La volatilidad cambiaria se aceleró fuerte en los últimos días y el dólar ilegal alcanzó un nuevo pico de 800 pesos. Se acercan las elecciones de octubre, y circulan rumores de todo tipo, generando especulación, comportamientos de refugio y una fuerte incertidumbre. La idea de dolarizar la economía sigue dando vueltas, pocos la consideran posible, pero casi nadie descarta que se intente implementar si el candidato ultraliberal Javier Milei gana las elecciones.

Las declaraciones de Milei no colaboran para tranquilizar los ánimos ni permiten bajar la espuma previa a los comicios de octubre. Entre sus últimos anuncios dijo que en el caso de ser presidente pondría al frente del Banco Central a Emilio Ocampo, quien en los últimos años viene insistiendo con dolarizar el país.

Este economista tiene un blog en el que realizó un posteo el 19 de agosto con un título provocativo: “¿Cómo funcionaría una dolarización voluntaria?”. El artículo puede leerse en menos de 6 minutos y plantea una serie de puntos que tienen “inspiración” en la experiencia del El Salvador.

Además de asegurar que se dejarían de emitir pesos, menciona que deberían dolarizarse de jure activos como los bonos en moneda local. Esta conversión se haría a un tipo de cambio fijo, que no es claro que precio tendría, y podría estar por encima de los 1000 pesos. Una posibilidad es que previamente se unifique el mercado cambiario, con fuerte impacto en la inflación e ingresos.

Ocampo lo plantea con estas palabras: “Se fijaría un tipo de cambio, que sería el de mercado luego de su liberación y redondeando para que sea fácil para la gente hacer el cálculo de conversión. Fijar este tipo de cambio al cual el Banco Central se compromete a comprar todos los pesos en circulación es la primera fase de una dolarización. Ocurre de un día para el otro”.

Para completar el clima de intranquilidad, Ocampo no es el único del equipo de los libertarios que enciende las alarmas para la economía local. Carlos Rodríguez, exviceministro de Economía en los noventa, planteó que el “próximo Gobierno va a heredar una bola de deuda del Tesoro indexada a precios o dólares y sería interesante repasar el desagio de 1989, que podría sentar precedente”. Darío Epstein parece ser de los pocos cerca de Milei que intenta cierta moderación.

Con esta espada de Damocles latente, en el mercado se refuerza la tendencia de buscar resguardo y esperar el resultado de las elecciones. Lo racional hace pensar que la dolarización es un despropósito, algo que resulta inviable de aplicar por la dificultad de conseguir préstamos en moneda extranjera, la falta de confianza y la escasez de reservas internacionales. Pero las decisiones importantes no siempre son fruto de la reflexión sino de la irracionalidad.

El candidato de la Libertad Avanza jugó al fútbol de chico y hace no tanto estuvo al frente de un espectáculo teatral en la calle Corrientes, pero más que el deporte y la actuación, su principal anhelo parece ser otro: eliminar de un plumazo el peso y el Banco Central. Un sueño irracional, pero quién puede asegurar que no intente llevarlo adelante si llega a la presidencia. Es realmente una lotería saber si Milei se cree o no su propio personaje.