Sumó un título más a su vitrina (Supercopa Internacional vs. Boca en enero), terminó entre los mejores ocho de la Copa Libertadores, fue primero en su zona en esta Copa de la Liga... De resaltar algunos resultados, el 2023 de Racing no parece nada despreciable pero fueron tantas las oportunidades que dejó pasar -y encima por errores no forzados- que su temporada no puede ser otra cosa que reprobada.

El cierre con declaraciones cruzadas entre el técnico interino y la dirigencia tras una nueva eliminación por penales pinta la situación de cuerpo entero. "Cuando se dice esto de que si ganás seguís o si terminás saliendo campeón, seguís... Muchas veces nosotros, que estamos de este lado, sufrimos bastante esas cosas", se descargó Sebastián Grazzini tras la eliminación con Rosario Central, en referencia a los dichos del presidente Víctor Blanco en la previa sobre una posible continuidad, con lo que la definición del próximo DT sigue siendo una incógnita tras dos meses de interinato.

Racing, el misericordioso

En la película "Gladiador", cuando Máximo (Russell Crowe) le perdona la vida a Tigris de Galia para desafiar al Emperador, se gana el mote de "Máximo, el Misericordioso" y, a la vez, obtiene la ovación del público. Bueno, Racing también le perdonó la vida a dos de sus máximos rivales este año -y en más de una ocasión- pero estuvo lejos de ser el héroe de la película. Dos fueron en un Coliseo, aunque no el romano. La más recordada será la serie de vuelta de cuartos de final de Libertadores ante Boca en Avellaneda, donde no pasó del 0-0 y terminó sufriendo a Chiquito Romero en los penales. Luego, con la posibilidad de complicar a Independiente con el descenso, perdió 2-0 de local y renunció Fernando Gago. Y en el primer semestre, también "pecó" de magnánimo cuando visitó al Rojo en pleno recambio de entrenador y auge de la movida Maratea. Apenas rescató un 1-1 y con polémica. Demasiadas chances perdidas, tanto materiales como simbólicas, para colmar la paciencia de los hinchas.

Defensa en oferta

Todo apuntaba a que el gran dolor de cabeza racinguista en la temporada iba a estar en la delantera, dado que con la venta de Enzo Copetti al fútbol estadounidense se le habían ido 21 goles. Pero no fue así. Aunque estuvo lejos de gozar las mieles de un goleador -el que más festejo terminó siendo Gonzalo Piovi, un defensor, con 11 tantos-, no sintió tanto la caída: el equipo pasó de 1,64 goles promedio en 2022 a 1,57 en 2023. Contra todo pronóstico, lo que sí cambió rotundamente fue el rendimiento de la defensa.

Racing no terminó el año como el equipo más goleado del fútbol argentino sólo porque Gimnasia fue peor: tomando la tabla anual para comparar, el Lobo fue el que más sufrió con 59 goles en contra, seguido de la Academia e Instituto con 51. Y eso que los nombres del fondo no cambiaron demasiado, no así los niveles individuales. Dos referentes de los últimos años como Gabriel Arias y Leonardo Sigali fueron los más expuestos, siendo el defensor y capitán uno de los más cuestionados por los hinchas. Para colmo, la eliminación ante Central los volvió a poner en el foco: al arquero porque no atajó un penal, como en la Libertadores, y alcanzó una marca insólita: de los 26 últimos penales que le patearon, 25 fueron adentro y uno afuera -de acuerdo al estadígrafo Silvio Maverino-. Y el defensor, porque también como contra Boca, falló el último tiro de Racing en la serie. De tener en cuenta todos los partidos del año, Racing recibió un 44% más de goles que en 2022. De terror.

Malas decisiones

Racing sufrió, y mucho, la mala gestión del plantel. La apuesta para suplantar a Copetti fue el peruano Paolo Guerrero, quien se fue a mitad de año tras el destrato del DT en cuanto a minutos de juego. El delantero de 39 años estuvo lejos de romperla (3 goles en 22 partidos; 8 de titular) pero terminó siendo clave en la Liga de Quito campeona de la Sudamericana mientras la Academia no sabía cómo hacerle un gol a Boca. Tampoco ayudó al equipo la partida de Matías Rojas una vez finalizada la fase de grupos. El paraguayo era el mejor jugador del equipo en la Copa -y goleador- y se terminó yendo, para colmo, con el pase en su poder. Quien llegó para reemplazarlo fue Juanfer Quintero, pero sobre la hora y fuera de estado, por lo que no pesó como sí lo terminó haciendo en la Copa de la Liga.

Hay condiciones para 2024

Así las cosas, lo mejor para Racing es que están dadas las condiciones para una reconstrucción. La probable salida de varios referentes con ciclo cumplido le abrirá lugar a gratas apariciones juveniles como el volante Baltasar Rodríguez (20 años), el extremo Agustín Ojeda (19) y el defensor polifuncional Tomás Rubio (19). La venta de Aníbal Moreno (al Palmeiras) también le permitirá mayor libertad a Juan Ignacio Nardoni (21), comprado a principio de año por una friolera de dólares, y quien fue de menor a mayor en la temporada. Como suele suceder en el fútbol argentino, lo mejor viene de la mano de los pibes y, sin Libertadores en el horizonte, el terreno es más fértil para su desarrollo.

Además, con una pretemporada encima, el trío de colombianos Juanfer-Roger Martínez-Johan Carbonero (los últimos dos se perdieron muchos partidos por lesión) promete. Siempre que permanezcan en el club, claro. Piezas hay, falta quien las ordene. En tanto, la vuelta del club a la Sudamericana le permitirá acomodar sus ambiciones internacionales luego de tantas frustraciones aunque habrá que ver también cómo pesa el año electoral, con comicios presidenciales en diciembre.

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