Dos hombres que alternan en el podio de los más ricos del mundo, Jeff Bezos y Elon Musk, no solo tienen en común sus abultadas cuentas bancarias y el interés por el espacio: ambos llevan adelante demandas ante la justicia para que se considere inconstitucional la actividad de la Junta Nacional de Relaciones de Trabajo (NLRB, por su sigla en inglés).

Sus empresas, SpaceX y Amazon, junto a otras como Trader Joe’s o Starbucks, argumentan con regularidad que son injustamente acusadas de utilizar métodos ilegales para evitar que sus trabajadores protesten o se sindicalicen. Pero ahora van por todo y sostienen que la NRBL es directamente inconstitucional. En caso de que la justicia les dé la razón, debería derogarse el Acta Nacional de Relaciones Laborales aprobada por el Congreso en 1935 durante el gobierno de Franklin Roosevelt.

Según explican los expertos, la NLRB es la única forma que tienen los trabajadores de defenderse de abusos laborales, aunque suele ser más favorable a los empresarios durante los gobiernos republicanos. A poco de su asunción, Joe Biden dejó en claro que apoyaba el rol de los sindicatos en general y puntualmente apoyó a los trabajadores de Amazon que intentaban sindicalizarse. Los esfuerzos de la compañía para evitarlo fueron brutales e incluyeron hasta una empresa de espías.

En Estados Unidos las organizaciones sindicales se votan por sedes; en los últimos años los trabajadores de numerosos locales de Starbucks y depósitos de Amazon, por ejemplo, convocaron elecciones y revitalizaron la discusión sobre el rol de los sindicatos. Las represalias contra los organizadores se hicieron sentir, varios fueron despedidos y presentaron demandas en la NLRB incrementando su protagonismo reciente.

 En ese contexto las empresas piden que la oficina sea cerrada por ser inconstitucional. La decisión, en caso de progresar la demanda, quedaría en manos de una suprema corte con primacía conservadora, herencia del gobierno de Trump.

Despidos sin causa

SpaceX es una de las dos empresas más exitosas de Elon Musk, junto con Tesla. Tiene numerosos contratos con el Estado y lanza regularmente misiones a la Estación Espacial Internacional, además de satélites propios y ajenos. En junio de 2022, en uno de los momento más alocados de Elon Musk en su relación con Twitter, circuló una carta entre los empleados asegurando que el comportamiento de su jefe era una fuente frecuente de "distracción y vergüenza" para los trabajadores. 

Luego de una investigación interna los supuestos autores fueron despedidos sin las indemnizaciones ni avisos correspondientes por lo que llevaron su caso a la NLRB. En enero la agencia dictaminó que debían ser indemnizados como indicaba la ley. SpaceX respondió inmediatamente negando los cargos y denunció en una corte de Texas que la NLRB era inconstitucional. El ataque también es preventivo porque Musk recela los esfuerzos de los sindicatos automotores por sumar a los trabajadores de Tesla.

Amazon, que ya ha sufrido muchas fallos en contra, en febrero decidió sumarse a la estrategia. A estas empresas se sumaron otras que consideran que la agencia se está inclinando demasiado a la izquierda y que lo mejor es terminar con ella. Para declararla inconstitucional argumentan que la NLRB puede penalizar a las compañías sin juicio previos, tiene poderes ejecutivos sin que el presidente sea capaz de cambiar a los funcionarios que la integran y viola la separación de poderes ya que detenta funciones ejecutivas, legislativas y judiciales.

Hace 86 años la gigantesca Jones & Laughlin Steel apeló a una sanción de NLRB por despedir trabajadores que intentaron sindicalizarse. La corte suprema avaló la decisión de la agencia y el derecho del Congreso para aprobar el acta que la instituye. Habrá que ver si el tiempo cambió hasta las interpretaciones de lo que es legal.

Ricos tipos

Según el ranking de la revista Forbes, en un contexto de caída de las acciones de las tecnológicas, Jeff Bezos es el segundo hombre más rico del mundo con casi 200.000 millones de dólares. Tercero está Elon Musk con 194.500 millones, luego de una serie de caídas de las acciones de Tesla que lo transformaron en el récord Guiness de pérdida de dinero. La fortuna  de estos empresarios es tan monstruosa que si Musk le diera a cada uno de sus once hijos un millón de dólares por mes durante 80 años, aún quedarían 184.000 millones para sus descendientes. Mucho más le quedaría a la prole de los cuatro hijos de Bezos.

Elon Musk y Jeff Bezos no se llevan bien y han tenido disputas públicas por los méritos de sus empresas SpaceX y Blue Origin, respectivamente. Musk también desprecia a Bezos por su vida ostentosa que incluyó volar al espacio para experimentar unos segundos la gravedad cero: al bajar de la nave agradeció a sus empleados y clientes porque ellos "pagaron por esto", una pequeña muestra de su desconexión con el mundo en que vive la mayoría de sus empleados. Musk, más mesiánico, no viajó en sus naves para dejar claro que no está de paseo sino que su verdadero objetivo es conquistar Marte, nada menos.

Pese a estas diferencias, todo indica que coinciden en que el trabajo debe estar al servicio de su criterio y ser una herramienta para su fortuna personal, nunca un obstáculo.