Los gobernadores radicales buscaron esta semana que pasó ordenar la tropa en el Senado para la aprobación de la ley Ómnibus. El encuentro, en el que plantearon su apoyo a la ley -el más enfático fue el mendocino Alfredo Cornejo- no contó con la presencia del titular del comité nacional de la UCR, Martín Lousteau. Sucede que sospechaba que toda la movida era para acorrarlarlo a Lousteau para que vote en contra de la ley. Toda la estrategia de Cornejo es tratar de mostrarlo a Lousteau lo más aislado posible como conductor de la UCR. No obstante, después del encuentro, las opiniones en el bloque siguen divididas. Cornejo espera que se repita un escenario como el de la votación del DNU (donde solo Lousteau y otro senador fueguino votaron en contra), mientras que cerca del titular de la UCR ven un escenario más dividido.

Hace tiempo que Cornejo busca dejar en soledad a Lousteau. Tuvo una oportunidad cuando votó en contra del DNU: allí intentaron mostrarlo como un rey desnudo, que votaba completamente distinto de su bloque y que tenía una agenda personal distinta a la del resto de la UCR. Lo cierto es que en la UCR hay dos líneas muy divididas: la acuerdista, que encabeza Cornejo, y la de Lousteau, que busca que el radicalismo tenga un perfil más opositor.

En la última semana, el senador Maxiliano Abad buscó coordinar un encuentro entre los gobernadores radicales y los senadores, para intentar que no haya posiciones divididas a la hora de la votación de la ley Ómnibus. Lousteau vio la movida como un intento por ponerlo en caja y decidió no concurrir, aunque en el entorno de Abad aclararon que esa nunca fue la intención del senador.

Sin acuerdo

El encuentro finalmente se hizo entre cuatro gobernadores y el bloque de senadores. El único que no estuvo fue el de Chaco, Leandro Zdero. La idea era salir del encuentro con una posición conjunta. Spoiler: no ocurrió.

Según testigos, durante la reunión el que hizo la defensa más encendida de la ley fue Cornejo. Carlos Sadir (Jujuy) Maximiliano Pullaro (Santa Fe) y Gustavo Valdés (Corrientes) acompañaron la charla de forma menos entusiasta. El último, incluso, se rumoreó que hacia el final dejó una frase no muy generosa hacia la calidad de la normativa que se iba a votar.

En lo que sí coincidieron todos los gobernadores fue en plantear su preocupación por lo fiscal y por la falta de fondos frescos a la provincias. En eso están todos de acuerdo. Entre los senadores, volvieron los planteos sobre la redacción del Régimen de Incentivo de Grandes Inversiones (RIGI) y la reinstauración del impuesto a las Ganancias. Los patagónicos no están muy felices con el regreso de ese impuesto, cosa que ya adelantó el de Chubut, Ignacio Torres, quien adelantó que van a votar en contra si no se agrega una excepción por zona desfavorable.

La realidad es que, si el objetivo de la reunión era salir con una posición común, ese fin fracasó. No hay acuerdo entre los senadores radicales. Desde el sector de Cornejo, sostienen que la mayoría va a votar en favor de la ley, al menos en general. Y que quedarán en minoría de vuelta dos senadores que plantean serias dudas sobre la ley: Lousteau y el fueguino Pablo Blanco. Son los dos que votaron en contra del MegaDNU.

Los contra

En los plenarios de la semana pasada, Lousteau y Blanco fueron los senadores radicales con más cuestionamientos ante los funcionarios nacionales. Lousteau trajo varias veces dudas y críticas sobre el RIGI. En tanto, Blanco le solicitó al ministro del Interior, Guillermo Francos, que diera precisiones sobre el último artículo del paquete fiscal y las implicancias negativas a los beneficios impositivos para productos electrónicos de su provincia que rigen en la actualidad. Y adelantó que no acompañará las facultades delegadas que aparecen en la ley Ómnibus.

No obstante, en el entorno de Lousteau sostienen que el escenario de la votación será distinto a la del DNU, que está todo mucho más revuelto y que hay más interrogantes que certezas sobre cómo votará cada senador radical. Más de las que prefiere ventilar Cornejo. Lousteau, de hecho, tras pasar por alto el encuentro con los gobernadores se sigue posicionando públicamente como crítico de la norma, de mínima con espíritu de modificarla y que vuelva a Diputados.

En este punto, lo único que está claro es esto: los radicales, más allá de las reuniones y la rosca, no se terminan de poner de acuerdo sobre qué hacer con la ley.

El único destino manifiesto es la interna.