El plan económico tendrá éxito y permitirá generar las condiciones para un crecimiento sostenido recién dentro de un año. A lo sumo aparecerán "brotes verdes" de actividad que insinúen "la luz al final del túnel" hacia fines de 2024, aunque todavía con una inflación que oscilará entre 5 y 10 por ciento mensual. Esas son las proyecciones dominantes entre financistas, referentes de grandes empresas y consultores del mercado que participaron esta semana de un seminario del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF). Son quienes más apoyan al gobierno de Javier Milei y se manifiestan optimistas con el proceso en marcha. 

Sin embargo, ni ellos creen en la hipótesis de una salida en V para la economía en 2024, como asegura el Gobierno. Es decir, luego de la acelerada caída que se registra en la actualidad no prevén una recuperación igualmente rápida que repare los daños causados. En el mejor de los casos, opinan, habría chances para un rebote en U, con una fase de caída, otra de estancamiento y luego otra de reactivación. En ese proceso dan por seguro que habrá apoyo crediticio del FMI, con el aporte de fondos frescos.

La consultora D'Alessio Irol realizó una encuesta entre los 300 participantes del simposio en el Yatch Club de Puerto Madero y llegó a esas conclusiones. Frente a la pregunta de cuándo considera que dejará de caer la economía, la mayoría estimó que en el cuarto trimestre de este año. Así lo señaló el 28 por ciento de los consultados, frente al 23 por ciento que se esperanza con que ocurra entre julio y septiembre y otro 22 por ciento que sostuvo que la brutal contracción por el plan de ajuste empezará a revertir en el verano de 2025.

¿Y cuándo cree que comenzará un crecimiento sostenido?, agrega el sondeo. Las respuestas mayoritarias ubican ese momento dentro de un año: entre abril y junio de 2025, con el 31 por ciento. A ese grupo se suma otro 14 por ciento que anticipa la llegada de un ciclo de expansión para los meses de enero, febrero y marzo del próximo año. Entre esos dos segmentos de los más confiados en el plan libertario suman 44 puntos. Sin embargo, un 42 por ciento advierte que el crecimiento puede demorar hasta el segundo semestre de 2025 e incluso más. 

Inflación y FMI

En cuanto a la inflación, la mayoría cree que será menor a 10 por ciento a partir de mitad de año, con el 36 por ciento de las respuestas. Otro 25 por ciento supone que ocurrirá antes, entre abril y junio, y el 18 por ciento arriesga que para llegar a un dígito de inflación habrá que esperar al trimestre octubre-diciembre. La siguiente pregunta fue cuándo caerá la inflación a menos de 5 por ciento. En este caso, la mayoría indica que no antes del primer trimestre de 2025 (28 por ciento de las respuestas), un segundo grupo dice que en el segundo trimestre del año que viene (18 por ciento) y un tercero, en la segunda mitad del próximo año (13 por ciento).

La percepción de los ejecutivos de finanzas, representantes de grandes empresas y consultores es que el gobierno recibirá ayuda del FMI. ¿Cree que el Fondo Monetario otorgará fondos frescos?", preguntó D'Alessio Irol. Un contundente 70 por ciento respondió que sí, contra el 30 por ciento que dijo que no.

Junto a ello, la gran mayoría tiene esperanzas en que el Gobierno recupere el crédito externo. "¿Cree que la Argentina podrá volver a financiarse en el mercado internacional de deuda?". El 42 por ciento señaló que eso ocurrirá en el primer semestre de 2025, otro 27 por ciento lo proyectó para el segundo semestre del año que viene y un 20 por ciento dijo que ocurrirá este año.

En conclusión, el mundo financiero que está espalda con espalda con Milei vaticina un escenario económico de enormes dificultades aún por bastante tiempo, aunque con chances de transmitir un mensaje más esperanzador a partir de mediados del año que viene, lo que daría aire al oficialismo para mejorar sus expectativas electorales en la crucial elección de medio término.

Caer 10 escalones, subir 2

Alejandro Vanoli, ex presidente del Banco Central durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, ilustró la situación del siguiente modo: "En un escenario base donde no ocurra nada raro, como una nueva devaluación o algún shock externo, es probable que la economía se empiece a recuperar en algún momento del año que viene".

El economista recuerda, por ejemplo, que después del colapso de 2001 y la mayor parte de 2002, la economía empezó a pegar la vuelta a partir del tercer trimestre de ese último año. Por supuesto eso sucedió por la instrumentación de un plan económico heterodoxo, con fuerte intervención del Estado e incremento del gasto público. Vanoli no plantea que el gobierno de Milei pueda hacer algo así, pero sí considera que está mostrando dosis de pragmatismo -con la postergación de aumentos de servicios públicos y la demora en la apertura del cepo cambiario- que lo llevan a suponer que tomará medidas para afianzar la reactivación una vez que la economía se estabilice.

"El plan está pensado en etapas. La primera es la baja de la inflación, mediante un tremendo ajuste y una fuerte recesión. La economía y los salarios quedarán muy afectados, pero el Gobierno a partir de entonces podrá aplicar medidas para reforzar los elementos reactivantes que se generan con la desinflación. En especial, el restablecimiento del crédito para empresas y particulares y mejoras en los ingresos de jubilados y sectores vulnerables", analiza.

"La apuesta del Gobierno es que después de caer 10 escalones, desde mediados del año que viene la economía pueda subir 2. En definitiva estará cayendo 8, pero el Gobierno intentará aprovechar el rebote para renovar expectativas y ganar las elecciones", afirma Vanoli.

En esa trayectoria, no descarta el apoyo del Fondo Monetario o la venta de activos públicos para aflojar un poco el torniquete fiscal y permitir el retorno de la obra pública, así como incrementar el envío de fondos a las provincias y a las universidades. También estima que habrá acompañamiento del organismo para abrir el cepo cambiario y generar un esquema de neo convertibilidad, con canasta de monedas, que refuerce la estabilidad de precios. 

"Intentarán darle sustentabilidad política y social a un nuevo patrón de distribución del ingreso", sostiene Vanoli. "Una parte de la sociedad todavía le da crédito al Gobierno o está muy enojada con lo anterior, y está dispuesta a tolerar el ajuste. No veo una mayoría que quiera pegar una vuelta de timón, sobre todo porque el peronismo todavía no se recompuso y no hay liderazgos para encarar otro proceso", agrega.

En todo caso, advierte, los ganadores del modelo, sectores concentrados de la economía, y el propio FMI buscarán un Plan B con Victoria Villarruel o el ascenso de dirigentes como Miguel Angel Pichetto si el plan A de Milei y Caputo naufraga por impericia política para administrar los tiempos de la crisis.