El programa económico oficial se basa en la imposición de 4 anclas para doblegar la inflación. La primera es la fiscal, hacia donde apunta la brusca reducción del gasto público a partir de la parálisis de la obra pública junto a la desvalorización de jubilaciones, programas sociales y el sueldo de los estatales estatales.

La segunda es el ancla monetaria, basada en la reducción de la emisión para financiar el déficit junto a la licuación de los pasivos del Banco Central, cuya contrapartida son los depósitos de los argentinos, vía el establecimiento de una tasa de interés por debajo de la inflación. La tercera es la salarial, donde se apunta a que los trabajadores no recuperen el poder adquisitivo de sus ingresos, moderando las paritarias homologadas. El cuarto es el ancla cambiaria, vía un aumento del dólar muy por debajo de la inflación luego de la brusca suba que dio inicio a su mandato.

El ancla fiscal, monetaria y salarial tienen un efecto recesivo, ya que reducen el consumo y la inversión pública, tirando abajo la actividad económica. Las menores ventas no sólo reducen la capacidad de remarcar de algunos empresarios (aquellos que venden al mercado interno y tienen débiles posiciones de mercado), sino que también enfrían las importaciones y favorece la acumulación de dólares.

La caída de los ingresos y la licuación de pasivos monetarios también disminuyen los ahorros, contribuyendo a disminuir la compra de dólares para atesorar. Por su parte, la moderación salarial disminuye la presión de costos que los empresarios trasladan al consumidor final vía aumento de los precios.

El retraso cambiario por un lado abarata los productos exportables e importados, siendo una fuente de estabilización de precios. Como muchos empresarios que venden al mercado interno tienen al dólar como referencia, la estabilización se expande también a sectores sin vínculos claros con el comercio externo. Sin embargo, el dólar barato actúa en forma contradictoria con las demás anclas en términos de actividad, ya que fortalece el poder adquisitivo de los ingresos en pesos, especialmente en referencia a los bienes importados.

Debilidad

La debilidad del programa oficial es que las anclas se debilitan con el paso del tiempo. ¿Cuánto tiempo se puede mantener la recesión económica sin un desgaste político y social del oficialismo? ¿Es posible mantener la moderación salarial una inflación que persiste mes a mes? ¿Cuánto aguantará la estabilidad cambiaria si el valor del dólar ya es similar al previo a la brusca devaluación de diciembre?

Cuando la inflación alcanza los tres dígitos, muchos contratos se indexan, de manera que la inflación persiste aún frente a la imposición de todo tipo de anclas. Esa inflación inercial cede sólo muy lentamente y a costa de un deterioro pronunciado en el valor real de las variables utilizadas como anclas. Con el paso del tiempo, las presiones políticas, sociales y económicas para desanclar la economía aumentan y terminan por generar nuevos saltos inflacionarios que dan por tierra con la coyuntural desaceleración de la inflación lograda.

@AndresAsiain