben ser diez los personajes que la agitan. Y hay tanto talento, tanta marica, tantas queens acá que no lo pueden demostrar. Es decir, yo nunca las vi, aunque tiene que haber, porque siempre hay un puto más puto que uno, sólo que yo no los conozco. Me encanta poder decir que vivo acá, que hay una drag queen que hace música, que quiere demostrarle a la Argentina que también las drags hacemos música. No hace falta ser futbolista para salir del barrio. No hay uno que quiera ser otra cosa, todos robotizados para jugar al fútbol, y es horrible. Podés ser lo que quieras, trolo, puto, cantante, bailarina, modelo, y que se cumplan tus sueños. 

De golpe Mamá Queen insiste: se tiene que cenar. Ella adoptó a Walter, que fue abandonado por su familia biológica, y le ofreció apoyo automático cuando comenzó a draguearse y su popularidad se disparó; también le pidió no irse de boca donde fuese riesgoso. El aguante fue múltiple: toda la adolescencia de la pequeña Queen fue musicalizada con repeticiones infinitas de álbumes de Miranda!, Lil’ Kim y sobre todo de Nicki Minaj, cuya influencia es especialmente apreciable en su flow y su fraseo.

Con el camino allanado por artistas como Cazzu, que viene consolidando la potencia de la escena trap argentina y editando independientemente su música, la carrera de La Queen parece estar, apenas, en su primer estadío. Las cosas seguirán agitadas para ella: como Walter, acaba de debutar en cines con un protagónico en el film “Hombres de piel dura”, presentada en el último Bafici, y con el estreno de su tema “Lo veo, lo quiero”, cuyo clip fue filmado, justamente, en la barriada que es su estandarte. 

–(¡Ya voy a comer, ma!) El video se grabó acá, estoy montada cantando en el Fuerte. Este tema es muy polémico porque hablo sobre ya saben quién, ese futbolista famoso, pero con un juego de palabras, y también juego con esos comentarios homofóbicos que tuvo hablando de su hijo. Rematemos con esto: A los que no creen en mi drag porque me ven joven... es que siempre se nos bastardea a los jóvenes, y más en el mundo drag, donde siempre los que tienen “añosssss” en esto piensan que los chiquitos no podemos hacerlo. Yo soy del pueblo y siempre lo voy a ser. Otros piensan que no soy del Fuerte por no ser como el estereotipo. Soy orgullosamente negro villero y al que le molesten mis raíces... ¡que se joda!.