Otro Medio Oriente

A 43 kilómetros al norte de Buenos Aires, nació un pequeño y concurrido polo gastronómico, con cafetería de especialidad, pizzería, restaurante nikkei, entre otros. Ahí, hace poco más de un año, abrió Mess, lugar pequeño e íntimo (en especial comparado con algunos de sus vecinos), que camina un camino muy poco transitado: ofrecer una cocina inspirada en Medio Oriente con una mirada de cocineros y materias primas elegidas a conciencia.

Mess es la casa de Celeste Rizian y Guido Casalinuovo, pareja que se conoció trabajando juntos en Alo’s (uno de los mejores restaurantes del país) y que, en la pandemia, decidieron independizarse. La familia de Celeste es armenia y así nació la idea. El lugar es muy bonito: algo escondido desde afuera, se entra por una recepción con sillón para esperar mesa; luego se entra a un salón elegante con iluminación tenue, y más allá aparece la cocina por completo a la vista, separada por una barra con taburetes y cerámicos verdes.

La carta es breve pero completa. Un pan chato naan con manteca ahumada ($2600) funciona de delicioso tentempié, lo mismo la sabrosa muhammara con uvas encurtidas y verdeo asado ($6500) o las berenjenas ahumadas con yogurt y sésamo negro ($6200). Entre los platos más ricos está el sarmá (rollos de hojas de parra) que salen con una emulsión cítrica y limones en conserva ($5000). Se suman unos sorpressini con langostinos a la griega ($12800), un lomo jugoso tratado con las especias del bastermá (típico fiambre armenio, $13700), también un cordero con porotos pallares ($12700), entre más platos.

Los postres son de esos que gustan sin caer en los excesos dulces de Medio Oriente, la mayoría sumando algún helado casero muy bien elaborado: el de chocolate blanco, frutillas y zumaque o el de duraznos, crumble de manteca tostada y vainilla son un muy bien final. Hay buenos vinos, cócteles con especialidad de gin&tonic, opción de menú degustación por $42.000.

Lejos del típico bodegón árabe que tanto hay en Buenos Aires, Mess juega su propio juego. Un juego creativo y bien resuelto.

Mess Cocina queda en Los Crisantemos 392 (Del Viso, Pcia. de Buenos Aires). Horario de atención: martes a sábados de 17 a 23:30. Instagram: @messcocina.

Sorpresa en Puerto Madero

Es fácil suponer que Puerto Madero es una trampa para turistas, con precios desmedidos y menús escritos en inglés. Algo de verdad hay: por esa poco porteña zona de la ciudad deambulan cada día miles de brasileños y más extranjeros seducidos por una oferta de restaurantes algo ampulosos que no siempre cumplen con las expectativas. Pero entre tanta oferta, ahí está Villegas, enorme parrilla con más de 200 cubiertos, que sorprende con una carta a precios muy razonables, incluso similares a los que cobran muchas parrillas de barrio.

El local es amplio, alargado, con una terraza abierta que da al canal de Puerto Madero. Las mesas interiores están vestidas de blanco, las de afuera son de madera desnuda, hay mozos de oficio y parrilla a la vista.

El menú tiene clásicos conocidos y otros platos que salen del lugar común. Entre los primeros, la empanada frita de carne cortada a cuchillo ($1520), el chorizo a $2210, provoleta a $7100, bife de chorizo de 450 gramos a $12500 y mucho más: riñoncitos, mollejas, chinchulines (hay tabla de achuras a $17500), también varias pastas caseras, cortes de carne como vacío, tira de asado y un tomahawk de un kilo y medio ($31800), además de ensaladas, risotto y muchos etcéteras. Entre lo más nuevo, se suma por ejemplo un mil hojas de papa con guacamole y langostinos grillados ($9900), unas croquetas de morcilla y mago con salsa romesco ($7900) o un bife de chorizo con cremoso de papas ahumado y una dulzona compota de cebollas al malbec por $15900.

Una novedad de esta casa tiene que ver con los vinos: más allá de las etiquetas más conocidas que tienen desde siempre, en su enorme mayoría Malbec de Mendoza, sumaron un recorrido curado por la sommelier Mariana Gil Juncal de ocho etiquetas que atraviesan la Argentina: hay un albariño de Balcarce (Provincia de Buenos Aires), un cabernet franc de La Rioja, un fantástico Pinot Noir de Trevelín, un malbec del sanjuanino Valle de Pedernal, entre más opciones.

En uno de los más grandes polos gastronómicos de la ciudad, Villegas asoma como una opción a tener en cuenta.

Villegas queda en Av. Alicia Moreau de Justo 1050. Horarios de atención: todos los días de 12 a 24. Instagram: @villegasresto.

A todo trapo

Hay lugares que aman llamar la atención: el nuevo Osaka es el mejor ejemplo. El restaurante abrió nueva casa dentro de un flamante polo gastronómico que ocupa la planta baja de Concepción, gran desarrollo inmobiliario en Colegiales. Acá todo huele a nuevo, a materiales recién estrenados, a jet set y turismo. Esto que podría ser un poco horrible, en el caso de Osaka es un poco fascinante: no existe en Argentina otro lugar así, con esa inversión y puesta en escena. No se escatimó nada: se entra por un bar con barra y taburetes, se pasa al salón donde los sushimen trabajan a la vista. Hay mucha madera clara, sillas confortables e infinitos guiños a culturas peruanas y japonesas con el mar como leit motiv.

Cuando Osaka abrió su primer local en Palermo hace poco menos de 20 años, la cocina nikkei peruano-japonesa era apenas un rumor en la gastronomía de moda en el mundo. En este tiempo Osaka supo hacerse fuerte con tiraditos agridulces, rolls creativos, mariscos al fuego, utilizando productos de muy alta calidad y ganando una clientela de billetera abultada. Lejos de ser algo efímero, como pasa con tantas modas, se convirtió en una marca global que atrae extranjeros y locales, manteniendo la misma idea de sabor de sus inicios.

Se puede arrancar con un cóctel de Kero (así se llama el bar, que ganó independencia), como el Kondoru Punch (pisco moscatel, sauco, limón, sake, jazmín, $11500), junto a un ceviche Wasabi con mariscos, pesca blanca, una aromática salsa cítrica al wasabi y furikake ($24000). Hay tiraditos (tuna tataki con crema de ají amarillo, chimichurri nipón, gel de guanábana y cilantro, $26000). Hay nigiris y rolls (con cierto engolosinamiento por el aceite de trufa), y platos calientes como las gyozas de pato confitado ($29000), el arroz meloso con mariscos al fuego, plátano asado y palta ($45000) o un ya clásico asado de tira braseado con arroz pachamanquero a $44000, entre muchas opciones. Todo es rico, todo es potente, con marca registrada nikkei. Un lugar que no pasa desapercibido.

Osaka Buenos Aires queda en Concepción Arenal 2913 (tiene otra sucursal en Puerto Madero). Horario de atención: todos los días de 12:30 a 16 y de 19:30 a 24. Instagram: @osakabsas